Capitulo 22

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-Eliel-

Me acerqué de igual manera a Mikel y Eric los cuales se colocaron detrás de Niel quitándole sus ataduras.

Por mi parte apoyé la cabeza en el hombro de Kris, estaba más calmado eso me alegraba.

<< Ya todo acabó >>

Susurré en mis adentros, mientras cerraba un poco mis ojos, de pronto sentí a Kris gruñir y su cuerpo volver a calentarse.

Abrí mis ojos de golpee y pude ver perfectamente como Mikel colocaba su espada en el cuello de mi amigo mientras Eric escapaba con Niel en brazos, esta gritaba fuertemente el nombre de él.

Miré a Mikel un tanto perdido y al ver que Eric ya no estaba Mikel desapareció de la misma manera, Kris fue tras ellos, pero no contaba de que no podía salir del inframundo por sí solo, me acerqué a él, se negó unos instantes por la ira que sentía, no hice caso y lo envolví en mis alas abriendo un portal volviendo al mundo humano.

Llegamos en medio de una carretera, estaba vacía, miré a los ojos a mi amigo, estaba triste, sus ojos rojos tenían lágrimas, lagrimas que deseaban salir disparadas.

—Kris...

Kris tomó vuelo y rápidamente lo seguí, después de unos minutos llegamos a un bosque realmente hermoso, yo quedé casi que cautivado por el lugar.

Kris detuvo el vuelo y bajó a tierra dando pasos lentos hasta caer arrodillado y las manos extendidas.

No entendía que pasaba así que baje con la vista al frente y noté a Niel acostada en el suelo del bosque, al lado de una estatua de arcángel muy agraciada, estaba con las heridas sanas pero su cuerpo estaba dormido dentro de un campo de protección.

Miré a Eric y Mikel mientras me arrodillaba detrás de Kris abrazándole por los hombros, estaba llorando varias de sus lágrimas quemaron mis manos.

-Abel-

En mi travesía encontré en uno de los pasillos principales a Lay, con su brazo ensangrentado y a medio sanar, tirado de rodillas mientras miraba su cuerpo.

Me acerqué a paso lento y me puse a su altura, este me miró con desprecio.

— ¿Qué quieres Abel?

No le presté atención y coloqué mi mano en su brazo empezando a curar su herida o lo que quedaba de ella. Al terminar retiré mi mano y lo miré a los ojos.

—No me preguntes, ni yo sé porque te ayude.

—Eres extraño...

Me encogí de hombros.

Ves a ver a Niel y cuida de ella por favor...

Me levanté y le extendí la mano, este rápido la tomó y se colocó a mi altura.

—Lo siento... —susurré y el solo negó por unos instantes—

—Jamás digas "Lo siento" es la palabras más hipócrita que puede existir.

— ¿De qué hablas? No te entiendo...

—Lo estás sintiendo tú, ¿pero has pensado en lo que sintió o debe estar sintiendo Niel?

Guardé silencio por unos segundos y luego asentí ante sus palabras retirándome de ese lugar.

—Cuídala...

Fue lo último que logre decir. Aún tenía que calmar la furia de Satán.

-Niel-

Desperté desubicada, miré todo a mi alrededor y enseguida reconocí la estatua que hace ya mucho mis padres me habían dedicado, detrás de mí estaban aquellos ángeles que me advirtieron de todo.

Pero mi mirada se clavó en el ser de aura maligna, de ojos rojos y gran tristeza reflejada.

—Kris...

Dije en un suave murmuro intentando correr a él pero algo me lo impedía, estaba atrapada.

— ¡Sáquenme! ¡Kris! ¡Déjenme tocarlo!

—Puede lastimarte Niel...

Sabía que era uno de los ángeles quien hablaba, el chico detrás de Kris ni siquiera movía sus labios.

— ¡No lo hará! ¡Sáquenme de aquí!

De pronto el campo se debilito hasta dejarme libre Eliel se separó de Kris y yo me acerqué a él, tomando sus manos con las mías, sus manos se quemaron en el momento que las toqué las del pero sanaban de la misma manera.

Llevé mi diestra a su rostro, se quemaba igual, y limpie esas lágrimas que surgían de sus ojos de manera interminable.

—Kris...

Empecé a susurrar una y otra vez su nombre.

—Aquí estoy... Cálmate...vuelve a ser tu Kris, mi angelito...

Kris no despejaba su mirada de la mía, mis manos acariciaban con gran cariño sus mejillas y mansamente fui acercando mi rostro al suyo dejando corta la distancia entre nuestros labios.

Dejé un suave y sutil beso sobre su boca, para separarme lentamente pegando nuestras frentes sin quitar nuestras miradas.

—Tranquilo...

Sus lágrimas fueron cesando mientras una débil sonrisa se vio reflejada en su rostro, su semblante una vez más se tornó tranquilo, tanto como a mí me gusta. Mis manos ya no quemaban su piel y este reacciono tomando mi cintura abrazándome con fuerza

—Pequeña...




NOTA: Ya casi nos acercarmos al final de la historia.

Si les gusta la novela haganmelo saber con su voto o un comentario, seria muy agradable.

no olviden seguirme.

hasta el proximo Capitulo.

|| MI ANGEL GUARDIAN ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora