Capítulo 6 - Dos cosas.

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Si bien no sé qué sucedió luego de eso, mi cuerpo respondió a las llamadas de mi cerebro y correr, era casi un acto intencional.

No quería mirar para atrás. Si lo hacía sabía que me entraría más pánico del que ya y que me desconcentraría y perdería el equilibrio.

El pasillo de habitaciones tenebrosas y paredes escalofriantes parecía nunca acabarse. No importara cuanto corriera, cuanto ruido hiciera, cuanto el suelo pareciera caerse a pedazos para mis pies, no era lo suficiente.

Si me ponía a llorar, iba a ser una gran maricona, pero si seguía corriendo me ponía en riesgo mi vida.

Y no podía darme por vencida ahora, tenía que demostrarles a todos que yo podía, que yo no me iba a dar por vencida, que yo tenía que superarme a mí misma.

Temerosa pero decidida mire detrás de mí, y para mi sorpresa, no tenía nada ni nadie pisándome los talones como yo creía que sería. Aunque tampoco podía fiarme de eso, por lo tanto seguí corriendo con la mirada para atrás sobre mi hombro derecho.

El corazón se me vino a la garganta cuando sentí el impacto de mi cuerpo con el de otra contextura más alta que yo. Gire rápidamente y cuando estuve a punto de gritar me interrumpieron.

— ¿Por qué corremos, alguna causa en especial? —Eddie pregunto y solté un suspiro de alivio al ver que era él con quien había chocado y no con Hood.

Entonces me puse a pensar, que si estaba con Eddie, ni Calum ni nadie se atrevería a meterse conmigo mientras él esté presente.

Solté un suspiro y me atreví a parar de correr.

—Sabes, —empiezo. —ahora que lo mencionas, creo que no tiene tanta importancia. —digo y lo miro.

Respiro pesadamente y trato de recuperar todo el aire que perdí.

—Bueno. —dice. —Quiero que sepas que no puedes ir corriendo por ahí, en el medio de los pasillos como si un asesino en serie te estuviese buscando para asesinarte. Podría verte cualquier autoridad, y el castigo no será para ti, será para mí. Por no estar cuidando de ti y tomar cartas en el asunto como se debe. Y menos puedes hacerlo sin tener una excusa apropiada. —su voz tiene algo de diversión, pero también de autoridad al mismo tiempo. —No te lo digo para retarte, pero si como una advertencia para que esto no suceda dos veces.

—Lo siento, en serio. No sabía nada. Yo solo... —comienzo diciendo pero dejo la frase en el aire. No puedo, no puedo decírselo. No hasta estar segura de que todo lo que está pasando es en verdad real y no un producto de mi imaginación.

—Tu solo... —sigue al ver que no sigo hablando.

—Olvídate, todavía no he dormido y ya no sé qué es real y que no lo es. —cierro los ojos por un momento y cuando los abro me parece ver que los ojos de Eddie están completamente negros y sonríe. Sacudo la cabeza y parpadeo varias veces; ahora los ojos de Eddie están normales y ya no sonríe, esta serio y con una preocupación notable por como sus cejas se fruncen y una logra quedar un poco más baja que la otra.

—Okey, no quiero verte correr por los pasillos, ni por ningún lado más sin tener una respuesta concreta por el acto. —pone sus manos sobre mis hombros y me mira fijamente. —Voy a ignorarte tanto que dudaras de tu existencia.

— ¿Qué? —pregunto desconcertada.

—Decía que vayas a dormir porque mañana te espera un largo día. Primero hay que ir a hacer los análisis de sangre y luego hay que darles una revisión nuevamente.

—Ah. —logro articular.

El sueño me está afectando más de lo que pensaba, y lo peor de todo es que ni siquiera siento los parpados pesados o ganas de ir a dormir. Pero creo que Eddie tiene razón, si mañana van a realizar los análisis supongo que tengo que estar bien descansada para el día que se aproxima. En especial porque no soy muy fan de la sangre y de las agujas, y mucho menos si van a utilizarlas conmigo.

Me alejo y mi cabeza está hecha un manojo de nudos y desordenes. Voy a rezar para que mañana sea un día mejor que la mierda de hoy.

Miro a mi lado, y la habitación de Calum, ahora esta con la puerta cerrada del todo. Las demás habitaciones también están así y me fijo en la de al lado. La 336 sigue igual de siempre. Cerrada, callada y sin rastro alguno de que alguien se esté hospedando ahí dentro.

Golpeo el picaporte con los dedos unos segundos y me quedo mirando la puerta; debería ir a esa habitación; tengo que descansar para mañana; no hay nadie hay, deja de obsesionarte; él se fue y nunca va a volver; con entrar a la habitación no pierdo nada, solamente mi orgullo; si me meto y alguien me ve puedo hacer que regañen a Eddie por mi culpa, o peor, despedirlo.

Saco la mirada del número de la puerta y me concentro en el de la mía. Ruedo los ojos por lo patética que soy y me meto dentro de la pieza. Esta fría y oscura, la luz del techo titila poco a poco, pero no es nada grave. La ventana está abierta y me digo dos cosas; yo no prendí la luz y menos abrí la ventana.

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Aire paren tres días después actualizo, me zarpe mal. Pero la cosa que es no sabía dónde había guardado los capítulos y tuve que escribirlos de nuevo jajanO.

WONDERLAND [Secuela de ROOM 336]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora