Alexandra ( Ilenko - t/n)

3 años

Sinopsis

Durante tres años, la calma fue un bálsamo necesario. Pensaron que el león estaba herido, pero solo había retrocedido para tomar impulso, sediento de venganza. Él ha regresado, y con Alexandra fuera de su escondite y cargada de secretos, las garras del pasado no tardarán en apresarla nuevamente. ¿Será esta vez para siempre?

Inicio de segunda parte (queen)

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Capítulo 1: Tres años más tarde

Alexandra Trusova

El aire frío de la mañana me llena los pulmones mientras me detengo en el porche de nuestra casa. El paisaje invernal es una mezcla de blancura impoluta y el calor rústico del lugar que hemos llamado hogar estos últimos tres años.

—¡Bjotn! —grito con fuerza, la preocupación filtrándose en mi voz. No recibo respuesta. Mi pecho se contrae, y el eco de mi voz parece ahondar el silencio que me rodea... Bajo las escaleras de madera, apurando mis pasos en su búsqueda.

Entonces lo veo. Loki regresa, caminando con seguridad entre los árboles. Su presencia es alegre, como siempre. Lleva un ciervo mediano en la espalda, y su maquillaje ritual destaca en su rostro: dos líneas negras dibujadas en sus ojos. Detallo a mi pequeño que viene atras del hombre lleva una pluma oscura está sujeta a su gorra, balanceándose con cada paso. Al rededor de sus ojos tiene unas manchas de sangre que me ponen alerta

—¡Tenemos la cena! —exclama Loki con una risa grave que llena el aire helado.

Pero no es él quien captura mi atención. Bjorn, tiene una expresión radiante y el hacha que le regalé para su cumpleaños firmemente sujeta en sus manos.

—¡Mami, cazé a un ciervo! —dice, su sonrisa iluminando su rostro infantil mientras corre hacia mí.

Lo tomo en brazos, revisándolo rápidamente, buscando cualquier señal de daño o miedo, pero solo veo orgullo en sus ojos.

—Va a ser un excelente guerrero y cazador —añade Loki, su voz cargada de aprobación—. Lo mató de un solo golpe, con el hacha, a casi dos metros de distancia.

Intento sonreír, pero por dentro algo se retuerce. Nuestra tradición dicta que, al cazar por primera vez, la sangre de la presa se use para marcar al cazador en señal de respeto. Pero ver a mi hijo tan pequeño con esas marcas de sangre en su rostro me llena de tristeza. Con manos temblorosas, tomo un repasador y empiezo a limpiar su carita.

—Mami está orgullosa de ti —le digo, intentando que mi voz no quiebre.

De pronto, Loki rompe el momento.

—Tu teléfono no deja de vibrar —me informa mientras acomoda el ciervo en el banco de madera y hierro del porche.

Lo miro con sorpresa. Solo hay una persona que tiene mi número. Corro hacia la casa, dejando a mi hijo en el suelo. Mi corazón late con fuerza mientras busco el aparato, escondido bajo una pila de madera. Al ver la pantalla, mi voz se escapa en un susurro:

—Emma...

—¡Ale! —responde la voz al otro lado con evidente alivio—. Qué bueno que contestas... Pensé que no lo harías.

—Perdón, he estado ocupada. ¿Qué sucede? ¿Estás bien?

—No es nada malo, pero necesito que vengas. Es urgente.

—¿Estás segura? ¿Qué pasó?

—No puedo explicarlo ahora, pero ven lo antes que puedas.

No dudo. Empaco lo necesario y dejo instrucciones claras para Loki sobre cómo cuidar a Bjorn. Me duele tener que dejarlo pero se que aquí estará a salvo