Carreras ilegales

Chantajes y negociaciones

Hola... si ya se que es domingo pero no me gustaba como quedaba el cap. o quedaba muy chikito o muy grande, entonces intente hacerlo intermedio y que tuviera cosas relevantes para la trama. Ya estamos casi en la recta final. La verdad que emocionante!!!

Como siempre. Les agradezco que que lean esta historia y le dieran una oportunidad. Sin mas que agregar les dejo el capitulo:

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—¿Joven Gojo? ¿Esta prestando atención? ¡Joven Gojo!

—Shh —Silenció a su profesor.

—¡Suficiente! —contestó exasperado. —¡Esto es un insulto! Esta muy claro que no le interesa ser el mejor líder de la familia Gojo.

El hombre tomó los libros, los guardó en su maletín y se dirigió a la puerta donde ya lo esperaba Ichiji para abrirle y dejarlo marchar.

—Joven Satoru, ¿No cree que se está excediendo? Es el cuarto tutor que renuncia está semana.

—Ay Ichiji —suspiró. —Estar enamorado es increíble. Solo tengo cabeza para Yuji. ¿Alguna vez has estado enamorado?

—No, pero...

—¿No? Qué lástima. Deberías experimentarlo algún día... —dijo Satoru a la ligera. —Perdón. Disculpa...—Se corrigió de inmediato.

—No se preocupe Joven Satoru. No es su culpa que la tradición dicte que deba dedicar mi vida a usted, pero me causa alegría verlo tan feliz, sin embargo...

—Es que Yuji es... (ah) —suspiró. —No puedo creer que estemos juntos.

—Joven Satoru...

—Siempre pensé que mi capacidad de tener recuerdos vívidos era una maldición, pero.. ahora lo siento como una bendición. Cierro los ojos y siento que puedo revivir cada detalle, cada palabra, cada sonido, expresión y miradas. Ver a Yuji haciendo...

—No es necesario que siga Joven Satoru.

Hubo silencio, seguido de una expresión compungida.

—Esta bien —dijo resignado. —Cuénteme. ¿Cómo fue esa noche?

Satoru abrió los ojos. Sonrió y siguió hablando, está vez sin detenerse sobre la maravillosa experiencia que había vivido y que su mente le hacía el delicioso favor de repetir de forma obsesiva.

Ichiji escuchó en silencio, tratando de no prestar demasiada atención y al mismo tiempo no dar la impresión de que no le importaba, pues era la primera vez en toda su vida que Satoru se abría de esa manera con él.

Toc toc se escuchó en la puerta

—Adelante —contestó Satoru con efusividad. Demasiada felicidad para el gusto amargo de la fiel asistente de su madre.

—La Señora desea verlo —dijo con evidente desprecio, generado por encontrar a Ichiji sentado frente al Joven Señor Gojo, hablando como si fueran amigos, como si fueran iguales.

—En un momento voy, Nitta —respondió con seriedad.

Satoru se levantó del asiento, se ajustó la ropa e Ichiji le acomodó el cuello. Ambos salieron caminando en silencio hacia el despacho de la matriarca de los Gojo. Al llegar, Satoru tocó la puerta tras meditarlo unos segundos y entró, dejando a ambos asistentes afuera, a la espera de que fueran necesarios.

—Hola madre.

—¿No podías escoger otro momento para regresar a ser rebelde? Es el cuarto profesor que renuncia.