Salí de mi habitación a penas semi preparado psicológicamente como para enfrentarme a los hijos de la familia Byun. Aún no conocía las habitaciones de cada uno, por lo cual la selección quedaba a mi suerte.
Decidí comenzar por la primera habitación del otro extremo del corredor, con una rueda de la fortuna sobre mi cabeza mostrando cada uno de los rostros de los niños, girando y girando sin parar con la aguja pasando desapercibido rápidamente a cada uno. Ya me encontraba frente a la puerta y la rueda comenzaba a detenerse. Así que giré la manilla y abrí la puerta; la rueda imaginaria por fin se detuvo y la aguja señaló el rostro de mi primera pesadilla, Tao.
- Y me dijo que le avisara, y yo le dije "No es mi problema" y luego me dejó en visto. O sea, ¿qué le pasa?... Primero me llega recriminándome de algo que no me incumbe y.... -Guardó silencio al verme parado en la puerta y enarcó una ceja fulminándome con la mirada- ¿Te importa? Grandísimo inepto, ¡es mi habitación! -Se colocó de pie bajando el celular de su oreja cuando hablaba con quien sabe quién por llamada telefónica-. ¿Tanto te costaba tocar la puerta? Estoy ocupado.
De acuerdo, aquello me intimidó, y aún más cuando se acercaba severamente hacia mi persona con pasos firmes y su clara expresión de enojo.
- Yo. Lo siento... no lo volveré a hacer...
Retrocedía instintivamente con cada paso que él daba hasta quedar totalmente fuera de la habitación, mirándole apenado. Era cierto. Muy mal hecho de mi parte el haber interrumpido de semejante manera, pero no estaba acostumbrado a ello ya que mi pequeña familia desde siempre tiene la confianza incluso de darse una ducha con la puerta del baño abierta.
- ¿Sí? Pues más vale que no vuelva a ocurrir -depositó una mano en la orilla de la puerta mientras con la otra sostenía el celular contra su pecho, para que por el auricular no se transmitirse la pelea-. Pervertido.
Musitó antes de cerrarme la puerta en la cara cosa que me hizo sobresaltar pese al estruendo. ¿Pervertido yo?
- Lo siento ¿en que estábamos?... Ahg, es el molesto "Niñero" que le consiguieron a mis hermanos... No, yo no. Ya estoy grande para eso...
Su voz se escuchaba fuerte y clara hasta que se alejó de la puerta. Suspiré pesado y enredé los dígitos de mi diestra en mi cabello, caminando cabizbajo hacia la puerta contigua. Cuando levanté mi mirada justo antes de girar la perilla, una pequeña presencia llamó mi atención. Enarqué una ceja cuando lo observé mirarme con grandes ojos de curiosidad abrazando un peluche completamente distinto a los que había visto antes; esta vez era un perro gigante, o pues lo era para su pequeño cuerpecito.
Desvió la mirada hacia la puerta y aferró más el abrazo hacia su 'mascota' inerte antes de mirarme.
- Ese es el planeta de Lay. -Me informó con su pequeña vocecita. Hacía mucho tiempo no trataba con un niño pequeño y aquello resultaba adorable.
- ¿Querrás decir 'habitación'?
Él me miró confundido y yo solo exhalé divertido ante la situación. Supongo que no debo entrar a su alcoba pues de que estuviese durmiendo no lo dudaba. Me enfoqué entonces en Luhan, quien estaba frente a mis ojos. Aún tenía las comisuras labiales manchadas de chocolate. Al parecer nadie se dignaba a limpiarlo y él mismo ni siquiera se miraba a un espejo.
- Oye Lulu... Hm ¿Puedo llamarte de esta manera?
- ¿Puedo decirte Yeolie?
Respondió con inmediatez sin despegar sus ojos de mí. Yo asentí y entonces él sonrió vencedor.
- Entonces adelante. -Espetó con emoción.
Sonreí algo apenado y divertido por la situación de la cual no tenía la más mínima experiencia.
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El niñero de los Byun [Hiatus]
RandomPark ChanYeol se las ingeniará para cuidar de siete hermanos. Pero lo que creyó ser un trabajo de medio tiempo, se convertirá en su vida cotidiana, acarreando con todo tipo de problemas y eventos que le darán a su propia existencia un giro de ciento...