Capítulo 10. Facetas

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Nos encontrábamos todos, o al menos la gran mayoría, en la sala, observando a ese extraño... cachorro. En mis brazos estaba KyungSoo quien lo miraba serenamente pero como si lo despreciara. Suho y Xiumin lo acariciaban y jugaban con él. Mientras el resto encontraba la manera de llevar la situación.

Una situación poco usual. No todos los días se ve a un niño que se cree cachorro. Por supuesto hay pequeños que juegan a ello, pero Luhan esta vez iba en serio. Había estado actuando de esa manera desde que nos despertamos.

— ¿Por qué no solo deja de hacer eso?

— ¿Qué no ves? ¡No puede! —Alegó el hermano mayor quien estaba a mi lado, como si fuera lo más obvio del mundo, pero ¡Hola! ¡Nadie me ha explicado qué está sucediendo! Ante mi clara expresión de confusión, el moreno me miró con cierto asco. — ¿Acaso Kris no te mencionó que Luhan tiene TID?

— Lo hizo pero... "Casualmente"... —mencioné con énfasis esta palabra— No me explicó que carajos era TID.

— Trastorno de la Identidad Disociativa. ¡Duh!

No sé quién era peor explicando; Kris el superficial, o Tao el que "Es lo que es" y todo es tan obvio para él. Tomé aire y exhalé intentando guardar la paciencia para tratar de llevar una amena charla con ese chico.

— ¿Y en qué consiste?

— Resumiendo... El paciente tiene varias personalidades —Esta vez la presencia intermitente de Lay fue la que hizo acto de aparición, a un lado del hermano mayor—. Es cierto que todos tenemos varias personalidades, pero lo curioso de esto, es que no tiene control de ellas. Es como si tuviera varias personas viviendo dentro de sí. El paciente y sus personalidades pueden estar consientes de que no son los únicos que habitan en el cuerpo, o puede que no, tal como en el caso de Luhan.

La manera en la que Lay se expresaba, teniendo solo 14 años, era como la de alguien de nuestra edad —refiriéndome a los mayores de la casa—, y su voz apacible le daría a cualquiera el gusto de llevar una plática con ese chico. A demás era conocedor de muchas cosas, lo cual me era útil luego del nefasto intento por socializar con Tao.

— ¿Quieres decir que Luhan no sabe que, a veces se cree... perro? —Me atreví a preguntar para organizar mis ideas.

— Él cree que cuando despierta en otro lugar y no se acuerda de nada, es narcolepsia. Es lo que podemos decirle luego de sus episodios. —Me informó el más alto, pero sin apartar su mirada de desprecio y orgullo que tenía clavada en mí, sin embargo esta era un poco desanimada. Pero traté de obviar ese hecho por el momento.

Decirle a Luhan que tenía narcolepsia y no un trastorno de la identidad era extraño, pero de cierto modo era más sencillo de digerir la primera opción. Y como si mis pensamientos fuesen escuchados por Lay, este habló.

— Le explicamos que de pronto se quedaba dormido por un largo tiempo, eso es todo.

Volví mi vista al cachorro quien habíamos sujetado con un arnés y atado a la manija de un baño, cuya puerta se encontraba cerrada, ya que un collar para perros sería molesto para la anatomía humana. Y esa era una factible manera de tenerlo controlado.

Suho se acercó a mí y tiró de mi playera para llamar mi atención, pero le hice un gesto en señal de que esperase un momento.

— ¿Cómo sabes tanto del tema? —Le pregunté al adolescente entre nosotros.

— Leía una historia que trataba sobre una persona con múltiples personalidades.

— Oh, ¿En serio? —Inquirí interesado, viendo una luz al final del túnel— ¿Y cómo termina?

El niñero de los Byun [Hiatus]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora