Capítulo 41

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Me levanté de inmediato que sentí pequeños golpecitos en mi ventana, mis ojos rápidamente se dirigieron al reloj, el cual marcaba las 11:31 pm. Quite la sábana que tenía envuelta, miré mi ropa, la misma, no me había cambiado, bueno me la cambiaré ahora. Me dirigí con temor hacia la ventana, los golpes seguían sonando, parecía una película de terror, antes de abrir las cortinas fui corriendo hacia el interruptor de la luz, el cual encendí de una vez y todo se iluminó.

Mis ojos tardaron en adaptarse, pero lo hicieron, los golpes no paraban, más miedo me daba, abrí la cortina de un solo tirón y apareció allí. Justin.

— ¡¿Qué mierda?! –Grito en voz baja. Aunque no sé si eso es posible. Ojalá que sí.

—Hola. –Sonríe tímidamente. Se encontraba sentado en el balcón que se encontraba justo al lado de mi ventana, daba golpecitos con una pequeña roca, corría la suerte de que el vidrio no hubiera salido roto debido a sus golpes.

— ¡¿Querías matarme del miedo o qué?! –Lo empujo dentro de mi habitación y cierro la ventana, la verdad es que hacía demasiado frío allá fuera y no quería congelarme. Miré abajo. Traía unos pantalones cortos con una camisa suelta. Claro que voy a tener frío.

—Lo siento, no quería asustarte. –Se disculpa y veo en su cara la tristeza. Bufo enojada y paso mi mano por mi cabellera suelta. Estaba tan molesta.

¡Había interrumpido mi sueño!

— ¡¿Crees que no estaba durmiendo o qué!? –Le pego en su pecho con mis pequeños puños. Aunque sabía que no le dolía en absoluto.

—Solo quise venir a arreglar las cosas. Te extraño. –Se acerca a mí a paso lento. ¿Enserio cree que con un solo "Solo quise venir a arreglar las cosas. Te extraño" lo iba a abrazar y decir que lo perdonaba?

— ¿Eres idiota o te haces he? –Le pregunto con mis manos en la cintura, tipo "doble jarra".

— ¿Por qué lo dices? –Hace una mueca de confusión que me hace suspirar irritada.

—Justin, vete de mi casa ahora.

—___ por favor. ¿Por qué quieres que me vaya? Dame una razón. –Me dice y lo miro con cara de ¿Enserio?

—Justin, ¡tengo demasiadas razones! ¿Enserio quieres que te diga una? ¿Solo una? –Le doy una sonrisa sarcástica y me rio irónicamente.

—Sólo dímela.

—Primero: Mi padre está durmiendo. –Lo miro y me sonríe.

— ¿Por eso quieres que me vaya? Para eso me quedo. –Se ríe y se intenta acercar a mí, por lo cual me separo más de él.

—¡No! Aléjate de mí. –Le pido y cierro los ojos fuertemente. No quería que se acercara. No esta vez.

— ¿Me tienes miedo? –Podía notar la tristeza en su voz. No te tengo miedo Justin.

Tengo miedo de que me vuelvas a mentir.

No mente, solo cállate.

—___... –Susurra y se da vuelta para sentarse en el borde de mi cama, agarrando sus cabellos rudamente con sus dedos y jalando.

—Me duele mucho lo que me hiciste Justin. Sufrí mucho con lo de Emily. Sin saber que tú eras su réplica. –Negué con la cabeza sin saber que decir, apreté mis labios fuertemente para no soltar un sollozo doloroso.

—Lo siento tanto ___ créeme, estoy tan arrepentido de todo. –Se levanta y me obliga a abrazarlo. No me podía negar. Todavía lo quería. Pero no olvidaba.

—Suéltame Justin. –Le pido sin aguantar ya mis lágrimas, las cuales se encontraban corriendo por mis mejillas.

—No quiero. –Susurra en mi hombro y me suelto lo más que puedo, para caer de rodillas al suelo.

—___, arreglemos todo esto, por favor. –Me pide sobando mi pierna para tratar de tranquilizarme. Cosa que no funcionaba mucho.

—No Justin. Lo vi todo, no necesitamos arreglar nada. –Me alejé lo más que pude para no sentir sus caricias en mi pierna.

—Por favor...

— ¡Sólo cállate! –Le grito y al instante me arrepiento. Mi padre estaba dormido. No sé cómo no se ha despertado todavía.

—Solo quiero arreglar las cosas. –Dice desesperadamente.

—¡Pues yo no! ¿Te quedó claro? –Me levanto a duras penas y cierro la puerta con llave para evitar que entre mi padre, por si acaso y no mate a Justin. No miento. Es capaz.

— ¡Yo no te mentí! –Eso fue lo que más me molestó, ¿por qué mentía si yo lo había visto con mis propios ojos? Solo escuché el sonido de mi mano estrellar contra su mejilla y sus ojos apretados. Tratando de calmarse.

— ¿¡Cómo te atreves a negármelo cuando yo lo vi con mis propios ojos!? –Le pregunto y me mira sin saber que decir.

— ¡Yo te lo iba a... —Sentí los golpes en la puerta de mi habitación. Mierda.

—¡____! ¡Abre la puerta ahora mismo! –Oía como forzaba la manigueta pero esta no abría. --¿Cuál es todo el escándalo que hay allí dentro he? ¡¿Quién está allí contigo!?

— ¡Lárgate ahora Justin! –Le susurro furiosa y él traga nerviosamente. Se esconde en el balcón de mi ventana. Prendo la televisión para simular que el ruido era por eso.

— ¿Qué pasa? –Pregunto casualmente y él me mira y entra a mi habitación rápidamente.

— ¿Con quién discutías? –Pregunta revisando el armario tratando de encontrar a Justin o a cualquier otra persona.

—Con nadie, es que tenía la televisión demasiado alto. –Digo velozmente.

— ¿Y por qué oía gritos?

—Debe ser tu imaginación, no hay nadie aquí pa, era la televisión, enserio. –Lo trato de convencer y él mira mi ventana deprisa. Mierda Justin.

Camina hacia ella y abre de un solo tirón las cortinas, para encontrar la ventana cerrada y a nadie en el balcón.

¿Dónde estaba Justin?

Me mira y vuelve a cerrar todo.

—Bájale al volumen y por favor, vete a dormir pronto. –Me dice y da un beso en mi frente para luego salir de mi cuarto.

La pantalla de mi celular brilló, nuevo mensaje. Supuse.

Tuve que salir de tu balcón, presentía que iba a revisar allí, acerté he. Hoy no hablamos, pero te aseguro que uno de estos días sí. Te dejé un regalo en la segunda mesita de noche de tu habitación, no me preguntes cuándo la puse allí. Porque no te diré. Y no te preocupes por la cachetada, me la tenía merecida. Cuídate y recuerda... te quiero. –Justin.

Me voltee para ver mi mesita de noche de la cual Justin hablaba, y era correcto había un paquetito allí, caminé hacia el objeto, lo miré y lo abrí cuidadosamente, era un llavero. Que tenía incrustado las iniciales de nuestros nombres. ___ & J entrelazadas.

Debió contarle un montón, no se debió haber gastado tanto en mí. Las letras brillaban cuando les daba la luz. Me lo puse en un collar que tenía. Apagué la luz de mi habitación, al igual que la tele, me acosté y el collar quedó justamente en mi corazón, y empezó a brillar por lo que toda la habitación se iluminaba.

Era hermoso.

En las paredes podías ver como las letras se reflejaban cuando pasaba algún auto y sus luces entraban por mi ventana. Me levanté para cerrar las cortinas y el collar empezó a brillar más. Se veía divino, pero aun así, si me regala 5 regalos hechos de oro junto a un millón de dólares no lo iba a perdonar.

Tampoco olvidar.

«Es doloroso ver la verdad frente a tus propios ojos, pero algun día la aceptarás ».

Drug World {Justin&Tu Terminada}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora