Capítulo 16

279 59 24
                                    

"Bienvenida al muro"
Season 2

Cuando el camino de decisiones se hace angosto y los miedos te ciegan, las decisiones menos correctas comienzan a tener sentido, ver los frutos de los errores era como ver el nacimiento de un ser demoníaco, sabías que había sido producto de tu ser...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Cuando el camino de decisiones se hace angosto y los miedos te ciegan, las decisiones menos correctas comienzan a tener sentido, ver los frutos de los errores era como ver el nacimiento de un ser demoníaco, sabías que había sido producto de tu ser pero la maldad de su interés te generaba escalofríos; Lhya había visto el producto de lo que su poder causó, pagando ese increíble poder con el dolor de su cuerpo. Los días y noches enteras encerrada en una carpa, tocando cuerpos ajenos y curando heridas que lejos de aparentar inocencia, hacían que su cuerpo se llenara de sus cicatrices, todo el dolor ajeno pasaba a ser sueño y los gritos de aquellos ajenos a ella, resonaban en su garganta cuando los tomaba como propios. 

Durante semanas, que había dejado de contar, su cuerpo sufrió el dolor de otros, curando las heridas de los salvajes, imponiendo su mano sobre la carne abierta empapandose de sangre y llevándose no solo su dolor, si no que todo el sufrimiento interno de sus cuerpos pasaba a ser suyo, llevando a que en los pocos instantes en que se hallaba solam su mente dejara de responder y su matriz cayera de golpe en el suelo, las mujeres solían encontrarla inconsciente en el suelo durante horas, y cuando lograban recuperar su sentido, parecían querer castigarla con más trabajo, volviendo su rutina un castigo peor que la muerte.

Sin embargo, en todo ese dolor, cuando su cuerpo flaqueaba, las manos de solo una persona eran autorizadas a ayudarla, el cabello pelirrojo que solía observar de manera borrosa, la firmeza con la que sostenía su fragio cuerpo y la ayudaba a no caer, hacía que la gratitud de Lhya, la lealtad en Tormund fuera la única razón de que estuviera ahi, se salvaban mutuamente más veces de la que podia contar, y si había un motivo para que Lhya siguiera luchando por mantenerse cuerda todos los días de estar ahí, era el. 

━¿Que demonios hacen aquí? ━su voz firme resonó en el lugar, era del conocimiento de todos en el campamento que Tormund tenia un caracter fuerte y que las cosas no solían ser fáciles cuando se involucraba, en especial cuando se trataba de la joven que había traído hace unos meses al campamento, algunos creían que dormían juntos y que por eso tanta preocupación por ella, la cuidaba y siempre que estaban juntos se notaba más gentil de lo que era por naturaleza, pero estaban demasiado lejos de tener una historia romántica que contar, ante los ojos del pelirrojo y considerando su gran diferencia de edad, Lhya solo podia ser una hermana menor, no cabía en su cabeza desear a esa mujer, no la veía como una, sino una joven niña que tuvo la desgracia de conceder un gran poder, el cual no sabía mantener. 

━La bruja debe curarnos, para eso está aquí ━la altanería de aquellos que se encontraban en la carpa esperando ser curados, ponía los nervios de Tormund a niveles poco recomendados, aun sostenía el cuerpo de Lhya contra su pecho para que no cayera y rodeaba su cadera con un brazo para mantenerla recta, estaba pálida y la sangre de sus manos, esta vez no era de los suyos, era de la misma joven que sangraba por su nariz y boca. 

𝐉𝐔𝐃𝐀𝐒. 𝐉𝐨𝐧 𝐒𝐧𝐨𝐰.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora