━Eramos rivales, eramos lo sucio de nuestros apellidos, pero éramos tan perfectos juntos, Jon Snow━
Jon era un bastardo, un producto de una traición que daño el apellido Stark con su presencia
Lhya era la traición en persona, había dejado su apelli...
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Cuando el fuego ardiente se conectaba con el frío de un ser podían ser el mayor caos existente, divido en en ser la mitad de lo que debía, o la llama se apagaba por la frialdad de su contrario, o el hielo se derretía en sus manos; porque cuando dos recursos diferentes se encontraban, cuando se amaban sin importar que fueran opuestos, morir no parecía el peor destino
La llama ardiente había traído consigo a una bruja, el nacimiento de la naturaleza, de la fuerza oscura de un ser que jamás poderia ser amado en su vida, solo que lo dictado no siempre sucede, porque alguien si la amo, un ser frío y destinado a la sociedad igual que ella; Visenya y Cregan habian sido el cuento de amor más impensado de todos, el amor se instalaba en el aire cada vez que se los veía pasar de la mano, su compañía era caótica porque ese sentimiento hermoso y único que sentían, jamas sería igualado si perdian al otro, habrian sido eternos, tan protectores del otro que fue eso mismo los que los condenó a perderse por siempre.
La danza de dragones, luchando entre fuego y dragones, los servicios de Visenya, aquella bruja que en ese momento portaba su cabello blanco como la nieve y su apariencia era más joven, su ser era puro a diferencia de otros siglos a los que se había enfrentado, era dulce y amable con todo aquel que la requiriera, sirviendo a Rhaenyra como su bruja persona, quien apoyaba su relación con Cregan Stark, era prohibido, lo que no era extraño que mientras él yacía en el muro tuviera sus escapadas para verla, rompía todos los votos por verla y eso había sido uno de los millones motivos del porque se había enamorado por primera vez de alguien como él; solo que nadie contaba con el peor enemigo de la gente como Visenya, el tiempo
La vida misma se lo arrebató, vio envejecer al amor de su vida durante años, cuidando de él, tratando de revivir su corazón cada vez que fallaba, luchando porque las heridas no lograran hacer peor su vida, pero había una sola cosa que ninguna bruja podría detener, el tiempo, el envejecimiento y al final del camino, la muerte; Visenya había revivido dragones y curado heridas que llevarían a cualquiera a morir, traer de la vida a alguien que partió por un accidente o una situación de guerra, no era difícil, pero estaba condenada a no poder revivir a alguien a quien se le había terminado su tiempo.
━No puedo amar a un ser mortal ━ella se lo había intentado advertir, había luchado contra si misma por no enamorarse de ese hombre, y pagó el precio por haber sido débil.
━Prometo amarte hasta que mi corazón deje de latir, Visenya.
Lo cumplio, la amo hasta que su corazon se detuvo, había retenido lo inevitable por más de un siglo, aferrado a su existencia el tiempo que se le fue permitido, jurando jamás volver a permitirse amar. Porque nadie entendería lo que el castillo en la playa sintió cuando los gritos de dolor de aquella mujer retumbaron el mar completo, los dragones lloraron por su sufrimiento, y la tierra murió, cada planta que balaba la tierra se marchito como ella, su dolor jamás sería compensado, su corazón roto no podia ser reparado con magia ni su historia borrada por el tiempo
