"El tormento de una madre viendo a su hijo luchar por su vida es comparable a un océano de lágrimas, donde cada ola de dolor amenaza con ahogarla, pero su amor la mantiene a flote en medio de la tempestad."
El reloj marcaba las tres de la madrugada cuando el teléfono sonó en el pequeño apartamento. Sally, que apenas había logrado conciliar el sueño tras un largo y agotador día de trabajo, despertó con un sobresalto. Se incorporó lentamente, tratando de despejar la confusión de sus pensamientos mientras la persistente llamada resonaba en el silencio de la noche.
Con manos temblorosas, Sally tomó el teléfono y respondió.
—¿Hola?
—¿Señora Jackson? —La voz al otro lado de la línea era firme pero cargada de preocupación.
—Sí, soy yo. ¿Quién habla? —preguntó, un nudo formándose en su estómago.
—Soy la Dra. Martínez del Hospital General de Nueva York. Su hijo, Percy, ha sufrido un accidente. Hubo una explosión y... —La voz de la doctora vaciló por un momento, como si tratara de encontrar las palabras adecuadas—. Está en estado crítico.
El mundo de Sally se detuvo en ese instante. Sintió como si una ola de terror la envolviera, ahogándola. La línea quedó en silencio mientras procesaba la devastadora noticia.
—¿Mi hijo...? —Su voz se quebró, incapaz de formular una pregunta completa.
—Está recibiendo la mejor atención posible, pero necesita venir al hospital de inmediato —dijo la doctora, con un tono urgente.
—Voy... estoy en camino —logró decir Sally, antes de colgar la llamada.
El teléfono resbaló de sus manos y cayó al suelo. El shock la mantuvo inmóvil por unos segundos eternos, su mente incapaz de comprender completamente la gravedad de la situación. Las lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos, rodando por sus mejillas mientras la desesperación la invadía.
—No... Percy... no puede ser... —murmuró para sí misma, su voz apenas un susurro.
Con un esfuerzo titánico, Sally se obligó a moverse. Se levantó tambaleante y se dirigió hacia el armario, tomando la primera chaqueta que encontró. Su mente estaba nublada por el miedo, la ansiedad creciendo con cada segundo que pasaba.
El trayecto al hospital fue una agonía interminable. Los pensamientos de Sally iban y venían, imágenes de Percy cuando era un niño, sus risas, sus momentos felices. Todo se mezclaba con la abrumadora preocupación por su estado actual.
ESTÁS LEYENDO
VENOM -- Percy Jackson y venom (Perisse)
FanfictionPercy Jackson siempre había sido diferente, pero a los catorce años, su vida dio un giro inesperado. Una noche, mientras caminaba por las calles oscuras de Nueva York, una extraña sustancia negra se deslizó sigilosamente hacia él, envolviendo su cue...