Actitudes extrañas

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- Hola
Le dedique a Nathan una sonrisa cuando salí por la puerta principal. Sus labios se curvaron hacia arriba y sus dos manos se metieron dentro de las bolsas en sus pantalones mientras me miraba
- hey, Brooke
- me dijeron que querias verme
Él asintió, extendiendo su sonrisa en una forma que expuso su nerviosismo ante mi
- si yo... me preguntaba si te gustaría salir a dar una vuelta
Asenti, sin ninguna otra opción. Si me llegaba a negar me sentiría como la mayor persona de mierda, y las dos rubias allí dentro se encargarian de quemarme viva. Los translucidos ojos cafés de Nathan brillaron mientras el daba un paso atras para de esa manera permitirme salir hacia la acera primero, le di una sonrisa con los labios apretados al pasar junto a él. Caminamos los primeros segundos en silencio, ambos demasiado desubicados como para saber que decir. El aire golpeaba delicadamente mi cabello y lo hacía ondear en el aire a cada paso que daba
- entonces, ¿cómo es que terminastes en el pequeño Red?
Un delicado suspiro salio de entre mis labios y en mi rostro se formo una expresión sarcástica
- mi madre creyo que enviarme a un tedioso y desolado lugar me sacaría de problemas -dije, e inmediatamente añadi al mirarlo:- . Sin ofender
El rubio a mi lado rio mientras negaba levemente con la cabeza, encogiendo uno de sus hombros hacia arriba
- descuida, no es nada más que la verdad -sonrio, con un atisbo de diversión en él- . Lo he sabido desde hace tiempo
- ¿es por eso que te fuiste? -No pude evitar preguntar. Me llenaba de curiosidad saber por que el hermano menor de Emma habría dejado el lugar donde parecía estar toda su familia. Nathan, por su parte, hizo una mueca algo incómodo.
- no, yo... me di cuenta de que este no era mi lugar
Entendí perfecto a lo que se refería, y no podía culparlo por eso. Red era tan solitario, tan aburrido que era capaz de convertir a la persona más viva en un alma sin vida. Al igual que Nathan, yo no sentía a Red como mi lugar, era por eso que me negaba tantas veces a venir. En este pueblo, me sentia atrapada, reprimida, muy por el contrario a california, que era el lugar donde yo pertenecía en realidad.
-¿donde vives ahora?
-Portland -me respondió, y una pequeña sonrisa curveo sus labios-, en un pequeño apartamento en el centro de la ciudad
-¿tú solo? -cuestione sin poder evitar que una expresión de sorpresa surcara mi rostro. No era que me sorprendiera, la mayoría de los universitarios tenían su propio lugar, pero la mayoría de ellos no lo tenían para si mismos. El rubio noto la sugerencia en mi expresión y una risa salio fuera de sus labios mientras asentía
-si, yo solo -respondió-. No es la gran cosa en realidad, pero es barato y me queda cerca de la Universidad.
Esta vez yo asenti, la verdad era que a mi me gustaría tener un lugar solo para mi cuando fuera a la universidad. Un lugar donde pudiera estar tranquila y no tener que lidiar con estúpidos e imprudentes universitarios. Podría pagar uno junto a Lessa cuando yo la alcanzara en Nueva York.
-genial
-si, lo es, un poco -sonrio-. ¿que hay de ti?
Abri los labios y nuevamente los cerre, apretandolos y frunciendolos a la vez que mi nariz se arrugaba también
-me queda un año, en realidad-confesé-, pero planeo ir a Nueva York
-grandes sueños ¿ah? -dijo, al mismo tiempo que yo sonreía también-. Eso es maravilloso
Lo era, de algun modo, si conseguia entrar.
Continuamos caminando uno junto al otro, hablando sobre trivialidades y cosas sobre nuestras ciudades de residencia. En menos de 40 minutos habíamos dado vuelta a toda una cuadra y retomabamos el camino de vuelta a casa de Sarah. El sol había comenzado a disminuir su intensidad para el momento en el que nos encontrabamos a tan solo unos metros de la casa de Sarah. Caminabamos lento y rodeados de un silencio que se mecía cómodamente entre nosotros. Eso, hasta que Nathan hablo de nuevo
-¿entonces planean quedarse mucho tiempo aquí en el pueblo?
Frunci los labios y mi nariz se arrugo un poco
-solo hasta el final del verano-respondí y él asintió, entonces añadí:-. ¿porqué?
-porque seria increible si pudiera volver a salir contigo
Por un pequeño momento me encontre sin saber que decir, con los labios entreabiertos y una leve sorpresa registrada en mi rostro. Todos mis pensamientos empezaron a correr en diferentes direcciones, yendo a través de los pros y los contras de una cita con un chico al que acababa de conocer. Finalmente, cuando uno de ellos choco contra la imagen de Kaidan, fue que me di cuenta que estaba siendo ridícula: yo no le debía ningún tipo de fidelidad al chico de los ojos verde jade, podía salir a como me diera gana. Además, Nathan no era un mal chico, era amable y divertido, y alguien muy entretenido con quien platicar. Termine sonriendo a medias mientras decia:
-suena bien para mi
Nos detuvimos a unos pasos de la puerta, quedando frente a frente uno del otros. Sonrei con ambos labios apretados
-¿te parece mañana? -preguntó, e inmediatamente añadió:-. Si te parece muy pronto...
-esta bien
-¿si? -asenti, con una media timida sonrisa tomando lugar en mis labios. La sonrisa en los labios de Nathan crecio, dejando ver entre el gran espacio sus dientes blancos-. Entonces te veo mañana a la cinco
Tras asentir de nuevo e intercambiar un par de palabras de despedida, el chico dio vuelta sobre sus pies y se alejo, perdiéndose cada vez más con la distancia. Lami mis labios antes de girar la perilla de la puerta para entrar. Todo el primer piso estaba tranquilo, y por un momento creí que podría subir a mi habitación sin pasar por el millón de preguntas que seguramente Lessa me haría. Que ingenua era.
-¿y...?
Fue lo primero que salio de los labios de la rubia de ojos grises, quien se encontraba sentada junto a Sarah, ambas con esas sonrisas realmente grandes en sus labio. Verlas me recordo al gato de cheshire.
-¿qué? -pregunte de vuelta, figiendo desentendimiento. Lessa entorno los ojos, al igual que Sarah.
-oh, no empieces Ryder -Lessa bufo mientras yo recorria el espacio que me distanciaba del primer sofa, y tomaba asiento junto a Jay-, sabes de lo que hablo
Le di una mirada a Jay, quien a su vez me la devolvió tratando de reprimir la sonrisa divertida y burlona que quería salir de sus labios. Bufe y entorne los ojos
-¿que te dijo Nathan? -Sarah pregunto, y entonces mire a ambas con una de mis cejas arqueada y una mirada obvia en mis ojos
-deberian saberlo, ¿no estaban escuchando tras la puerta?
La sorpresa y algo de vergüenza se presento en el rostro de ambas chicas. Se miraron una a la otra, y entonces como si se lo hubieran dicho con la mirada ambas voltearon indignadas hacía el rubio junto a mi.
-a mi no me miren -este se defendio de inmediato-, les dije que era muy obvio
Lessa fruncio los labios y negó, alejando su atención de Jayden y volviendo a mi. Por supuesto que ella no iba a dejarlo pasar, y por supuesto que usaría esa cara de cachorro a medio morir que yo no podía resistir. Trate de mantener mi firmeza y determinación mientras mis ojos no dejaban las orbes grises que eran los de Lessa.
-Brooke
Lloriqueo, y no pude hacer más que gruñir y poner los ojos en blanco.
-saldremos mañana, ¿ya? -gruñi. Una enorme emocionada y victoriosa somrisa tomo posesión de los rostros de las dos chicas frente a mi. De un momento a otro la estancia se lleno de chillidos emocionados y planes precipitados acerca de como iban a arreglarme. Como si fuera a dejarme. Jayden no dejaba de mirarme divertido, y yo no dejaba de fulminarle con la mirada, fastidiada. Encontaba absurdo que se emocionaran de esa manera. Podía entenderlo de Lessa, a quien veía todos los días y conocía mejor que a mi misma, ¿pero Sarah? Ella lucía un poco más madura que eso.
Suspire con pesadez, levantándome al mismo tiempo de mi lugar y yendo en dirección a las escaleras.
-¿a dónde vas? -escuche a Sarah inquirir por detrás de mi. Mire sobre mi hombro, respondiendo como si fuera obvio:
-a tomar un baño
-¡pero tenemos que planear para mañana!
Entorne los ojos ante el lloriqueo de lessa, y, negando ligeramente con la cabeza, continue subiendo escalón por escalón, ignorando los quejidos de las dos chicas. No era como si nunca en la vida hubiera tenido una cita, y toda su emoción no hacía más que recordarme a las chicas en esas películas que odiaba tanto.
Saque el teléfono de mi bolsillo y rápidamente desbloquee la pantalla, encontrandola intacta de notificaciones y mensajes. Eso era lo peor de este pueblo: la señal era un asco.
Abrí la puerta de la habitación aún sosteniendo el teléfono en mi mano, esperando algún mensaje o llamada de mi madre, que no había recibido en días. Sin embargo, solo obtuve silencio. Suspire, y deje el aparato en el pequeño escritorio junto a la puerta mientras cerraba, y, posteriormente, baje la cremallera de mi sudadera para sacar la prenda de mi cuerpo
-empiezo a creer que haces eso para seducirme
Salte -literalmente-, sobre mis pies al girar en dirección a aquella voz. El corazón me latía con fuerza, y cuando mis ojos dieron con la imagen de Kaidan recargado contra la pared en el marco de la ventana, este no hizo más que latir más rápido. La confusión y la sorpresa llenaron cada uno de mis pensamientos, dejándome sin saber que decir por más de dos segundos.
-también me alegro de verte, Brookely
Parpadee ante la mención de mi nombre. Poco a poco senti que mi ceño se arrugaba en una expresión entre enfadada y confundida. Apreté mis labios antes de finalmente sacar las palabras fuera de mi boca
-¿que haces aquí? -cruze ambos brazos por debajo de mi pecho, y trate de verme fría e indiferente ante él-. No se supone que ibas a alejarte de mi?
-¿y que habria de divertido, si hicieramos todo lo que se supone que hagamos? -Una de sus cejas se arqueo, media sonrisa se formo en sus labios, sus ojos tomaron un color más oscuro, y yo sentía que algo dentro de mi se agitaba. De nuevo, no supe exactamente que decir ante sus palabras que se envolvian en mi cerebro, corriendo una a una como si se tratara de un mensaje oculto que tenía que descifrar.
Debería sentirme molesta, sacarlo de mi habitación o algo parecido, pero extrañamente la ira no podía abrirse camino en mi interior.
-¿me usas para romper las reglas?-enarquee una ceja, ante lo cual Kaidan sonrio, empujandose a él mismo lejos de la pared a la vez que decía:
-algo así
Bufe y entorne los ojos, aún con los brazos cruzados bajo mi pecho
-bueno, pues no puedes entrar así a mi habitación
-¿porqué no?
Lo mire con los ojos entrecerrados, incapaz de decidir si lo decía en serio o solo bromeaba.
-porque no es correcto entrar asi en la habitación de los demás -dije, como si aquello no fuera obvio
-deberías cerrar bien la ventana entonces -replicó, con una mirada de autosuficiencia en su rostro. Aprete los dientes, mentalmente contando hasta diez, diciendome a mi misma que no podía permitir que él me molestara.
-¿que haces aquí, en realidad?
Algo en su mirada cambio cuando mis palabras fueron pronunciadas, su expresión se volvio un poco más seria también. Se lamio los labios y rasco la parte trasera de su cuello
-yo... en realidad queria saber si te encontrabas bien
Frunci el ceño desconcertada, abrí los labios y los cerre de nuevo, incline con ligereza la cabeza, e inquiri
-¿porqué no estaría bien?
Aparte de lo obvio. Quize añadir, pero me contuve. Los misteriosos ojos jade de Kaidan recorrieron cada centímetro de mi rostro con detenimiento, y luego bajaron por la piel de todo mi brazo. En ese momento entendí a que se refería.
-fue solo un calambre -dije, y titubeante añadí:-, la cosa junto a la heladería, no fue más que un calambre
Sin embargo él no se veía convencido con mi explicación, había algo oculto en su mirada que me decía que se trataba de algo más. Algo que él sabía y yo no.
-¿te pasa muy seguido? -preguntó con curiosidad y cautela. Me mordi el labio, apartando la mirada lejos de la intensidad de sus orbes color Jade.
-estoy bien -omiti la respuesta a su anterior pregunta, y opte por cambiar de tema-. ¿Así que eso te trajo hasta aquí? No sé porque no te creo
-eres muy desconfiada, Brookely-Sonrio con una secreta diversión, mirandome a la vez de una forma que me era imposible discernir. Enarque una de mis cejas, y aquella acción hizo que una pequeña risa burbujeara fuera de sus labios. Aquel sonido causo un cosquilleo que subió desde mi estómago hasta mi pecho, y que, de alguna extraña forma, me hizo sentir para nada como yo misma-. ¿no crees que deberiamos ser amigos?
Su repentina sugerencia me tomo por sorpresa. ¿amigos? Aquello era lo último que me hubiera esperado oir de la boca de Kaidan. Ser amigos, ¿porque aquello me sentaba tan mal?
Recorrí sus rasgos, como siempre, buscando por algún pequeño atisbo de algo que me diera una pista de la razón que respaldaba sus palabras. No había nada.
-¿amigos? -solte sin realmente quererlo, pero sin tener nada en realidad que decir. Una expresión burlona atravesó sus facciones por un fugaz segundo. Me miro, y yo trate de disolver un poco la mueca arrugada en mi rostro-. ¿porqué seriamos amigos?
-¿y porque no? -encogio uno de sus hombros con cierta despreocupación. Como si nosotros no nos hubiéramos aborrecido nunca el uno al otro. Amigos. Estaba segura de que Sarah enloqueceria si se enterara de algo como esto, aunque continuaba sin tener idea de la razón por la que ella lo detestaba-. Oh, ¿desconfias tanto de mi?
Cruze mis brazos por debajo de mi pecho, como si aquello pudiera protegerme de lo que fuera que kaidan planeaba.
-no sé nada sobre ti -dije, porque era cierto. Un suspiro salio de entre sus labios, y casi lo vi quere entornar sus ojos. Un segundo después todo su rostro se iluminó
-sal conmigo
-¿que?
-que salgas conmigo, como amigos, y te dire lo que quieras saber -La sonrisa radiante que se extendia a lo largo de sus labios consiguió activar mi inseguridad aún más. ¿Qué le pasaba? En definitva aquel comportamiento era extraño en él, a pesar de que no lo conocía tanto, no podía evitar pensar que toda su actitud era extraña. ¿y porqué no podía confiar en él como lo había hecho con Nathan?
-¿porqué...
-vamos Brookely, mañana a las cinco, ¿que tal eso?
Pero no podía, sin contar mi desconfianza, lo que más me impulsaba a negarme era que le había prometido a Nathan que iría con él. No podía simplemente dejarlo, o cancelarlo. No estaba bien.
-no puedo
-Brooke, si es por lo de el otro día...
-no, Kaidan, solo no puedo
-¿porque no? -inquirio, con su rostro menos brillante ahora. Me mordi el labio, debía decirle, pero no sabía porque yo solo no podía hacerlo.
-porque no
-Brooke
Insistio, con una de esas miradas que yo solía ver tanto en Lessa
-porque tengo una cita ¿vale?-termine soltando con un poco de exasperación. Toda su expresión cambio, y por sus ojos vi pasar una emoción que no podía distinguir, pero que volvio sus ojos más oscuros.
-una cita -dijo, para después soltar una risa agría y burlesca-. ¿Con quien podrías salir tú aquí?
Y no pude hacer más que mirarle incrédula. Él no acababa de sugerir que yo no era lo suficientemente bonita como para que alguien en este lugar quisiera salir conmigo, ¿verdad? -. Si no querías ir conmigo no tenías más que decirlo. No hace falta que inventarás una excusa tan tonta como que tienes una cita
Senti que el enfado y la humillación crecían dentro de mi con cada una de sus palabras. Mis pueños se apretaron a mis costados y mis dientes se tensaron dentro de mi boca. Quería golpearlo y tirarlo por el borde de mi balcón, pero todo lo que conseguí decirle mientras trataba de mantener mi autocontrol fue:
-eres un imbécil, y quiero que te vayas
Él bufo un gruñido y sus ojos jades se entornaron con fastidio.
-no pensaba quedarme aquí -solto de la forma más despectiva que pude haber escuchado salir de su boca antes de girar sobre sus pies y dirigirse hacia la ventaba abierta del balcón. No miro atrás mientras saltaba por la barandilla.
Estúpido Kaidan.

Nta/: Holaa gente hermosa *w*, ¿que tal les parece la historia? La verdad es que me gustaria mucho saber sus opiniones: buenas, reconstructivas, locas, etc.
También quiero decirles que si a alguna les aparece algún capítulo incompleto o cortado, solo basta con que eliminen la historia de su biblioteca y la vuelvan a agregar. Y listo! Cx
Les agradezco mucho sus visitas(? Y espero que la historia continue gustandoles, hago lo mejor que puedo :3.
Muchos besos.

Red ||Pausada||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora