LOS DIOSES ME ODIAN

386 28 5
                                    

POV CAT


Me encontraba en una mansión en ruinas, no tenía techo. Esa mansión estaba en medio de un desierto, sus dunas se movían como si fuesen olas del mar. El cielo era la galaxia, se veían los planetas a la perfección, las estrellas y las constelaciones, algunas se movían.

-Queda poco, hija mía- la voz de una mujer resonó en el lugar- queda muy poco...

Giré sobre mi misma para ver de dónde procedía esa voz.

-Dentro de poco conocerás tu verdadero poder- se detuvo- Corres peligro en el campamento, allí te encontraran. Cuando me vaya, búscale en Canadá, cerca del dios del Norte.

-¿Buscar... A quien?- pregunté.

-No tengas prisa en saberlo.

-Y... ¿Quien eres tu?- volví a girar.

-Pronto lo sabrás, hija mía. Cuídate de los dioses, no te fíes de ellos- la voz se extinguió.

Antes de que pudiera darme cuenta un torbellino de arena había envuelto aquella mansión y la arena se abalanzó sobre mi, haciendo que despertará cubierta de sudor frío.

Me encontraba en la enfermería, todavía tenía unas pequeñas magulladuras por la pelea de ayer contra Nico. Me quedé mirando el techo. ¿Quien era esa mujer que decía ser mi madre? ¿A quién tenía que buscar en Canadá?

Me levanté sigilosamente de la cama, para no despertar a nadie.

-Hey, ¿a dónde crees que vas, renacuaja?- preguntó Nico frotandose los ojos. Todavía tenía el pelo teñido de blanco con estrellas de múltiples colores, lo que me hizo darme cuanta de que yo lo tenía arco iris.

-Tranquilo, a Narnia créeme que no me voy...- dije poniéndome mis botas marrones.

-Sabes que no puedes salir si Will, o alguno de sus hermanos, no te lo permiten, ¿verdad?- dijo incorporandose. Hice una boca con la mano y le hice burla-¿Quieres dejar de hacer eso? Es molesto.

Me levanté de la cama y me peiné un poco el pelo con los dedos de las manos.

-¿Y a ti que más te da?- dije saliendo de allí. Pude ver que se ponía las deportivas.

Cuando salí, choqué con alguien haciendo que se cayese todo lo que llevaba.

-Ay, lo siento... Perdón- cuando miré con quien más había chocado, pude ver que era Will- Heeey, Wiiill... ¿Qué pasaa...?

Intenté disimular.

-¿Cat, que haces que no estás en la cama?- empezó a recoger todo lo del suelo.

-Yo, eh... Es que ya me encuentro bien- me agaché también y le ayudé- ¿que es esto?

-Cremas... Déjalo. No lo abras...- tarde- ¿Por qué te lo echas por la cara?

-Es una crema... ¿No?- dije extendiendola por la cara.

-Si. Para el culo- me la quitó- no quieras saber por dónde ha pasado.

-Aarg... Que asco- intenté quitármela.

-Ca...- dijo Nico saliendo de la enfermería- Wiiill, tío... ¿Qué pasa?

Will rodó los ojos, terminó de recoger todas las cremas.

-Haced lo que queráis...- sentenció. Y entró en la enfermería.

Miré a Nico, fruncí el ceño y me fui para la cabaña de Hermes.

-¿Y ahora que he hecho?- preguntó cuando ya me iba.

Princesa de las sombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora