Una mestiza que aborrece la prepotencia mágica, parte de la Tierra para ingresar a la Escuela de Magia. Evangeline Violet Evergarden, viene a derrumbar el cliché de que alguien inteligente solo es quién saca sobresalientes, la inteligencia puede ver...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
La metáfora entre Raynerson y Evergarden: una partida de ajedrez interminable
Era un juego, pero qué juego.
Seguían en el tablero.
Xaren las piezas negras; Violet las piezas blancas.
Era un tablero de ajedrez, donde la magia y los sentimientos se entrelazan, Xaren Raynerson Bendar mueve con precisión las piezas negras, propio de un estratega nato en las sombras, dispuesto a someter a su oponente. Cada movimiento suyo es un despliegue de miles de sombras y poder oscuro: la torre avanza como un eco de muerte, los caballos saltan como dragones en el aire surcando los cielos, y la reina... la reina es la pieza clave. La reina es su arma más mortal, desata el caos con cada paso.
Enfrente, Evangeline Violet Evergarden, liderando con las piezas blancas, juega como quien desafía a un gigante. Su juego no es de fuerza, sino de resistencia. Todo el tiempo desde su embarque ''a mundo mágico''... se había convertido en eso: RESISTENCIA. Sus peones son pequeños sacrificios, avanzando con una sinceridad desarmante. Mientras que la reina, ella misma, no teme enfrentarse al enemigo con una terquedad inquebrantable.
Cada vez que parece que Xaren tiene la ventaja, Violet responde con un giro inesperado, recordándole que hasta el rey más imponente puede caer si la subestima demasiado... y también que hasta el rey más imponente puede caer si subestima a un adversario.
Xaren sonríe, triunfal, cuando toma una de sus piezas clave, creyendo la cercanía del jaque mate. Pero la mirada de Violet revela otra verdad: ella no está jugando para ''ganar'' en términos convencionales. Está jugando para sentir ''que consigue algo''. Está jugando para sobrevivir, para descubrir sus propias fuerzas ocultas, para desafiar las reglas de un juego que el asesino de su familia... domina.
En ese tablero, las sombras y la luz bailan en una batalla donde el resultado no es una victoria inmediata, sino una promesa: que incluso si Xaren parece ganar la partida, Violet puede haber capturado algo más valioso que el rey... su alma.
* * *
*Bip Bip
*QUé?
*Bip Bip
*¿Qué cojones?
Era la conexión entre almas. Violet contactaba con A Pombiña.
Conexión entre el alma que escribe y el alma que protagoniza:
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
