~Despiértame cuando septiembre termine~ P.1

27 5 0
                                    

Katsuki ocultó sus ojos bajo su flequillo mientras alzaba a Ochako en sus brazos. Ella yacía inconsciente, su cuerpo incapaz de soportar la sobrecarga de emociones que la había llevado al límite. La sujetó con firmeza, pero sus movimientos reflejaban una extraña suavidad, como si temiera lastimarla más.

- Hijo... - comenzó Masaru con cautela, dando un paso al frente. - No deberías sobreesforzarte. Aún estás en reposo, y...

- No intervengas - interrumpió Katsuki, su voz cortante y firme. Sin voltear a verlo, ajustó mejor a Ochako en sus brazos, como si esa simple acción dejara claro que no aceptaría cuestionamientos.

Masaru intentó decir algo más, pero Mitsuki colocó una mano sobre su hombro y negó suavemente con la cabeza.

- Déjalo - dijo con tono firme, mirando a su hijo con una mezcla de orgullo y preocupación.

Katsuki dio la espalda a todos los presentes, el peso de su presencia dejando el lugar en un incómodo silencio. Mientras se dirigía al elevador, Kirishima intentó dar un paso al frente, buscando decir algo. Sus labios se movieron, pero ninguna palabra salió de su boca.

El cenizo lo miró de reojo y solo suspiró con un leve eje de exasperación

- Luego les explicaré todo - dijo con voz baja pero decidida. - Por ahora, déjenme solo con ella.

Presionó el botón del elevador hacia el cuarto piso y se adentró en él con Ochako en brazos, dejando atrás a sus amigos, su familia y el aire cargado de preguntas sin responder. Mientras las puertas se cerraban, Katsuki mantuvo la vista al frente, su rostro serio, pero con un atisbo de vulnerabilidad escondido bajo su flequillo.

Desvió la mirada hacia Ochako, que permanecía inconsciente en sus brazos. Sus dedos temblaban levemente mientras ajustaba su agarre, temeroso de que pudiera resbalar, de que volviera a caer, de que todo lo que hacía no fuera suficiente.

"¿De dónde debería empezar? ¿Cómo se supone que te explique algo que ni yo mismo entiendo del todo? ¿Te enojarás conmigo por haberte dejado sola? Claro que lo harás... y lo merezco. Pero ¿cómo puedo hacer que lo entiendas? ¿Cómo puedo pedirte que me perdones cuando ni yo puedo hacerlo?" Pensó. Katsuki no podía dejar de lado sus inseguridad, sabía que había lastimado a su cara redonda y probablemente esta se enoje con él al relatar lo ocurrido.

El ding del elevador lo sacó de sus pensamientos. Las puertas se abrieron, revelando el pasillo hacia el cuarto piso. Katsuki salió con pasos firmes, aunque su respiración era irregular. Cada paso lo acercaba más a la habitación, pero también lo llenaba de incertidumbre.

Apretó los dientes, reprimiendo la frustración que burbujeaba en su pecho. Bajó un poco la cabeza, dejando que su flequillo ocultara sus ojos cargados de emociones. Rozó su mejilla contra la sien de Ochako, buscando un poco de alivio en ese contacto.

- Eres más fuerte de lo que piensas... - murmuró en voz baja, casi como si hablara consigo mismo. - Pero yo... yo debería haber estado aquí para sostenerte cuando ya no podías más.

Acarició su cabello con cuidado, mientras cerraba los ojos por un instante.

"¿Y si no despierta? ¿Y si todo esto no es suficiente? ¿Qué haré si nunca puedo enmendar lo que hice? ¡No! Ella va a despertar. Tiene que hacerlo. Y cuando lo haga, le explicaré todo, incluso si me odia después. Prefiero eso a verla así."

Tal vez suene absurdo pero el hecho de que Ochako se haya desmayado por tantas emociones, lo asustaba de sobremanera, no es fácil volver a ver a alguien a quien considerabas muerto y que de la nada se aparezca en en tu frente no es algo que se vea todo los días.

Mi ultimo aliento ~Kacchako~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora