Capítulo 1. El niñero de los Byun

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No sé cómo se supone que debería comenzar este relato. Iniciando por el hecho de que tampoco sé cómo llamar a este momento de mi vida; ¿"El inicio de mi perdición"? ¿"Cuentas por pagar"? La verdad... es que no me molesta en lo absoluto, pero lo que les voy a contar a continuación es un completo estrés. Sobre mi vida siendo el niñero de los Byun.

El señor Alam, o mejor conocido como el Doctor Byun Ah Ram, es un famoso cirujano cuyo respeto, aprecio y admiración se ha ganado pese a su pulcro trabajo. Entre sus admiradores, estoy yo. No por el hecho de que quiera convertirme en un doctor, ya que eso realmente no es lo mío, sino que fue él mi más grande héroe cuando yo solo tenía apenas diez años.

Mi madre tenía sus días contados y se estaba quedando ciega pese a un tumor cerebral. Luego de recorrer un sin fin de hospitales, no fue nada menos que el Dr. Byun quien salvó a mi madre. Por ello lo veo con los ojos que cualquier niño vería a un super héroe luego de salvar la vida de alguien. Y le estoy indudablemente agradecido, a demás de que no poseíamos los suficientes recursos monetarios para pagar la cirugía, el doctor aseguró que con el tiempo esa deuda sería saldada. Él conocía a mi madre desde hace mucho tiempo, por lo cual fue condescendiente con nosotros.

Como sabrán, ya no soy ese niño de diez años. Estoy a uno de llegar a mis famosos veinte años y una desgracia sucedió hace unos días. El doctor falleció en un misterioso accidente de tránsito.

Siempre en mi vida he sido alguien de corazón recio, o al menos simplemente no doblego ni me derrumbo en frente de otras personas. Y aunque no llorara mientras lo miraba a los ojos en sus últimos alientos de vida, el corazón se me estrujaba en las paredes de mi garganta. Era insólito ver cómo había salvado tantas vidas, y nadie... NADIE era capaz de salvarlo a él.

"Un policía puede ser atracado por un ratero. A un bombero se le puede quemar la casa. Los doctores pueden enfermar. Porque todos somos humanos. Pero esta bien... todo está bien. Mi misión aquí está hecha".

Eran las palabras del doctor Alam, quien sostenía con fuerza mi mano como si fuese yo quien me estuviera muriendo. Y para ser sinceros de esa manera me sentía. Por dentro me estaba derrumbando en pedazos. Ver al héroe de acero ser derrotado, era decepcionante. Ver a alguien que había sido como un padre, perecer injustamente frente a tus ojos.

Yo le hice una promesa. Y con el mayor placer del mundo le enseñaría que soy un hombre de palabras.

Bajé del taxi con un par de maletas a la mano y la mochila ajustada a mi espalda. Me hallaba frente a una colosal casa cuya fachada era sencilla y hermosa. El jardín estaba muy bien cuidado, con árboles repartidos estratégicamente en el jardín, un pasto llano y parejo. Era de noche, por lo cual los faros y las luces exteriores alumbraban majestuosas cada detalle de los arbustos floreados.

Atravesé caminando lentamente por el sendero hasta llegar a la puerta de madera pulida, y toqué el timbre a un costado de esta. No fue necesario contar los treinta segundos pasados antes de que un joven hombre de estatura muy similar a la mía, abriese la puerta con un bebé en brazos. Su cabello era rubio. Si yo medía 1.86m de altura, el chico me sobrepasaba por al menos 5 cm más. Me pareció que su expresión era muy ceñida y tosca, sin embargo su trato y la amabilidad con la que se dirigió a mí, me fue grata, y eliminó todo rastro de mal impresión que pudo haberme causado segundos antes.

- ¡Park Chan Yeol! -Más que una pregunta, aquello fue una afirmación-. Te estaba esperando. Por favor pasa a tu propia casa.

Se hizo a un lado de la puerta y con un amable gesto abrió espacio para que yo ingresara. El bebé en sus brazos soltó un quejido frunciendo el ceño y se dio bruscamente la vuelta removiéndose un poco para observar hacia las espaldas del chico, reposando el mentón sobre su hombro mientras hacía un mohín que amenazaba por estallar el llanto.

El niñero de los Byun [Hiatus]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora