Capitulo 10

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-Lay-

Estaba sentado en el edén del infierno, alojado en la parte interna del noveno castillo del averno, tan solo meditaba en silencio, pero una brisa tierna y con un aroma especial paso inundo mi cuerpo por completo, agitando delicadamente mis cabellos, abrí mis ojos con cuidado y me encontré con Abel sonriendo ampliamente, mi rostro cambio por completo.

<<Jamás deja de sonreír, me causa nauseas>>

—No te sorprendas, ya debes de saber quién soy ¿No?

Dijo con un semblante bastante relajado.

—Y si no lo has entendido todavía, Yo soy...

Lo interrumpí.

— ¡Ya lo sé! ¿Qué quieres?

Dije aun sentado en la grama mirándole directo a los ojos, bastante irritado.

— Quiero saber una cosa.

— ¿Qué?—pregunté en seco—

— ¿Quién es Kris?

Fruncí el ceño, su exaltación era diferente a la anterior, estaba serio.

— ¿Por qué me preguntas eso?

Él solo negó y miró hacia otro lado.

—Mejor olvídalo...

Lo miré con cuidado y noté cierta maldad en sus ojos.

<<Niel>>

— ¿Qué le hiciste a Niel?

Abel se sobresaltó, enseguida me puse de pie esperando su respuesta.

—Nada...

Contestó y esa sonrisa medio picara volvió a su rostro.

—Dime la verdad...

— ¡Que nada!

Me gritó, sus ojos se volvieron rojos, se podía notar el nivel de maldad que tenía, sabía a quién me enfrentaba, pero miedo no le tenía.

—A mí no me mientes, le hiciste algo, ¡Dime la verdad!

Abel se acercó a mi demasiado rápido y me empujó con mucha fuerza haciendo que tropezara sobre una gran estatua del ángel de la muerte que había en aquel lugar.

—No me hables de ese modo, sabes muy bien quien soy o ya deberías asimilarlo, perfectamente podría matarte.

Me levanté algo débil y limpié la poca sangre que salió de mi labio inferior, lo entendí todo, hay pocos demonios con ese poder, este podía emanar fácilmente de su cuerpo, fui un idiota al no darme cuenta desde el principio.

—Eres un hijo de Lucifer.

Abel sonrió sínicamente y su cabello un poco desordenado cubría parte de su rostro, se dio media vuelta alejándose del lugar.

—Aléjate de Niel, ahora es mía.

Me sentía impotente, no podía atacarlo, era prácticamente un ser nefasto a su lado.

Perdido entre pensamientos me deje caer sobre la grama una vez más buscando recuperarme de aquel golpe.

Desperté un poco mejor, después de semejante porrazo, fue casi un milagro de que no me doliera nada, me encargué de algunas cosas que tenía que hacer para después salir al colegio.

Por el camino del séptimo reino del infierno me encontré con Eliel, parecía ido en sí mismo y decidí acercarme, reposaba sobre una de las paredes del castillo.

|| MI ANGEL GUARDIAN ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora