Capítulo 10

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Emma

El restaurante estaba más lleno de lo habitual, algo común los fines de semana. El bullicio de los comensales y el que se hacía entre el personal, el constante ir y venir en la cocina me mantenían ocupada. Apenas tuve tiempo para detenerme a pensar en nada más que en los pedidos y las recetas que tenía que preparar.

Sin embargo, no podía evitar sentir la tensión que había en el ambiente, a decir verdad era un poco obvia. Charles y James apenas se dirigían la palabra, y cuando lo hacían, el tono siempre era cortante. Intenté ignorarlo y concentrarme en mi trabajo, pero no era fácil.

En medio de ese caos, Charles se acercó a mí con una sonrisa.

—Oye, Emma, ¿estás bien? Has estado corriendo de un lado a otro como si estuvieras en una carrera de relevos.

—Sí, estoy bien —respondí mientras revolvía una salsa—. Solo quiero terminar rápido para poder descansar.

—Bueno, si necesitas ayuda, solo dilo. Estoy aquí para ti. Por ti me metería a la cocina.

Le sonreí brevemente antes de seguir con lo mío, pero no podía ignorar el calor que sentí en las mejillas. Desde nuestra cena, me había vuelto más consciente de su presencia, y eso me ponía nerviosa.

Mientras seguía cocinando, me di cuenta de que James estaba observándonos desde el otro extremo de la cocina. Su mirada era dura, casi como si estuviera analizando cada movimiento.  Charles fue a su puesto de trabajo, pero esa mirada de James me incomodó, decidí ignorarlo y continuar con mi trabajo, aunque me ponía nerviosa porque me sentía muy observada. 

James

La relación entre Charles y Emma estaba empezando a sacarme de quicio. No podía evitar sentirme irritado cada vez que los veía juntos, especialmente cuando Charles se acercaba a ella con esa sonrisa que sabía que usaba para conquistar a cualquiera. No sabía si creer lo que me había dicho la noche anterior de que se lo tomaría en serio con Emma, era difícil, pues parecía que estaba jugando, no sabía qué creer.

Al final del turno, mientras todos estaban ocupados limpiando y organizando la cocina, vi a Charles seguir a Emma hasta la despensa. No pude evitar seguirlos discretamente. Sabía que Charles intentaría algo.

Emma

James me mando a guardar algunos ingredientes a la despensa, me dirigí a la despensa y mientras los estaba acomodando escuché pasos detrás de mí, lo cual me hizo sentir un poco de miedo. Me giré y vi a Charles parado en la puerta con esa sonrisa despreocupada.

—¿Qué pasa? —pregunté, un poco nerviosa, por la forma en que me miraba.

—Nada, solo quería agradecerte por el buen trabajo de hoy. Y... bueno, por soportarme también.

Me reí, intentando aliviar la tensión.

—No es tan difícil soportarte, Charles. Aunque a veces... bueno, puedes ser un poco molesto.

—¿Solo un poco? Entonces no estoy haciendo bien mi trabajo —respondió con un guiño y acercándose más a mí.

Rodé los ojos, pero antes de que pudiera responder o hacer algo, James apareció en la puerta.

—¿Interrumpo algo? —preguntó, con un tono un tanto extraño.

Sentí cómo el ambiente se tensaba al instante. Charles se giró hacia él con una expresión desafiante. Y yo solo me queda quieta sin saber qué hacer y mucho menos lo que estaba pasando.

—Para nada, hermano. Solo hablábamos.

James me miró brevemente antes de dirigirse a Charles.

—Charles, necesito que me ayudes con algo afuera. Ahora.—dijo con una mirada molesta y después se dirigió a mí—Aún no terminas tu limpieza Emma, ve a apurarte. —dijo sin siquiera mirarme y alejándose.

Charles suspiró, pero me dedicó una última sonrisa antes de seguir a James. Y yo regresé a la cocina a terminar mis deberes.

James

Una vez fuera de la despensa, lleve a Charles a un rincón de la cocina cerca de la cámara fría, donde nadie podía escucharnos.

—¿Qué crees que estás haciendo? —pregunte, con evidente enojo.

—¿De qué hablas? Solo estaba hablando con Emma.—dijo con obviedad

—Sabes perfectamente a qué me refiero. No quiero que sigas coqueteando con ella aquí. Esto es un lugar de trabajo, Charles. Si quieres jugar, hazlo fuera de aquí.

Me miro fijamente, ya me había dicho que me lo tomaría con seriedad, aunque realmente no se escuchaba seguro, se quedó cayado como si estuviera pensando bien las palabras con las cuales responder.

—No estoy jugando, James. Te lo dije antes y te lo repito ahora: en serio me gusta Emma.—dijo con seriedad.

Lo miré con duda y fruncí el ceño, claramente sorprendido con su declaración nuevamente.

—¿En serio? — pregunté, con tono más bajo, y mi enojo había disminuido, aunque quería asegurarme de que hablara en serio.

—Sí, en serio. Es diferente, James. No sé cómo explicarlo, pero quiero intentarlo con ella.—Su tono sonaba sincero, pero realmente no podía creerlo

Me crucé de brazos, estudiando su expresión. Lo había conocido a toda su vida, y rara vez lo había visto tan sincero. Suspire sintiendo que no podía seguir discutiendo, y decidí aceptarlo, después de todo es mi hermano.

—Está bien —dije finalmente—. Pero si vas a intentarlo, hazlo bien. No la lastimes, Charles. Porque si lo haces, no voy a quedarme de brazos cruzados.

Charles asintió, y aunque su típica sonrisa despreocupada había desaparecido, parecía agradecido por las palabras que le había dicho, aunque sabía que no podía confiar del todo en él.

Emma

Al salir del restaurante esa noche, no podía evitar sentir que algo había cambiado. No sabía exactamente qué, pero la tensión entre los hermanos era evidente. Erick me acompañaba a la para del autobús como casi todos los días, pero no me pregunto nada, no le había podido contar lo que había sucedido con Charles, solo lo de la cena y aunque se opuso rotundamente a que lo vea fuera del restaurante, no sabía siquiera como explicarle lo que estaba pasando así que no dije nada y al parecer no sabía o solo no quiso preguntar, platicamos un poco de la universidad, pero nada fuera de eso.

Al llegar a casa, le conté a Victoria sobre cómo Charles me había ayudado durante el turno y lo extraño que había sido todo entre Charles y Jame.

—¿Y James? —preguntó Victoria, curiosa.

—No sé. Parecía molesto, pero no entiendo por qué. Tal vez porque estábamos en horario laboral

Victoria me miró fijamente antes de responder con una sonrisa maliciosa.

—Creo que esos dos tienen algo entre manos. Pero cuidado, Emma. Estar entre dos hermanos no es algo fácil.

—No es nada de eso, aunque...—Negué con la cabeza, y me quede en silencio, pero al parecer ella me conocía lo suficiente para completar lo que estaba por decir

—¿Te gusta Charles, no es cierto?—pregunto Victoria con una sonrisa

—... Talvez un poco—Confesé y podía sentir como mis mejillas enrojecían

—Lo sabía, aunque bueno, deberías tener cuidado, pero hablemos de eso mañana—dijo bostezando

Cada una se dirigió a su habitación para descansar, pero yo no podía dejar de pensar en las palabras de Victoria y en que era probable que empezara a sentir algo por Charles.

James

Esa noche, mientras me dirigía a casa, no podía dejar de pensar en lo que había sucedido. Si Charles estaba siendo sincero, tal vez era mejor dejarlo intentar. Pero algo en mí no podía evitar sentir que este juego apenas estaba comenzando. Era difícil poder creer sus palabras, pues lo conocía demasiado bien, pero decidí que confiaría en él.

Amor a la CartaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora