47

125 24 4
                                    


Un mes había pasado desde la ruptura con Jihyo, pero la sensación de vacío que había dejado en el corazón de Tzuyu jamas se desvaneceria.

A pesar de que su vida seguía su curso, algo dentro de ella había cambiado profundamente. Sus amigas, que recientemenre solían notar su energía vibrante y su espíritu optimista despues de verse con Jihyo con una enorme sonrisa, ahora veían a una Tzuyu diferente callada, distante, y perdida en sus propios pensamientos.

Como fue al inicio

Tzuyu de nuevo estaba viviendo por vivir, con la diferencia de que ahora sabia como había sido estar viva

Su promedio escolar había caído estrepitosamente, pasando del 15 al 25. A pesar de los esfuerzos de sus amigas y su padre para animarla, Tzuyu ya no sentía que nada tuviera importancia. No importaba cuántas veces su padre le dijeran que debían estudiar más, que debía recuperar su ritmo; nada de eso lograba penetrar el muro que había levantado a su alrededor. Incluso sus clases, que solían ser su refugio, ahora eran solo un recordatorio más de lo que había perdido.

El basquetbol, algo que había sido solo una distracción ocasional en el pasado, se convirtió en su escape. Se inscribió al equipo, buscando una válvula de escape para sus pensamientos, una forma de liberar la presión acumulada dentro de ella. No jugaba por el amor al deporte, sino porque en la cancha no tenía que pensar. Podía centrarse solo en el balón, en los movimientos, en la adrenalina. Todo lo que necesitaba era un espacio para desconectar de su dolor, aunque fuera por un momento.

En los entrenamientos, Tzuyu se entregaba por completo. No le importaba si ganaban o perdían, lo único que le importaba era el sudor en su frente, el ruido de sus zapatillas en la pista y la sensación de no pensar en nada más.

El equipo la aceptaba sin preguntar, sin notar el vacío en sus ojos, y por un momento, eso le bastaba.

Un día, después de un entrenamiento particularmente agotador, Tzuyu se sentó en el banco del gimnasio, mirando al frente. Las luces del lugar parpadeaban levemente, pero a ella solo le interesaba el eco en su mente. "¿Por qué todo tiene que ser tan difícil?"tuvo un arrebato de rabia mientras sus dedos jugaban distraídamente con la cuerda de su mochila.

Fue en ese momento cuando Dahyun, Jeongyeon y Momo llegaron al gimnasio, riendo entre ellas, como solían hacer. Se acercaron a Tzuyu, pero notaron de inmediato que algo no estaba bien.

—¿Tzuyu? —preguntó Jeong con preocupación, sentándose al lado de ella—. ¿Todo bien? Te hemos estado buscando.—

Tzuyu levantó la mirada, forzando una sonrisa, pero era clara la tristeza en sus ojos.

—Estoy bien... solo cansada —respondió, tratando de sonar convincente.

—No te veo tan bien —observó Momo, arqueando una ceja—. Nos has dejado preocupadas. No has hablado mucho últimamente.—

—Solo... no tengo ganas de hablar, supongo —murmuró Tzuyu, mirando sus manos, las cuales apretaban la tela de su camiseta—. Es solo un mal momento, eso es todo.—

La culpa no dejaba a Jeongyeon después de hablarle así después del problema

Dahyun se acercó, dándose cuenta de lo grave que se veía la situación. Sin embargo, decidió no presionar. Sabía que a veces lo único que uno necesita es un poco de espacio.

—Si necesitas hablar, ya sabes que siempre estamos aquí —dijo sonriendo de manera cálida—. Pero si quieres distraerte, también podemos hacer algo divertido, ¿qué tal un paseo o alguna tontería?—

Tzuyu miró a sus amigas, dándose cuenta de que, aunque su corazón se sentía pesado, no estaba completamente sola.

—Gracias... —murmuró, sintiendo que un pequeño suspiro de alivio la atravesaba.

Tzuyu's first love (Jitzu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora