2

1.4K 38 1
                                        

2

Ir a Nando’s con los chicos fui muy divertido. Niall es muy gracioso y, enseguida me di cuenta, que ama Nando’s. Todos fueron muy simpáticos y amables menos Harry, que me intenta evitar toda la comida. Note que Harry me miraba, se mordía el labio y dejaba de mirarme. Sus miradas eran muy intensas y me intimidaban bastante. En un momento de la comida, Louis le pregunto a Harry le pasaba algo y el contesto, sin dejar de mirarme, que estaba reflexionando sobre algo.

A las 4:30, Simon y yo, nos fuimos a casa y pasamos el resto del día acurrucados en el sofá. Pero a eso de las 9:45 sonó el timbre.

—Ya voy yo —dice Simon, levantándose.

Escucho la puerta cuando se abre y después unos susurros que no supe entender.

—¡¿Quién es, Simon?!—le pregunto, gritando para que me oiga.

Se oyen unas fuertes pisadas que van desde el recibidor hasta donde yo estoy. Levanto un poco la vista y veo a Simon, mudándome sonriente y encantador , y a un lado a Harry, quien tiene una mirada divertida estampada en su rostro.

—¿Se puede quedar un tiempo? No tiene donde quedarse, y no puedo dejarlo en la calle o en cualquier hotel de este lugar —me explica Simon, mirandonos de manera alternada a Harry y a mi.

—¿Cuánto tiempo se quedaría? —les pregunto yo, un poco bastante sería.

—Más o menos, tres semanas o cuatro como mucho —me responde Harry, su tono de voz ya no es seco pero tampoco es amistoso.

Lo miro y él me mira. Su mirada es muy intensa, y hace que tenga escalofríos por todo el cuerpo. Él es muy guapo, y no me creo que no tenga donde quedarse. Todas las chicas matarían por que el se quedara con ellas. Deseo que aparte la mirada de mi, porque algo raro esta pasando dentro de mí. Su mirada hace que mi corazón bombé fuertemente, que mis pezones se endurezcan y que mi feminidad palpite.

—¿Puedo quedarme _____? —me pregunta, con una media sonrisa.

Simon me mira y gesticula “Deja que se quede mujer” y después me sonríe. Miro a Harry y hace un tierno puchero. Es impresionante como a cambiado de actitud en menos de una día. Antes era seco y ahora es medio amable.

—Ayudaré con las tareas y en todo lo que quieras —me guiña un ojo, y se que las últimas cuatro palabras van con doble sentido.

—En ese caso, sí puedes quedarte —le digo.—Pero, hoy me ayudarás a hacer la cena.

No deja de sonreír en ningún momento y eso me molesta.

—Por supuesto —asegura en tono amable.

Simon se pone a hablar con Harry sobre la boyband y otras cosas. Una de ellas es donde va a dormir. Dormirá en la habitación de invitados continua a nuestra habitación. Él sonríe cuando Simon se lo dice y me guiña un ojo.

—¿Quieres que ayude a hacer la cena? —se ofreció Harry, intento tanto mostrar algo de amabilidad.

Yo asiento y voy a la cocina, caminando con pasos largos. Él esta detrás de mi. Simon se ha ido a su despacho para acabar un no que, que realmente no me importa mucho.

Decido hacer ensalada y carne para cenar, yo preparo la carne y Harry la ensalada.

—¿Que le pongo a la ensalada? —me pregunta antes de empezar.

—Lechuga, tomate, y todo lo que encuentres —dijo con indiferencia.

Mi corazón sigue bombeando fuerte. Su presencia me excita. Quiero mucho a Simon, pero él ya no se esfuerza en darme lo que yo necesito. Siento su mirada en mi cuello y me pone nerviosa. “Tiene 20 años, es solo un crió, no puede provocar eso en ” repito en mi cabeza. Sé que es mentira, pero si lo repito las veces suficientes acabaré creyéndolo. “Solo es un crió" sigo repitiendo en mi mente. Mi cerebro lo entiende, pero mi cuerpo no.

—Deja de decir eso —se quejo Harry.—Y por tu expresión creo que no te has dado cuenta de que lo estas diciendo en voz alta.

—Lo siento —digo.

—Y que sepas que no soy un crió. Tengo más de 18 años, 2 más para ser exactos —me explica él, haciéndose el ofendido por lo que he dicho.

Abro el cajón de los cubiertos y saco tres tenedores y tres cuchillos. Cojo unas cuantas servilletas y lo coloco en la mesa. Después saco de la nevera una botella de Coca-Cola y otra de cerveza. Acabo de poner la mesa con tres vasos y Harry saca la ensalada.

—No soy un crió —susurra con su voz ronca y su excitante acento británico.

Me giro y lo miro. No puedo evitar mirar sus carnosos labios, y él no puede evitar mirar los mios. No reacciono cuando el posa sus labios en los mios, dándome un beso desesperado. Al separarnos me empiezo a sentir mal. Simon trabajando en su despacho y yo, aquí, besandome con Harry. Esto no esta nada

—No vuelvas a hace eso —le espeto, enfadada y furiosa, sobretodo porque ese beso ha sido bastante bueno y él no puede saber que me ha gustado su beso.

—Sabes que te ha gustado tanto como a mí —me acusa, él también enfadado, y yo también me enfado más porque se que lo que él dice es real, su beso me ha gustado y mucho.

Tiene razón y lo sabe, pero se abstiene de hacer otro comentario al respecto al verme ya bastante más alterada que antes. No le hago caso y empiezo a hacer la carne, y intento evitar mirar hacia atrás donde él sigue estando. Él esta esperando que vuelva a contestarle de alguna manera y pongo todos mis esfuerzos en no hacerlo. Cuando ya esta hecha la carne la dejo en la mesa y, sin pararme a mirar a Harry, camino decidida hasta el despacho de Simon. Tengo que convencerlo de que Harry se vaya a otro lado, no sé si podre aguantar el deseo carnal estando él aquí.

La esposa de Simon (H.S)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora