Capítulo 13

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(POV BIANCA)

Eres las diez de la mañana y Viola junto con Diane me habían despertado para empezar a maquillarme y peinarme. Yo todavía no había visto mi vestido de novia, pero si me quedaba tan bien como el vestido de anoche...

Cuando ya me había duchado salí con un albornoz semejante al que llevaban mis futuras cuñadas y al cabo de 5 minutos llegaron tres esteticien que habían contratado para que nos maquillasen y otras tres peluqueras para peinarnos.

Al fin acabaron todo el trabajo y pude ver el resultado y... me encantaba. Viola y Diane estaban espectaculares como siempre. Yo llevaba un moño hecho con trenzas precioso, me encantaba.

—Bueno Diane creo que es hora de darle nuestro regalo de bodas... —Viola me miro de forma picara.

Me dieron una caja de Victoria Secret y supe que me iban a entregar la ropa interior para el vestido. La abrí y era un corsé blanco con un tanga a juego y unos ligeros. Esperaba que a Tony le gustase porque por mis narices que iba a disfrutar de mi noche de bodas como Dios manda. Además quería borrar de su mente a todas las mujeres con las que se había acostado antes que conmigo que no eran pocas, pero sobretodo quería eliminar el recuerdo de la santa francesa.

Me ayudaron a ponerlo igual que el vestido. Era de estilo princesa. Llevaba tira ancha para cubrir los hombros y era un escote cuadrado resaltando mis pechos a partir de la cintura se ensanchaba.

Cuando parecía que ya estaba todo llamaron a la puerta.

—Adelante —Gritamos las tres.

Por la puerta entró Camilo sonriendo. Se notaba que estaba enamorado porque lo primero que hizo fue buscar con la mirada a su esposa y sonreír. Estaba encantado con la imagen de su esposa por lo que se veía.

—Bueno, bueno, bueno. Que tres bellezas. Bianca estas preciosa, pero te falta algo. —Me miré en el espejo intentando saber que me faltaba y me di cuenta de que no llevaba joyas.

—Las joyas, pero las tengo en mi casa...

—Esto es de parte mío y de Viola.

Abrí el estuche y era un collar de zafiros con unos pendientes a juego. Me los puse y resaltaban mis ojos me encantaban.

—Y esto es de parte de las normas de los Gotti. Viola no pudo llevar una porque yo no era lo suficiente importante como para que la pudiese llevar algo que me apena. —Dijo mirándola a lo que Viola le sonrió.

Volvió a sacar un estuche enorme que pesaba bastante. Lo abrí y joder... era una tiara pequeña de diamantes. Era preciosa. Diane me ayudó a ponérmela. Estaba tan impresionada....

—Bueno señoritas a sus puestos. —Y ambas desaparecieron. —Bueno señorita me complace decirle que seré yo su padrino para la boda. Ahora debemos ir al jardín y cruzar el lago para irnos a la otra parte del jardín donde se celebrara la boda.

— ¿Cruzar el lago?

—Sí, con una góndola. Te va a encantar ya verás.

Bajamos hasta el jardín y después dos de los hombres de los Gotti me ayudaron a montarme en la góndola. Nunca había montado en una. Después de mi se montó Camilo sin ayuda de nadie. Y mientras nos llevaban notaban como los nervios se me juntaban en el estomago.

La verdad es que desde que me había despertado notaba como unos calambres en el abdomen, pero seguramente era porque mi cuerpo se estaba preparando para el embarazo por lo que no le hacía mucho caso.

Llegamos y me cogí del brazo de Camilo, entonces comenzó la marcha nupcial.

—Tranquila no hay mucha gente. —Y era verdad estaban los hombres de ayer solo que uno de ellos llevaba el brazo recogido con un pañuelo. ¿Qué le habría pasado?

Saga Familia Gotti 2: Sinceramente (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora