+18
heterooooo mui hetero
° smut
si no te gusta este tipo de contenido, bye.
por el momento esta siendo editada y revisada para darles una mejor Y mayor experiencia
al leer
— ¿Crees que deba cambiar la falda? — te miraste en el espejo de cuerpo completo de aquella habitación, mirando un poco por detrás de tu hombro el corto de aquella linda falda tableada en color gris. Estabas en casa de Jisung, mejor amigo de tu novio, Mark Lee. Estabas ahí debido a que pasaría Mark por ti para ir a una fiesta organizada por varios amigos, y por algún motivo -el cuál sabías a la perfección - estabas ahí y ahora.
— no, te queda perfecta, bueno...yo... Yo digo ajá. — el chico solo bajo su mirada y rasco su nuca tratando de apaciguar los pensamientos extraños que en esos momentos estaban procesando su cerebro al verte en tan pequeño pedazo de tela, y ni hablar de tus tonificadas piernas, obvio que también se miraban suaves.
— eres un lindo, Jisung. — volteaste a verle y le dedicaste una sonrisa amplia, para así ir a su cama de este dónde estaba tu bolsita de neceser.
El tiempo pasaba y no había ni un solo mensaje ni llamada de Mark lo cual te estaba desesperando un poco lo cual el contrario noto al instante.
— ¿Estás bien? — pregunto mientras se acercaba frente a la tele y ponía algo de música para matar el tiempo, al igual el ruido de lo que parecía ser el viento y los pequeños copos de nieve cayendo contra el techo de dicha casa. — si, solo que es raro que Mark no me diga nada. — frunciste un poco tu ceño, mirando la pantalla de tu celular y dejarlo nuevamente en la mesita de noche del más grande. Los minutos pasaban y ambos platicaban, risas y demás hasta que notaste algo en Jisung, si, sus labios, su sonrisa, su nariz tan perfilada, bajaste la vista por su cuello, sus hombros los cuales se ceñian a la perfección en aquella playera de nylon que se amoldaba a cada músculo de su cuerpo, bajaste más y nostaste sus hombros, eran anchos, bajaste aún más y jamás en tu maldita vida habias notado sus brazos¿Como era posible eso? Sus manos y sus dedos, como resaltaba cada vena en sus manos hasta sus brazos, era un deleite para cualquiera fueras hombre o mujer. Ignoraste nuevamente esos pensamientos extraños sobre él, pues tu novio era su mejor amigo, ¿Por qué pensarías algo así de él? Suspiraste y nuevamente la plática fluyó, ahora ambos tenían demasiada confianza el uno con el otro, el tiempo parecía pasar rápido pero no les importaba.