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Siempre me he preguntado por qué Gavi no puede verme como algo más

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Siempre me he preguntado por qué Gavi no puede verme como algo más. Pero eso no quita que cada vez que lo veo, mi corazón se acelere como si estuviera en la final de la Champions. Aunque sé que no debería. Él tiene novia, Ana, y parece que todo entre ellos va perfecto.

Esta noche, Pedri organizó una reunión en casa. Algo "casual", según él, pero con Pedri lo casual siempre termina siendo un evento con más gente de la que cabría en nuestra sala. Mientras buscaba un par de cervezas en la nevera, Pedri me pidió que lo ayudara con los preparativos. Era algo típico de él: dejarlo todo para última hora y pedirme que hiciera el doble del trabajo.

—Val, ¿puedes ayudarme con las cervezas? Gavi, Fermín y Berta ya vienen de camino —me dijo mientras se ajustaba la gorra, como si ese pequeño gesto lo hiciera más organizado.

—Claro, no te preocupes. Aunque no sé por qué me pides ayuda si siempre terminas olvidándote de los vasos y usando botellas directamente —le respondí. Pedri solo rió y me dio un empujón suave antes de seguir acomodando la sala.

Cuando Gavi entró por la puerta, mi mundo se pausó por un segundo, como siempre que lo veo. Llevaba una camiseta blanca simple, de esas que a nadie más le quedarían tan bien, y su risa llenó el espacio en cuanto saludó a Pedri.

—Chaval—le dijo Pedri mientras lo abrazaba de esa manera relajada que tienen los mejores amigos.

—Lo bueno se hace esperar —respondió Gavi, guiñándome un ojo de forma de saludo. Fue un gesto tan insignificante para él, pero para mí, fue como un golazo en el último minuto.

La sala empezó a llenarse rápidamente. Fermín llegó con Berta, que no paraba de reír con un chiste de Aitana sobre cómo Pedri no sabe cocinar ni un huevo sin quemarlo. Ingrid y Mapi llegaron esta última, siempre animada, trajo un parlante y comenzó a poner música mientras Balde intentaba convencerla de que nadie quería escuchar reguetón otra vez. Ingrid con un pastel que había hecho ella misma, porque si alguien sabe cómo ganar corazones, es Ingrid con su comida.

Y luego estaba Ana.

Llegó casi al final, perfecta como siempre, con su cabello recogido y un vestido que parecía diseñado para ella. Saludó a todos con una sonrisa, pero fue directa hacia Gavi, dándole un beso en la mejilla que me hizo desviar la mirada.

—¿Estás bien? —me preguntó Aitana, sentándose a mi lado en el sofá con una expresión que dejaba claro que no se creía mi actuación.

—Sí, claro. ¿Por qué no lo estaría? —mentí, intentando parecer despreocupada mientras mis ojos seguían a Gavi desde el otro lado de la sala.

—Ajá. Claro. Y yo soy la próxima reina de España —respondió Aitana levantando una ceja y dándome un codazo.

Intenté cambiar de tema, porque Aitana me conoce demasiado bien y no quería entrar en detalles.

𝑶𝒏𝒆 𝒔𝒉𝒐𝒕- 𝑷𝒂𝒃𝒍𝒐 𝑮𝒂𝒗𝒊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora