16 otra vez

Anfitrión de un fantasma

NOTA: Sé que me tardé en actualizar, lo siento. 
Parte del capítulo hace alusión a la violencia de genero, no es fuerte, pero aviso por si acaso es un tema que te hace sentir incomodidad. 

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Ritsu se enfadó al llegar a la plaza. El mar de gente lo incomodaba pero Sho estaba muy feliz viendo todos los puestos de comida que había con motivo del día de San Valentín.

Pronto los ojos del menor de los Kageyama vieron entre la multitud a Takane Tsubomi sola, saliendo del lugar con el teléfono en la mano.

¿No se suponía que estaría con su hermano?

– Takane-san – la llamó y la ojiazul volteo.

– Hola, Kageyama-san – sonrió ella – ¿Qué sucede? –

– ¿No estabas con Shigeo? – cuestionó él.

– Ah, eso... tuvo un tema de arreglar y se fue antes – contestó de manera algo misteriosa – Yo también tengo que irme, nos vemos después – y escapó antes de que le siguiera preguntando, aunque más que para proteger la privacidad de su amigo lo hizo porque no quería aceptar que otra chica le había robado la atención de Mob.

– Que raro se portó – susurró, pero no intentó seguirla porque Sho le llamó para que fueran a comer algunas de las pruebas de chocolate que ofrecían en un stand.

Mientras en el área de comida Teruki confirmaba sus sospechas. Mob estaba enamorado de Reigen y ahora parecía que era el momento indicado para que su sueño viera la luz del sol.

– Ya veo – se llevó la mano al mentón – Entonces ¿Qué pasará cuándo Reigen recuperé su cuerpo? –

– Creo que Shigeo ya está consciente de que por su bien, ese imbécil tendrá que alejarse de él – Ekubo flotaba sobre la cabeza de Tome.

– Yo creo que deberían aprovechar – la chica sorbió descuidadamente su frappe – y es nuestro deber como amigos apoyarlos, aunque no estemos del todo convencidos –

– Supongo que tienes razón – Teruki aún no procesaba bien el asunto y le dejaba una mala sensación en el pecho, pero si así lo querían su amigos, Tome estaba en lo correcto, lo único que podía hacer sería apoyarlos y estar ahí cuando necesitarán compañía.

Abrió la boca para decir algo más, pero las palabras le fueron robadas por el pelirrojo que los veía alegremente mientras se acercaba caminando hacia ellos junto con Ritsu.

– Hanazawa – lo saludó alegremente – ¿Dónde quedó tu cita? – preguntó curioso.

El rubio se quedó confuso al darse cuenta de que el menor de los Kageyama ni siquiera le podía ver a los ojos, es más incluso lucía molesto por alguna razón.

– ¿Mi cita? – miró a Tome y a Ekubo – No estaba en ninguna cita –

– Oh, vamos – exclamó Suzuki – no seas así y dinos quién era la linda rubia que salió contigo de ese hotel –

– ¡Hotel! – gritaron Ekubo y Tome mientras Hanazawa sólo quería que se lo tragara la tierra.

– ¿Rubia? ¿Eso cuándo sucedió? No me digas que era... Reigen – Tome se impactó.

– ¡¡No!! ¡¡No es lo que creen!! – intentó excusarse con ellos – Era una cita de trabajo, fuimos a exorcizar un espectro que espantaba a los huéspedes del lugar –

– ¿Dijiste Reigen? – preguntó Ritsu con sorpresa en su mirada y en su voz.

Tome, Ekubo y Teruki se miraron entre ellos y tragaron pesado.