El baile [parte 2]

30 3 0
                                    

Kaidan caminaba hacía mi con una lentitud seductora, y una mirada tan calculadora como la de un cazador al acechar a su presa. Yo estaba internamente hiperventilando, quiero decir, él se veía jodidamente caliente con aquel traje, y hacía apenas unos segundos su hermana acababa de decirme que yo lo traía loco. Yo no era una ilusa, pero esa para nada era una buena combinación. Presione mis brazos alrededor de mi estómago, y busqué por ayuda a mi alrededor, pero en algún momento mientras yo miraba a Kaidan hipnotizada, Charlotte había arrastrado a Lessa lejos con ella. Estaba sola. Sola con Kaidan.
Trague con dificultad y me giré en el momento exacto en que el dueño de mi color favorito de verde ya se hallaba a escasos centímetros de distancia.
-Brookely
Una sonrisa que a mi parecer podía corromper hasta la más puras de las monjas se extendió por sus labios, causando en mi interior toda una revolución de hormonas. Apreté mis labios juntos y con demasiado esfuerzo traté de que el sonrojo no llegara hasta mi rostro.
-Kaidan -dije su nombre con más serenidad de la que hubiera creído, casi con desinterés-. No creí que vendrías a algo como esto.
-bueno, sabía que tú vendrías.
La respuesta vino acompañada de una sonrisa que podía haber pasado por encantadora si no fuera Kaidan el portador de ella. Tragué con discreción, luchando por ocultar el efecto que sus palabras comenzaban a causar en mi interior. Alterne la mirada alrededor, buscando por la rubia cabellera de Lessa, o al menos una manera de salir de esa situación. No había nadie conocido a mi alrededor, y todas las personas por primera vez parecían no prestar atención a nadie más que a si mismos y sus acompañantes.

Buen momento escogieron para ser normales.

Lamí mis labios, volviendo de nuevo la atención al castaño, quien me devolvía la mirada arqueando una de sus cejas en mi dirección.
-¿tratando de huir de mi? -él inquirió, llevandome a mi a tensar la mandíbula. Sonreí, diciendome a mi misma que tenía que estar relajada.
-yo no huyo
A nuestro alrededor algunas personas comenzaban a agruparse, algunas para bailar, y otras simplemente para conversar mientras suaves notas de alguna nueva melodía llenaban el recinto. Kaidan sonrió. Sonrió de esa manera radiante y enigmática que yo sabía siempre tenía algo oculto. Sonrió mientras extendía su mano y el compás de la melodía indicaba que se aproximaba una canción lenta.
-¿bailas?
No. Quise decirle, pero yo misma sabía que no podía negarme. No quería hacerlo. Fingí una sonrisa despreocupada y tomé la mano que él me estaba ofreciendo. Sus dedos largos y evidentemente más fuertes que los mios envolvieron mi mano y sentí de inmediato aquella sensación de estar temblando que erizo cada bello de mi cuerpo. Me mordí el labio inferior, olvidando aquella sensación mientras nos dirigiamos adentro de la pista. Tragué, de pronto dandome cuenta de la estupidez que acababa de cometer, cuando me encontré frente a frente, sin saber exactamente que hacer. De forma titubeante puse mis manos sobre sus hombros, manteniendo una distancia prudente de él, y de aquel aroma tan peculiar que él tenía.
-por favor, Brokely -él se rió-. Podemos hacerlo mejor.
Y entonces tiró de mi más cerca de él, hasta que mi pecho casi tocaba el suyo. Contuve la respiración mientras él enrollaba mis propios brazos alrededor de su cuello antes de posicionar sus manos a ambos lados de mi cintura. A nuestro alrededor, las parejas bailaban al ritmo lento y atrayente de « who feels love? », pero entonces yo apenas podía prestar atención a nada que no fuera el chico frente a mi, y sus manos en mi cintura. De pronto era conciente de cada centímetro de mi cuerpo, y de lo mucho que mi corazón estaba latiendo en ese momento. Nos moviamos con sincronía, yo apenas podiendo mantener mis ojos por más de diez segundos sobre los suyos. ¿Qué sucedía conmigo? No tenía idea, en absoluto.
Me mordi el labio inferior, y por un segundo vi el tono de verde en los ojos de kaidan oscurecer antes de que estos se apartaran y mirarán por encima de mi cabeza. Inhale por la nariz, sintiendo el calor precipitarse hasta mis mejillas. Tenía que dejar de sonrojarme, y pronto.
-No sabía que podías bailar-comenté, poniéndole fin de esta manera a mis pensamientos, y esperaba, también a mi sonrojos.
-Hay muchas cosas que puedo hacer,Brokely -sonrió de lado,con picardía-. Puedo enseñartelas si eso quieres.
Puse los ojos en blanco y lo miré mal, negando levemente con la cabeza.
-Eres un idiota, Kaidan -dije, añadiendo con una sonrisa burlona:-. Ahora veo quien de los dos se llevo el cerebro en la familia.
Una media sonrisa se extendió en sus labios y una de sus cejas castañas se elevó en mi dirección. Bufe, entornando los ojos.
-hablo de Charlotte, por supuesto.
Él se rió, suave y ronca fue el sonido de su risa en mis oidos. El cosquilleo que se extendió por mi estómago no fue nada parecido.
-conociste a mi pequeña hermana,entonces.
-bueno, pequeña no es el adjetivo que yo usaría para describirla -sonreí un poco-. Pero si. Ella es muy agradable, y hermosa.
-tú también lo eres -Él murmuró, y me encontré a mi misma agachando la mirada hacia nuestros pies en movimiento, tan solo un segundo antes de que tres de sus dedos tomaran posesión de mi mentón y me obligarán delicadamente a mirarlo. Mantuve mis ojos sobre los suyos, con mis brazos sobre sus hombros y sin dejar de movernos, era como si el mundo a mi alrededor dejará de existir. O al menos el que se hallaba dentro del recinto. Una media sonrisa se formó en sus labios, del tipo que ocultaba más de un secreto.
-si, muy hermosa.
Mordi el interior de mi mejilla, de nuevo, esforzandome por no mostrar nungun tipo de emoción ante él.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jun 05, 2016 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Red ||Pausada||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora