Antiheróe

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Había sido un día demasiado acelerado... apenas recordaba como en la mañana se encontraba escogiendo un chocolate para su "declaración". Kurata le había recomendado uno de sabor semiamargo, aderezado con un ligero jarabe de cereza . Había indagado un poco en los gustos de su jefe para ayudar a su amigo, aunque ella le había advertido la posibilidad de que terminará mal.

-Nos vemos mañana Kageyama-kun- dijo Tome acabando con la burbuja de pensamientos que absorbía a Mob - Puedo llegar sola desde aquí, será mejor que vayas a descansar - Golpeó ligeramente la cabeza de su compañero.

-Ah, lo siento Kurata-san - se excusó, ahora caía en cuenta de que posiblemente había sido molesto para ella ir siguiéndolo en silencio.

-¿Ah?, no pasa nada, tienes muchas cosas en las que pensar. Digo, te batearon y tu maestro transmuto a chica el mismo día... ni siquiera yo, entiendo como no estoy en shock por algo así... No me quiero imaginar lo que pasa en tu cabeza en este momento - dijo preocupada por su salud mental la fan de los ovnis.

-Sí, todo pasó muy rápido y aunque Reigen-san trato de consolarme- se ruborizó Shigeo al recordar el abrazo - me siento culpable de todo esto... si no me hubiera precipitado a decirle lo que sentía... quizás nada de esto hubiera pasado.

-Era innegable que algo desastroso iba a salir de tu declaración, pero no esperaba que fuera a ese nivel - Tome se dio cuenta de que lo que estaba diciendo - ¡Ah!, pero no quiero decir que esto sea tu culpa - trato de disculpase... - pero tienes que ser sincero contigo mismo... tu sabías que Reigen-san tenía que rechazarte... -

Mob lo sabía, pero se había arriesgado. Tal vez no había sido el momento adecuado, pero las palabras de Reigen golpeaban en su pecho, porque en realidad no le dijo que no le gustará... si no que no podía corresponder sus sentimientos.

Y es que era obvio para todos, su maestro tenía 30 años ahora y él apenas 16. Sabía que sus sentimientos eran auténticos porque cuando pensaba en Arataka los capullos cerca de él florecían. Tome se había dado cuenta de eso y procuraba comprar flores aún cerradas, porque cada vez que Reigen se acercaba demasido a Mob, estas explotaban con un hipnotizante espectáculo de luz.

-Yo... lo sé... -dijo cabizbajo el pelinegro - pero estoy seguro de que no le soy indiferente - la expresión del chico cambio mientras agarraba con fuerza su mochila.

Su amiga también sabía que eso era cierto... suspiro profundo... - tal vez lo que voy a decirte suene desconsiderado, sobre todo para Reigen-san... pero- se rasco la mejilla disimulando una ligera sonrisa maliciosa - ¿por qué no aprovechas esto para acercarte a él, o bueno ella? -

-No es que no vayamos a buscar una solución a esto, pero creo que es más fácil lidiar con emociones como las tuyas acercándote a la persona que te gusta... por ejemplo con Takane-san... ahora se hablan seguido y son buenos amigos cuando no podías ni dirigirle la palabra sin desmayarte... - siguió con el hilo de su idea la mayor - lo que quiero decir... es que tal vez, sólo tal vez, ahora puedas conocer mejor a Reigen-san... - terminó de hablar y se dio cuenta que Shigeo la veía sorprendido.

Su compañera tenía razón... en realidad no sabía mucho de su vida, más que los pequeños retazos que Reigen había soltado de sí mismo... su forma de ver al mundo, su lado más excéntrico, su lado más amable, su sabiduría e incluso a veces su soledad, ¿Qué sabía Mob en realidad de Reigen Arataka?

-Creo que entiendo lo que quieres decir... - Tomo sus manos emocionado - ¡Muchas gracias Tome-chan! no me había dado cuenta de todo lo que me falta hacer - Se apresuró a despedirse - Nos vemos mañana en la escuela.

La chica sonrió... -Me... me dijo Tome-chan... je... je... más le vale a Reigen valorarlo... - se mareo un poco y siguió su camino a casa con lentitud.

16 otra vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora