━Eramos rivales, eramos lo sucio de nuestros apellidos, pero éramos tan perfectos juntos, Jon Snow━
Jon era un bastardo, un producto de una traición que daño el apellido Stark con su presencia
Lhya era la traición en persona, había dejado su apelli...
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El amor es una de las cosas más hermosas y fuertes del mundo, tan peligrosa como motivadora, al menos eso decían aquellos que tuvieron la suerte de sentirlo. Pero aquellos dos, no habían sabido lo que era el amor hasta el preciso momento en que se miraron, el instante en que todos los cuentos de amor a primera vista, de las historias lindas que escribían páginas y páginas de libros. Ni Jon ni Lhya sabían lo que era ser amados de esa forma, tener una persona que te eligiera en medio de todas las adversidades, alguien capaz de romper todas las reglas y tradiciones existentes hace miles de años, solo por permanecer a tu lado.
Pero no existían, en aquellas cuatro paredes de piedra oscura, frías temperaturas, con una chimenea prendida por las propias manos del dueño de la cama donde yacían, no había reglas ni tradiciones, ninguno tenía títulos, eran nadie; y todo para él otro.
Rojizos labios carmesí, agitadas respiraciones que se acompañaban perfectamente a las ajenas, esos corazones que latían al mismo tiempo, tan desbordados de amor que los reflejos en aquellos ojos que tanto amabas, brillantes que parecían repletos de lágrimas, admirando con total devoción a la persona frente a ellos. Los grandes brazos de Jon rodeando por completo a Lhya, mientras se encontraba sentada entre sus piernas, con ambas manos acariciando esa piel suave aferrandolo a ella, sintiendo tanta paz al sentirse al otro. Frente al fuego que Jon prendió para calentar ambos cuerpos, la ropa seguía en su lugar, los besos habían sido esparcidos por todo el rostro de Lhya pero jamás habían ido más allá de sus límites.
Jon amaba la idea de que Lhya fuera su primera vez, y el ser la suya, pero amaba más verla cómoda a su lado, sabiendo que sin importar que tanto la deseara, solo cuando ella dijera que lo quería, el rompería los límites.
━Se siente tan bien...━susurró con su ritmo más tranquilo, en los brazos de aquel hombre que la hacia sentir tan amada, recibiendo caricias en su cabello como si no fuera lo suficiente perfecto ya
━Si, tu lo haces especial━ se acercó a su oído, rozando sus labios con su lóbulo, haciendola sonreír por las suaves cosquillas que el toque le causaba, los rizos de Jon acariciando su nuca al tenerlo sentado detrás, sentada entre y un poco sobre sus piernas, pegando la espalda a su pecho, completamente suya.
Rotando su cadera solo unos centímetros, y simplemente para volver a verlo, tenerlo frente a su rostro, apreciando esa sonrisa que se veía tan perfecta en su rostro. Aquellas mejillas que Lhya amaba ver rosadas por el calor, y sabía que no era por las llamas a pocos metros de ellos, no, era el cuerpo inexperto de Jon luchando por no perder el control cada vez que ella lo miraba, o intentando disimular el hecho de que la tenía entre sus piernas, que aquel trasero estaba pegado por completo a su parte baja, la mente le jugaba en contra y sus ojos solo podían brillar como tonto por ella
━¿Y si te quedas esta noche? Solo dormiriamos...
Se sentía embriagado, en un frenesí de amor que por más idiota que sonará en su mente, no pensaba dejar de sentir, estaba enfermo en ella, obsesionado incluso podía admitirlo, y no había tocado una fibra de su cuerpo en horas, Lhya lo había devorado, había comido su boca por horas como si no fuera suficiente, y cada vez que sus manos se elevaban un segundo de la cintura, se sentía pecador por solo imaginar como se sentiría todo lo demás en sus manos, en su boca.
