Manual de como NO dormir en un maletero

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POV BON


¿Por qué? ¿Por qué tenía que luchar contra monstruos voladores en vestido? No me gusta volar y no me gustan los monstruos ¡Parece que todo esta hecho para joder! Pero en fin, o luchaba o moría, no tenía muchas opciones. En uno de los cientos relatos que Percy me contaba para que me durmiera y no le molestara, me contó uno con unos grifos. También aparecían dos chicos más, Hazel y Frank, que, según me contó, pertenecían al Campamento Júpiter.

Bueno, no tenía tiempo para distraerme ya que, la inteligente de mi amiga, no se ha agachado y un grifo se la ha llevado.

-¡El grifo era enorme!- exclamó Cam- tan grande como su cabaña. Todos lo vimos... Pero Cat ¡Cat miraba a otro lado!

Puse los ojos en blanco y apoyé mi mano izquierda en mi cadera. Oteé el lugar, buscando nuevos indicios de peligro, pero al parecer, el único grifo en condiciones de atacar era Spike, el cual ha sido domesticado por Cam, por extrañas razones lo consiguió, algo que la naturaleza nunca tendrá la respuesta.

Antes de que el palacio se derrumbase, Damian y Aileen nos sacaron de allí, con cuidado de que nadie se diese cuenta. Pero... ¿Adivináis que? ¡Exacto! ¡Somos una puta diana para los monstruos! ¿Y queréis saber más? ¡Me puse nerviosa al ver tantos jodidos grifos que del suelo empezó a manar chorritos de agua, delatando nuestra posición! ¡Wiiiii! Aparte del que el bosque no ayudaba mucho. Los pinos de allí no eran precisamente altos y no nos cubrían lo suficiente. Y, por supuesto, no había arbustos donde esconderse en condiciones. ¡Ni que fuese martes 13!

Damian ya había descendido. Su expresión era mucho más grotesca que antes, aunque sus labios disimulaban una pequeña sonrisa. Aileen todavía no estaba, lo que me preocupaba, a lo mejor quedaban más grifos ahí arriba y estaba luchando ella sola. Pero no, a los pocos minutos ella también descendió.

-Chicas, estais hechas mierda- anunció Aileen. Miré mi vestido y luego el de Cam y, a parte de múltiplos rasguños, si, tenía razón- ¿y Cat? ¿Dónde esta?

-Eso me gustaría saber a mi- dije.

Pasase lo que pasase, no iba a dejar a Cat en manos de un grifo monstruoso y hambriento, Cat, era la única que ha estado ahí, en las buenas y en las malas, no iba a perderla. Inspeccioné el bosque que tenía a mi alrededor, buscándola con la mirada. Nada. Por ninguna parte.

Una especie de rugido seco y áspero, con complejo de águila, hizo que me estremeciera. Algo había puesto nervioso a Spike y para que algo ponga nervioso a un bicharraco como ese, había que ser muy grande. Fuese lo que fuera lo que le había asustado, no veía nada en especial. Pero el grifo seguía intentando esconderse tras de Cam.

Entonces vi de que tenía miedo. El grifo negro volvía. Pero no solo, traía a alguien encima. Achiné los ojos para enfocar mejor y pude ver una camiseta naranja. El grifo por fin descendió y no nos atacó, ni siquiera pareció que se le pasase por la mente lo de atacarnos. Alguien descendió. Pude ver a una chica de mi altura, con una camiseta del campamento encima de un vestido negro, con el pelo recogido con una coleta mal hecha.

-¡Cat!- corrió Cam a abrazarla. Yo suspiré aliviada- no nos vuelvas a dar estos sustos.

Cat parecía confusa, pero aún así, asintió.

-Sólo he desaparecido como... ¿Cuanto? Dos minutos- dijo Cat-. Tampoco es que hubiese estado de vacaciones en Australia durante seis meses.

Desvié mi mirada al grifo. Grande como una cabaña del campamento, de plumas negras como el pelo de Cat y ojos rojos que dicen: "Si me tocas, te mato. Si me hablas, te mato. Y si me miras, ¿adivina que? Te mato". En parte fue reconfortante ver a mi viejo amigo Siopí y en parte no, porque el susto que me he llevado no está escrito.

Princesa de las sombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora