Amigos

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Tres horas después, y yo ya había aprendido casi todo lo que había que saber acerca de Nathan Weasley. Él me había contado los pequeños detalles de su vida, así como algunas otras cosas de las que nadie sabía.
Él había sido cuidadosamente atento, dulce y se había comportado como un caballero. Tenía que admitirlo, me sentía alagada por él. Él era la clase de chico que mi madre querría para mi, la clase de chico que yo sabía que me convenía, y todo había ido muy bien, hasta que llego Kaidan.
¡Dios! Era lo último en lo que debería de haber pensado, pero  se veía jodidamente guapo llevando esa playera verde en cuello V, con unos pantalones algo ajustados y sus ojos viéndose más verdes de lo normal. Su cabello se había visto revuelto, despeinado por el aire,  y cargaba con una mirada ceñuda en su rostro. Incluso así, él se veía sexy. 
Toda yo era consciente de él, y me había sentado recta en mi lugar tratando duramente de no mirarlo, pero su mirada taladrandome desde la distancia no me ponía fácil las cosas. Admito que una parte de mi, cuando me retire hacía el baño, había deseado fervientemente que él me siguiera, y él lo hizo. 

¡Y oh bebe de todos los cielos! El chico fue un idiota. Había tomado todo mi esfuerzo mantenerlo lejos de mis pensamientos cuando volví a la mesa.
De regreso a casa, yo simplemente no podía alejar a mi mente de kaidan. Apenas y había prestado atención a Nathan en todo el camino.
— yo… espero que te hayas divertido—parpadee, torpemente volviendo a la realidad

— eh...si, fue genial —puse mi sonrisa menos afectada y él me la devolvió encantado
— me alegro —Por un momento su sonrisa titubeo, y él lució un poco nervioso— ¿sabes? Quisiera que no fuera la última

Bueno, yo no estaba exactamente de acuerdo con eso.
Aún así, no podía ignorar el hecho de que Nathan había sido amable, y en realidad él no era una mala persona. Era más divertido de lo que aparentaba, y fue quizás debido a ello que termine respondiendo:

— claro
— ¿eso quiere decir que saldrías conmigo otra vez? —pregunto, usando aquella expresión entre sorprendida y divertida. Una pequeña risa suave salio fuera de mi
— si, me encantaría
Asenti
— bueno... —Él no oculto su sonrisa esta vez, él se veía complacido. Nos detuvimos justo frente a la puerta, y yo no estaba segura de si en ese momento teníamos audiencia oculta. Aunque para ser sinceros, lo más probable era que ellas lo estuvieran.
Mire a Nathan frente a mi, él era tan solo unos céntimetros más alto que yo, por lo que tuvo que inclinarse hacia delante mientras yo me preparaba para el beso en la mejilla que venía a continuación, pero no fue en la mejilla donde sus labios se posaron. Los sentí presionar contra los míos, suave, delicado, él tenia los ojos cerrados y los míos en cambio, no podían estar más abiertos. Se retiro en cuestión de escasos segundos,  mirando mi expresión estupefacta, malinterpretandola totalmente—. Te veo mañana, Brooke.
Y se marcho con una sonrisa antes de poder contestarle algo, ¿él me había besado?

¡Hay dios, claro que lo hizo, tonta!

Me las arregle para salir de mi sorpresa, tragando aturdida e ignorando la voz en mi cabeza antes de entrar en la casa, donde la sala de estar estaba extrañamente vacía.
Me sorprendió no encontrar ahí a Sarah o a tía Dane incluso Lessa no se encontraba ahí, y me pregunte si abrían salido a algún lado. Un poco confundida, subí los escalones hasta mi habitación. El silencio reinaba también en el segundo piso, y cada vez me encontraba un poco más segura de que no había nadie en casa.  Eso hasta que gire la perilla de la puerta y esta reveló la figura de Lessa, recostada en mi cama, con el diario descansando en su regazo. Ella me miro y sonrió mientras que yo la miraba con una ceja arqueada
— ¿que tal tu cita?
El recuerdo de lo sucedido en la puerta volvio a mi cabeza y me hizo arrugar ligeramente el rostro, todavía no muy segura de que pensar sobre eso.
—normal —murmure, y añadí:—.¿Dónde esta sarah, y Jay?
—Jay ha tenido que ir a casa—respondió, cerrando el libro y poniendolo sobre la cama—, y Sarah ha ido a con tu tía a la librería —se sento recta en la cama, arrastrando su peso hacia atrás de manera que yo pudiera sentarme cómodamente frente a ella—. Ahora dime que paso con Nathan
Abrí los labios momentáneamente desubicada. Aquella era la razón por la que Lessa era mi mejor amiga, por lo cuál eramos tan unidas: no había persona en el mundo que me conociera mejor que ella. Era la única que podía ver atraves de mis palabras, y sin importar cuanto tratara de ocultarlo, ella siempre sabría lo que ocurría conmigo. A veces incluso mejor que yo misma.
Me sente en el espacio frente a ella y me tome unos segundos para ordenar las cosas en mi cabeza.
—no es tan malo como creí—murmure en medio de un pequeñísimo puchero—. Fue realmente amable conmigo durante todo el tiempo que estuvimos ahí.
Exceptuando cuando se puso en aquel estado triste y melancólico después de contarme acerca de su novia. Pero eso era algo que no me concernia a mi contar.
—eso no suena tan mal
—lo sé, no lo es —suspire con pesadez y mis hombros se hundieron—. Todo iba bien hasta que Kaidan apareció
Por un instante el ceño de Lessa se fruncio y una mirada confundida fue lo que me dio, pero tras un segundo el reconocimiento lleno sus rasgos y me dio una mirada sorprendida y curiosa.
—oh, Jesús —murmuro, ligeramente preocupada, y emocionada—. ¿se acerco? 
—no, no mientras estaba con Nathan, pero lo hizo cuando,eh, fui al baño
—¡ay, chica! —Lessa se abanico la cara con exuberante dramatismo—. ¿las cosas se pusieron tensas?
—las cosas siempre estan tensas con Kaidan —murmure, y me arrepentí nada más decirlo. Lessa me miraba con esa expresión picara insinuante, y senti al instante como mis mejillas se calentaba nada más de pensar en Kaidan y yo... de esa forma—. Ni una palabra, Brooks
La amenaze con mi muy derecho dedo índice antes de que dijera algo que terminara de ponerme más roja. Su cabeza se hecho hacia atras cuando ella soltó una sonora carcajada. Entorne los ojos y bufe.
—deberias acostarte con él y ya—dijo y me hizo fruncir el ceño con una expresión aterrada—, así te quitarias toda esa tención de encima, y apuesto a que él no se negaría.
—yo no voy... a acostarme con él
Solte con todo el terror y el desagrado que pude conseguir, aunque a decir verdad, temor y desagrado era lo último que me provocaba esa idea.

Red ||Pausada||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora