Volví, prras.¿?
De antemano disculpen algún horror que se me pueda haber escapado pues tuve que aprovechar mi arranque de motivación y comencé a escribir del celular. Fue horrible pero espero que haya valido la pena.
Cuenta la leyenda, que una vez cada seis meses, los niños de la familia Byun son iluminados por la luz invisible de la tercera luna de Júpiter. Y entonces... Son obedientes.
Ese fue el día. El día más feliz desde que comencé con ese trabajo.
Si acaso mi única responsabilidad fue preparar la comida y limpiar un poco.
Los niños hicieron sus respectivas habitaciones. No hubieron peleas de segundo grado, solo pequeñas diferencias de opinión que resultaban pacíficas, en las cuales no me fue necesario intervenir.
Tao estuvo practicando sus actuaciones, y aunque Xiumin se involucraba representando cualquier personaje y saboteando la escena, el mayor se limitaba a improvisar, como si se tratara de algún obstáculo que pudiera aparecer en el escenario.
Esta vez Luhan no ingirió grandes cantidades de dulce. Al contrario, se comió todas las verduras a la hora del almuerzo y mere do sólo una galleta. Kyung Soo, igual. No hubo gruñidos, ni rabietas, ni juguetes siendo lanzados con ira. Comió, tomó su siesta, y jugó tranquilamente con Lú.
Suho me entregó algunos de sus ahorros para comprar lo que hiciera falta. Aunque por supuesto, no lo acepté. Él no insistió demasiado de todos modos, así que lo regresó a su alcancía. El resto del día se la pasó platicando con Lay sobre ciencias, mitología, teología, astronomía y cosas de sus intereses cientificos.
Por su parte, Lay me ayudó con los quehaceres de la casa: sacar la basura... Y eso fue todo.
Dijo que había quedado exhausto, pero se propuso no dormir hasta que fuese de noche. Por lo cual se entretuvo platicando con su hermano o leyendo un libro. No un libro de misterio y asesinatos como solía hacer, sino uno de romance.
BaekHyun estuvo cantando Karaoke en la sala, siendo seguido por sus hermanos menores, inundando el living de alegría con aquellas voces desentonadas. Y a pesar de que Baek era enormemente introvertido, esta vez me tomó por sorpresa con aquella iniciativa. Al principio se notaba incómodo, lo que resultaba más evidente cada vez que yo estaba cerca. Pero luego de cantar una canción con él, la timidez fue pasando a segundo plano.
Debo admitir que el joven tenía una voz hermosa.
Luego de la cena cada quien se individualizó en sus actividades, la mayoría en su habitación. Lo mismo hice yo. Tenía un par de procesadores por revisar y una laptop que desarmar. Así que instalé mi 'campo' y me acomodé en el suelo mientras oía algo de música con un volumen moderado.
Mi frustración fue grande cuando unos minúsculos tornillos se me habían extraviado, encontrándolos luego de casi una hora de búsqueda y frustrándome a continuación porque no lograba hacer encender la portátil. Tuve que desarmarla de nuevo e inspeccionar cual era el problema.
Me llevé una mano a masajear mi nuca y luego me estire para acomodar mi columna. Me sentía un poco saturado. Ya el reloj marcaba la media noche y en lugar de descansar como bien merecido lo tenía, estaba ahí rompiéndome el casco.
Me recosté un instante en la cama, tratando de relajarme y pensar con mayor claridad, pero solo conseguía más frustración. A veces sentía que el día no me era suficiente para el montón de cosas que necesitaba hacer. Era como si la tierra rotara el doble de rápido.
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El niñero de los Byun [Hiatus]
RandomPark ChanYeol se las ingeniará para cuidar de siete hermanos. Pero lo que creyó ser un trabajo de medio tiempo, se convertirá en su vida cotidiana, acarreando con todo tipo de problemas y eventos que le darán a su propia existencia un giro de ciento...