<<Al final, las almas gemelas se encuentran
porque tienen el mismo escondite>>.
Robert Brault.
Violeta Hódar:
Antes de volver a ver a Chiara, después de nuestro primer encuentro, Jorge Luis Borges navegaba por la vorágine de mis pensamientos para establecer una indecisa conclusión acerca de la memoria y los recuerdos. Y hoy, ahora mismo, en este preciso instante en el que dos anillos han colisionado para formarse en uno, es cuando detengo el tiempo; pasado y presente, para conquistar ideas que no deberían estar obteniendo el protagonismo que aspiro a darles.
Como, por ejemplo, que, si recurrimos a la filosofía de Søren Kierkegaard, comprendemos que el recuerdo no es un tema al que suela acudir con asiduidad, pero sí que trata con extremada delicadeza. Tanto el concepto de memoria como también el de recuerdo.
El recuerdo es la manifestación de la memoria y el olvido su aniquilación; esto último, algunas personas lo comprendieron como "una privación de la memoria". El olvido representa una forma de evasión; es decir, evadir una responsabilidad, evadir nuestros recuerdos que nos interpelan y nos invitan a tomar una decisión, sin embargo, contra el olvido, el recuerdo es siempre la salvación.
Kierkegaard afirmaba que recordar no es acordarse de algo, sino que el recuerdo tiene el poder de evocación y de creación de un sentido de una identidad. Mediante los recuerdos somos presencia, ya que recordar significa dar continuidad, integrar el pasado en nuestro presente y sentir que pertenecemos, que tenemos sentido. El que no quiere recordar, el que no se quiere vincular con su pasado es un ser humano fragmentado. Esto significa que un recuerdo no es un mero retorno al pasado, sino que está vigente en la narración de uno mismo en su presente. La memoria es tan importante para el ser humano, que en el momento en el cual empieza a desvanecerse, la persona pierde su identidad, y no sabe ya quién es.
Cuando recordamos, en nuestra mente se representa algo ausente; y esta ausencia se hace presencia, ofreciendo un sentido, por lo mismo "la relación entre ausencia y presencia constituye el tronco común entre la imaginación y la memoria". Sin la memoria la vida será una total ruptura, un cúmulo de fragmentos aislados imposibles de unir, puesto que el recuerdo hace esta labor de hilar nuestra memoria y de crear una narración de nosotros mismos.
La mujer que tengo ante mí parece estar reconstruyendo cada parte de ella en cuestión de segundos. Colocando, bloque tras bloque, una pared inquebrantable de memorias que ha mantenido enterradas bajo un cúmulo de polvo, y que ahora han sido sacudidas por un ligero aire que se convierte en el cimiento de esa estructura.
Chiara Oliver. La niña de los ojos verdes. La luna de mi sol. Y es que, aunque son sus recuerdos los que se desfragmentan de la nada, soy yo la persona que se encuentra al otro lado de la pared que ha comenzado a construir con ellos. Eso solo puede significar que puedo ver a través de los ladrillos, y que todo lo que antes era borroso, de repente se convierte en la más absoluta claridad.
Violeta Hódar (7 años):
Nuevos vecinos. Mamá dice que el ruido que hay en el exterior son los nuevos vecinos. Nunca he tenido vecinos hasta ahora. La casa de al lado siempre ha estado vacía, así que puede ser divertido. Mamá también dice que entre esas nuevas personas hay una niña que es casi de mi edad. También puede ser una nueva amiga.
Yo no la he visto. Tan solo al señor de barba negra y cara arrugada que no deja de cargar cajas. Cajas interminables. Siempre parece tener una entre las manos, como si ese camión contuviese en su interior todas las cajas del mundo.

YOU ARE READING
CON TUS PALABRAS
FanfictionQuizás las almas gemelas pueden dejar de ser leyendas, mitos, fábulas... porque pueden haber estado ahí... siempre.