Carreras ilegales

Propuesta

HOLA!!! COMO CADA SABADO LES TRAIGO LA ACTUALIZACION. 

LOS LEO EN LOS COMENTARIOS. 

SALUDITOS

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—Satoru. ¿Existe un motivo por el que estés interesado en la rinconada?

—Creo que el lugar tiene excelentes condiciones para la industria.

—Abandonarás ese proyecto.

—¿Por qué?

—Lo que más odio en esta vida, son las personas que piensan que pueden burlarse de mi. Espero, hijo, que tú no seas uno de ellos —dijo dedicándole una mirada fría.

—¿Exactamente a qué te refieres?

—Utahime me envió esto.

La madre de Satoru volteó la pantalla de su laptop y reprodujo uno de los vídeos que circulaban por la escuela. Le mostró imágenes de Yuji vestido de mujer y sintió un escalofrío recorrerle el cuerpo cuando aparecieron sus amigos y sus cuñados.

—¿Se puede saber a qué estás jugando?

Satoru guardó silencio. No tenía nada que decir.

—Afortunadamente hijo. Ichiji es leal a los Gojo y me entregó este informe sobre tu actividad en los últimos meses. Tengo entendido que has dejado de frecuentarlos.

—Así que fue Ichiji... Tienes razón madre, es un hombre leal, y muchas veces me dijo que debía alejarme de esas personas o-oportunistas. Cómo dije en nuestra última reunión. Entiendo perfectamente lo que la familia ha tratado de inculcarme.

—Me alegra oír eso, aun así, a partir de ahora tendrás un guardia que te seguirá a todos lados e Ichiji me reportará cada cosa que hagas.

—No es necesario, yo...

—Tu eres un genio y no puedes esperar que crea todo lo que sale de tu boca.... —suspiró. —Se que es difícil. Alguna vez estuve en tu lugar, pero como futuro líder de la familia tendrás que tomar decisiones difíciles, mucho más que estas.

"Lo entiendo mejor de lo que piensas". Se dijo a sí mismo mientras asentía a todo lo que su madre decía. Mantuvo la cabeza baja recibiendo los regaños de su madre y las sonrisas burlonas de su padre que por alguna razón disfrutaba de la forma en que su madre lo sometía.

—¿Es un tik nuevo? —preguntó su padre de repente rodeándolo con su brazo. —Últimamente frotas mucho tu muñeca derecha.

—Me relaja. ¿Necesitas algo?

—Que frio. ¿En que momento dejaste de ser ese lindo niño que venía corriendo a mi para que jugáramos juntos?