|| MI ANGEL GUARDIAN ||

Capitulo 5

SEGUNDA PARTE

-Niel-

— ¡Vamos chicas!— Gritaba— ¡Quiero llegar a tiempo!

— ¡Ya vamos! —Respondieron en unísono—

Comencé a correr lo más rápido posible para poder verlo.

Las chicas se cansaron de correr y yo seguí mi camino sola, llegué hasta el campus donde siempre nos reuníamos me senté en una de las bancas a esperar por él, al poco tiempo sentí unas manos en mis hombro giré mi rostro y ahí estaba él con una sonrisa de oreja a oreja, comenzamos a charlar un poco y luego fuimos a una heladería.

— ¿Y el colegio cómo va? —Preguntó—

—Pesado, ya son las finales y este año por fin voy a graduarme... ¿Y la universidad?

—Igual, solo que te vas acostumbrando poco a poco.

Kris termino riendo y lo acompañe en sus risas mientras caminábamos por unos de los senderos del campus, él me llevo a casa y lo invite a pasar, mi nana no se encontraba.

No recordaba mucho de mi vida, había tenido un accidente unos años atrás donde había perdido gran parte de la memoria, gran parte de mi vida, solo recuerdo haber despertado en una habitación de hospital con la señora María al lado mío, mi nana de toda la vida, mis abuelos me habían dejado a su cuidado antes de salir del país, era algo frustrante no tener todos mis recuerdos.

<< ¿Y si viví algo importante?>>

Subí a mi cuarto a dejar mis cosas y baje nuevamente hacia la sala de estar, Kris tenía la mirada perdida con una sonrisa casta en su rostro, hasta que se dio cuenta de mi presencia, bajo su mirada.

— ¿Qué pasa?—Pregunté—

—Nada...es solo que—Guardo silencio unos segundos—tu casa es muy linda.

—Gracias— sonreí — ¿Kris me ayudas con mi tarea?

—Claro... ¿De qué es?

—De historia universal... por eso te pido ayuda, sabes que no es mi fuerte.

Kris hizo un leve puchero en los labios y asintió con rapidez.

—Ves por tus libros, te espero aquí.

Fui por mis textos e inicié hacer mis tareas con un poco de su ayuda, a las dos horas terminamos todo, Kris se levantó de su asiento y se estiro alzando sus brazos al aire.

—Ya es todo, es tarde y debo irme.

Dijo ladeando sus labios en una sutil sonrisa.

—Comprendo, gracias por ayudarme Kris.

—No es nada princesa.

Admito que cada vez que me llamaba de una manera tan hermosa mi corazón se volvía loco, podía escuchar como latía desesperado.

—Te acompaño a la puerta.

Kris asintió y camino hacia la puerta de salida y se despidió no sin antes dejar un sutil beso en mi mejilla.

Un vez ya no pude verle lleve mi diestra a mi cachete sin evitar formar una curva pequeña en mis labios.

<<Es familiar>>

Cerré la puerta con llave y ordene las cosas para mañana, comí un poco de cereal y una vez había terminado subí a mi habitación a limpiar mi viejo violín.