capitulo 33

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― Bueno, Rachel, no quiero parecer grosera pero tú no entiendes nada de esto. Yo siempre he estado con Finny en sus cumpleaños, he tenido la oportunidad de celebrar quince de ellos― Marley se recargo en el hombro de Finn.

¿Por qué Finn no la alejaba de él? Grite en mis adentros. Vamos Finn suéltala, abrázame a mí, yo soy tu esposa, no ella. ¿Es que acaso eres ciego para no notar que esta provocándome?
No había duda, los celos estaban consumiéndome. Jamás en la vida había experimentado un sentimiento tan doloroso.

― Estoy consciente de ello, Marley. Pero créeme tu familia es más importante que yo. Así que me gustaría que fueras con tus padres― Dijo Finn sonriendo

Marley lo abrazo fuertemente

― Esta bien, iré con ellos― Suspiro ― Pero solo lo hago por ti

― Esa es mi chica― Dijo Finn mientras le hacía cosquillas.

Yo desvié mi mirada, si seguía presenciando esa escena lo más seguro es que explotara de los celos que se estaban generando en mi estomago.

― Bueno iré a hablar con tus padres― Finn salió del despacho.

Marley y yo teníamos la mirada fija mutuamente.

― ¿Feliz? ― Marley cruzo los brazos a la altura del pecho

― ¿Disculpa? ― Fruncí el ceño

― Tranquila, Finny ya se encuentra en el comedor así que deja de fingir― Camino hacia mi― Se honesta y dime porque te casaste con él.

― Marley, creo que eso no es de tu incumbencia― Trate de mantener la calma― Pero veo que tu estas muy interesada en Finn

― Si, lo estoy― Dijo con tono de ironía― A diferencia de ti, claro esta

― ¿Qué insinúas? ― Dije poniéndome muy cerca de ella

― Que tu, Rachel no amas a Finn―

Golpe bajo, sin duda alguna.

― Tú no puedes saber eso. Nadie puede, salvo yo que conozco mis emociones y sentimientos― Conteste irritada―

― Es más que obvio que no lo amas, querida. Así que porque no nos haces un favor a ambas y dejas a Finn en libertad, para que se dé cuenta de que se ha casado con la mujer equivocada― Elevo una ceja― Después de todo saldrías ganando con el divorcio. Obtendrías una buena cantidad de dinero más tu libertad.

― Escúchame bien Marley― Dije entre dientes― Si crees que...

― Rachel, cariño, es hora de despedirnos― Dora y Alan iban entrando al despacho
Yo fingí relajarme y los mire.

― ¿Ya se van? ― Dije caminando hacia ellos

― Si― Dora sonrió― El avión sale en dos horas. ¡Dame un abrazo! ―

Abrace a Dora y después abrace a Alan. Intercambiamos unas cuantas palabras más y después los tres salieron del despacho, pero claro está que Marley no podría marcharse sin antes dedicarme una mirada llena de coraje. Yo le dedique una igual y después burlándose salió del despacho, dejándome sola.

<<Eres una mujer muy fuerte, Rachel, y esa es una cualidad muy valiosa. Por fortuna heredaste el carácter de tu papá y no el mío>> Esas palabras habían salido de la boca de mi mamá, cuando yo había alcanzado la mayoría de edad.

― Estamos muy orgullosos de ti, Rachel. Jamás te doblegas ante la adversidad y siempre logras ser fuerte y no les permites a los demás verte llorar o explotar de coraje― Esas habían sido las palabras de mi papá, después de un día desastroso en mi vida.

¿Se sentirían orgullosos de mí en este momento? Claro que no, pues en cuanto me había quedado sola en el despacho yo rompí en llanto. Gracias al cielo que Finn no estaba presente, gracias al cielo.

No podía controlarme, las lagrimas brotaban aceleradamente, trataba de detenerlas pero no podía, por fortuna era un llanto silencioso, solo un par de veces se había escuchado el retumbar de mi llanto entre las cuatro paredes. Me deje caer sobre el suelo alfombrado y sentándome me abrace para controlar la manera en que mi cuerpo temblaba.

Jamás pensé que mi vida se complicara tanto debido a las mujeres. Primero Santana, luego Marley y ahora Quinn Fabrey. ¿Quién más? Muchas más, me auto respondí. Solo que el resto disimulaba.

― Yo ni siquiera lo elegí como esposo― Dije susurrando mientras las lagrimas cesaban momentáneamente― El me eligió y yo solo acepte para no decepcionar a mi familia.

Mi espalda se reunió con la alfombra y contemple el techo. Después de algunos minutos cerré los ojos y por mi mente pasaron infinidad de cosas.

Te amo Finn Christopher Hudson, dije mientras sentía como las lágrimas volvían a mojar mi cara.


― Rachel― Se escuchaba la voz de Finn a lo lejos― ¿Dónde estás, Rachel? ― Repetía una y otra vez.

Me tape la boca para evitar que el escuchara mis sollozos y apreté los ojos lo más fuerte que pude, pero pronto sentí como mi cuerpo de separaba del suelo.

― Rachel, ¿qué tienes? ― Preguntó Finn preocupado― Amor, contéstame. ¿Te duele algo? ¿Quieres que llame al doctor? ― Finn me apretó contra su pecho mientras se sentaba en una de las sillas que había en el despacho.

― No tengo nada― Dije en apenas un susurro― Solo ha sido un momento de debilidad― Apenas y podía distinguir su cara a causa de las lagrimas que aun salían de mis ojos.

El se apresuró a secar mis lágrimas con su dedo pulgar y me beso en la frente.― ¿Cómo que un momento de debilidad? ― Tenía el entrecejo fruncido― Vamos linda, respóndeme, siempre es bueno hablar y no quedarse callado.

― ¿Sabes cuantas veces me he cuestionado el porqué te casaste conmigo? ― Dije mientras fijaba mi mirada en la suya.

― Veo que aun sigues arrepintiéndote de haber contraído matrimonio conmigo― Apretó sus labios

― Es solo que nunca pensé que... habría personas empeñadas en separarnos― Sentí como su mano se ceñía con fuerza a mi cintura― Yo no quiero que te canses de mí y me dejes. No quiero que... no quiero que...― Me costaba trabajo seguir hablando

― Rachel Barbra Berry, eso jamás pasara― Dijo apartando un mechón de cabello de mi mejilla― En todo caso yo soy quien debe estar preocupado.

Esta vez fui yo quien frunció el ceño y trate de incorporarme lo mejor que pude.

― Ahora dime tú, ¿Sabes cuantas veces he temido que me pidas el divorcio? ¿Sabes cuantas veces estuve a punto de alejarme de ti debido a tu rechazo?― El acerco su cara a la mía― Muchas, pero fueron más las veces en que me aferre a ti, porque te amo.

Todo mi ser colisiono. Simplemente sentí como la alegría inundaba mi interior y hacia a un lado a la desesperación y temor.

― Finn...

Pero el me beso, me beso de una manera especial. Simplemente me beso como nunca antes lo había hecho. Yo rodee su cuello con mis manos y cerré los ojos. El me besaba con una ternura excesiva, de manera lenta y abrazadora.

― Estoy casado contigo, Rachel. He elegido pasar el resto de mi vida junto a ti, y créeme no parare hasta conseguir que me ames― Una vez más el me beso y yo sentí como un par de lagrimas brotaban de mis ojos, pero estas eran lagrimas de felicidad.

El no necesitaba conseguir que yo lo amara. Yo ya lo amaba.

Amor en secreto (finchel) terminada&lt;3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora