Alexandra ( Ilenko - t/n)

C10 "PATERNIDAD"

Alexandra Trusova

Estaba nerviosa. Mi pulso latía fuerte mientras rebuscaba en la habitación de Ilenko, moviendo
papeles, abriendo cajones, con las manos temblorosas. ¿Qué estaba buscando exactamente?

Ni yo sabía con claridad. Un escape.

Mi mente estaba llena de imágenes y  pensamientos.

¿Estaría viéndose con otras mujeres?. La sola idea me quemaba por dentro.

Caminé hacia el escritorio y abrí un cajón. Solo encontré documentos, papeles sin relevancia inmediata, mi corazón latía con más fuerza.

Si encontrara algo para romper la ventana. Pero haría demasiado ruido.
Los voyevikis entrarían de inmediato

Cuando escuché un ruido, mi cuerpo se tensó. Mis dedos se congelaron sobre un pequeño reloj de bolsillo que había sacado de la gaveta. Es de mujer.

<¿un regalo > me di la vuelta. Por un momento, el silencio de la habitación parecía sofocante. Me acerqué al enorme ventanal que daba al exterior de la fortaleza Romanov, la nieve cubriendo todo el paisaje como un manto.

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Narrador omnisciente

Ilenko vuelve de un club para su casa ya que ninguna sumisa logra lo que él quiere. Minina se arrastra por su atención pero se va en busca de su presa favorita. Alexandra.

Llega a la fortaleza y se encamina directamente a su habitación. El paso es rápido.

Frente a la puerta el león albino descansaba. Al ver a su dueño este se levanta dando un gran bostezo.

Los afilados colmillos reluciendo con la luz. Ya estaba recuperado de su intoxicación

El ruso intenta pasar pero el león encara para morderlo como si estuviera protegiendo a lo que hay tras la puerta.

Ilenko le ordena que se siente pero este no lo hace. Es la primera vez que desobedece una orden por parte de él.

Lo toma del collar haciendo que se mueva para el poder pasar. El león clava sus garras en la madera del piso pero termina siendo desplazado.

Cuando logra entrar a la habitación se encuentra la imagen que lo deja salivando.

La polla le late al ver como esos glúteos torneados se escapan del corto camisón.
En una cama al lado de la principal se encontraba Alexandra la cual dormía plácidamente extendida.

Está pensaba que el ruso no regresaría hasta mañana y como ahora por órdenes del mismo es su esclava personal para atenderlo todas las horas del día el ruso le hizo una cama a un costado de la suya para que esté más al pendiente de todas las necesidades de él

El cabello rojo ya casi desaparecía por su color natural un dorado, expandido sobre la almohada contrasta con el color de las sábanas de seda en un tono hueso.

El hambre crece en el pecho del hombre en lo que se saca la camisa quedando en meros vaqueros.

De un punta pie saca los zapatos avanzando con asecho hacia la patinadora.

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Alexandra Trusova

Tapo mi boca conteniendo el gemido que me arrasa cuando el orgasmo sale de mi cuerpo.

Las llamas del placer me consumen en lo que puede sentir mi humedad.

Es uno de los sueños más vividos que tuve.
Las manos recorren mi abdomen hasta llegar a mis pechos los cuales aprieta haciéndome doler.