Capitulo 26

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— ¡Justin! –Le grito en el oído al estarlo llamando más de 3 veces y no haberse levantado.

— ¡Joder ___! –Se queja al asustarlo con mi grito.

— ¡Perdón! –Digo casi sin aguantarme la risa por su cara.

— ¡Casi me matas! –Se levanta de la cama por lo que noto que está solo en bóxer.

— ¿Duermes...así? –Pregunto un poco incómoda.

—Sí, ¿no soy sexy? –Pregunta y se da una vuelta.

—Ajá. –Me rio y niego con la cabeza. –Muy sexy.

—Lo sé. –Me guiña un ojo en broma.

— ¡vamos báñate que hay que ir a comprar las pinturas! –Le digo y el me mira como si estuviera loca.

— ¿Qué? –Pregunta como si no me hubiera escuchado.

— ¡Lo que escuchaste! Muévete mi amor. –Le digo en broma.

—Ven acá y dame un besito.

— ¡Ya Justin mueve! –Le digo riendo y él camina hacia el baño.

[...]

— ¿Qué colores dices que debo escoger? –Pregunto viendo todos, sin saber cuál escoger.

—Píntala de todos los colores, así que no tengan ni un orden. –Me recomienda y yo lo miro.

— ¡Es la primera buena idea que tienes! –Digo asombrada, y no, no bromeaba.

—Já. Já, demasiado graciosa. –Me abraza a su pecho.

—Lo sé, soy una reina. –Le digo soltándome y caminando hacia el señor. –Disculpe, me puede dar pinturas de color azul, rojo, amarillo, rosado, morado, verde, celeste, plateado y dorado. Muchas gracias, es un amor.

—Amiga, si lo pudieras repetir sería mejor. –Me dice y yo lo miro.

—Azul...verde...amarillo...rojo...rosado...morado...celeste...plateado...dorado. ¿Mejor? –Pregunto y él me mira.

—Estarán listas en un minuto. –Me mira a través de sus lentes y se va.

—El señor te odia. –Me dice Justin y lo miro.

—Todos me aman, porque soy súper. –Le contesto y él me sonríe.

—Ya lo creo. –Me abraza por detrás y recuesto mi cabeza en su pecho a esperar que las pinturas estuvieran listas.

[...]

—Aquí tienen. –Nos dice y nos entrega un cartucho con las latas de pintura.

—Yo las llevo ___. –Me avisa Justin y yo le agradezco.

Nos vamos hacia la caja y allí nos cobran, yo iba a pagar pero como siempre Justin me interrumpe.

— ¡Se supone que pagan los hombres cuando es en un restaurante, cita o algo así! –Le reprendo caminando hacia el auto.

—Pero yo quise pagar y punto, yo sé que me amas ___. –Me dice riendo y yo hago lo mismo.

—Te amo amor, cásate conmigo.

—Con gusto. –Bromeamos casi todo el trayecto a casa.

—Deja las pinturas en mi habitación por favor. –Le pido y él asiente. –Perdón por obligarte enserio.

—No me obligas __, todo lo hago por ti, cargaría un millón de pinturas por ti. –Me dice y yo le sonrío enternecida.

—Gracias, me iré a cambiar para empezar a pintar. –Le aviso y él asiente.

Me dirijo al baño, pero antes paso por mi cuarto para buscar un poco de ropa del armario. Al ya cambiarme salgo y agarro una liga que estaba en la mesita de noche, con la que hato mi cabello en una cola de caballo alta.

— ¿Estás lista? –Pregunta Justin.

—Lista. –Confirmo.

Agarramos papel periódico y lo colocamos en el suelo para no manchar nada. Abrimos las latas de pintura y sumerjo mi mano en la pintura amarilla.

Empezamos a tirar la pintura en la pared, de diferentes formas, siento que me tocan en el hombro por lo que volteo, en eso Justin aprovecha y coloca un poco de pintura en mi mejilla, yo lo miro sorprendida, y cuando intenté hacer algo él se acercó hacia mí y me agarro de la cintura, para después depositar sus labios en los míos, me sorprendí, pero después le seguí el beso, sus labios eran la perfección, se movían suaves y lentos, al compás de los míos, enrollé mis brazos alrededor de su cuello, no me importaba si estaba manchada de pintura o no, lo único que me importaba es que ahora estaba besando al chico con el que siempre he querido estar.

«Si no te esfuerzas hasta el máximo, ¿cómo sabrás donde está tu límite? ».

Drug World {Justin&Tu Terminada}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora