Antes de partir hacia nuestra expedición, tomé una lanza que guardé debajo de mi cama y, junto a Mirella, nos dirigimos hacia la salida de casa, pero justo ahí se encontraba el último obstáculo: Aya.
"¿Y por qué no puedo ir yo también?" Preguntó, con un tono tan frío que parecía que estuviera por ponernos una barrera mágica para que no saliéramos.
"Ustedes dos no estarán pensando en ir a luchar contra ya sabemos quién, ¿no?"Esto se veía venir. No sé si fue desde que comencé a peinarle las colas y le regalé esa cadena, pero parecía que Aya se había tomado libertades que antes no tenía. Era más... directa. Más posesiva. O tal vez solo se sentía más cómoda conmigo. Había momentos, como ahora, en los que su actitud me recordaba a una madre regañona. No podía decidir si me frustraba, me hacía gracia o me parecía bien.
"Aya", empecé, procurando mantener un tono amigable.
"Vos sos la defensora de esta casa. Si algo pasara mientras yo no estoy, sos la única que podría protegerlos con tus barreras. No puedo pedirte que vengas conmigo y dejes este lugar sin protección. Ya sabés que Tarún, Samira, Suminia... son fuertes para su edad, pero no lo suficiente como para enfrentar una amenaza seria".Ella levantó una ceja, claramente no convencida.
"No están solos. Samira y Suminia son rápidas y pueden dar aviso si algo sucede. Además, ¿acaso no soy tu aliada más fuerte? No tiene sentido dejarme atrás si vas a explorar un lugar peligroso"."¡Ay, pero qué entrometida!" Exclamó Mirella desde mi hombro.
"¡Luciano y yo podemos manejarlo perfectamente! Solo estamos por explorar el terreno, no vamos a luchar contra nadie"."Eso no me tranquiliza.
Si no van a luchar contra el Rey Demonio, ¿por qué siquiera acercarse a ese lugar? Es una pérdida de tiempo y un riesgo innecesario"."Por eso justamente necesito que confíes en mí", le dije, intentando calmar las aguas antes de que esto se convirtiera en una discusión interminable.
"No vamos a luchar contra nadie, te lo prometo. Solo quiero ver el terreno, entender mejor qué hay allá afuera. Si el Rey Demonio realmente está en ese lugar, saberlo con certeza puede ayudarnos a prepararnos para lo que venga. Pero si venís conmigo y algo pasa acá, estaríamos arriesgando a todos. ¿Te parece lógico eso?"Aya desvió la mirada por un momento, como si estuviera evaluando mis palabras. Sus orejas se movieron ligeramente hacia atrás, lo que en su caso era un indicio de que estaba empezando a molestarse levemente. Pero incluso con eso, no podía evitar notar el leve brillo de terquedad en sus ojos.
"Si algo te pasa..." Murmuró, con un tono más suave que casi parecía una advertencia.
"No me lo perdonaré"."Y si algo le pasa a esta casa porque no estabas acá, tampoco me lo perdonaré yo", respondí con una sonrisa forzada.
"Así que, hagamos un trato: vos te quedas acá y proteges a todos, y yo vuelvo dentro de poco, sano y salvo. Mirella estará conmigo todo el tiempo, y sabés bien que ella nunca dejaría que me metiera en un problema sin motivo"."¡Exacto!" intervino Mirella, haciendo un giro en el aire y señalando a Aya con su manita pequeña.
"Así que no te preocupes tanto, señora entrometida. Deja de ser tan dramática".Aya la miró con algo de resignación, pero no respondió. En cambio, dio un paso al costado, dejándonos pasar.
"Chau, Aya. Volveremos pronto para contarte cómo nos fue".
"Chau, chicos... Cuídense", respondió, saludando con una mano.
"Aun así, recuerda lo que dije. Si algo te pasa...""Ya lo sé, Aya. Nada me va a pasar. Vos confíá".
"Está bien... confiaré".
Y entonces, salimos a recorrer la playa, en dirección a la casa de Tariq.
![](https://img.wattpad.com/cover/371298318-288-k723783.jpg)
ESTÁS LEYENDO
El pibe isekai
FantasíaEn un espacio inter dimensional, Luciano, tras fallecer en un accidente, es reclamado como alma por la diosa Sariah para tener una segunda oportunidad de vida en un mundo primitivo lleno de magia y peligros. Él es enviado principalmente con el objet...