Princesa de las sombras

Tic Tac, Cat

POV CAT

Todo era...blanco y frío. Delante de mi se encontraba una gran masa de tierra y piedra llamada Monte Logan. Lo único que sabía es que de un momento para otro, en vez de pies, tendré dos grandes cubos de hielo.

Al final Aileen y Damian nos acompañaron. Pero dijeron que no querían ver a Quione, por lo que esperarían en el bosque.

Aquel pedrusco era imponente de cojones y más si tenemos en cuenta que tendremos que enfrentarnos a una diosa. Pero positivistas ante todo, chicos.

-¿Vamos?- preguntó Bon.

-Si- asentí insegura.

Nos despedimos de los hermanos y empezamos a andar en dirección a la montaña, pero al llegar...

-Bien...¿por donde subimos?- preguntó Cam. Ya decía yo que algo se nos olvidaba.

-Demos un rodeo- propuso Bonnie- para ver por donde podríamos subir.

¿Rodeo? ¿A esto? Si, el frio nos afecta.

-Me parece bien- dije- voy por la derecha, vosotras por la izquierda.

Y dicho esto, nos separamos para buscar una entrada en aquel monte. No se cuanto nos llevará, no había caído en ello, aunque espero que no mucho, yo no estoy para dar grandes paseos por la montaña.

Lo único que veía era roca sólida, sin ningún agujero por el cual quepa una persona. Esto era un completo desastre.

Pero debía intentarlo, allí se encontraba algo importante y según creo yo, es Dylan. Estoy al 100% segura de que allí está Dylan. No se como demostrarlo, sólo lo se, tengo como una especie de presión en el pecho, siento como si me estuviesen oprimiendo y por más que me muevo no puedo salir.

En serio... ¿Donde se supone que esta la entrada?

-¡Catherine!- escuché a alguien gritar mi nombre.

Me giré rápidamente, buscando con la mirada quien me había llamado. Cuando acabé siendo arrollada otra vez por un grifo, el cual me atrapó entre sus garras.

-¡Siopi! Esto ya esta convirtiendo en costumbre-. Le repliqué y me miró con esos grandes ojos rojos.

-Lo siento, pero es que... ¿Que digo?-. Rectifico- la verdad es que es divertido ver tus reacciones.

Negué con la cabeza lentamente.

-Serás...- pero me cortó antes de que pudiera terminar.

-Lo que soy, actualmente no importa. Al caso- dijo y me dejó en un punto muy elevado de la montaña.

Me aferré fuertemente a la roca y me dije a mi misma lo típico que dices cuando estas muy alto:

-¡Joder, me voy a matar...!

Lo que sigue a continuación no es apto para menores.

Estaba demasiado alta. No estoy acostumbrada a esto. Intentaba no mirar para abajo, pero era imposible. Al menos estaba a 70 metros de altura. La caída sería mortal.

El aire me empujaba, como si quisiera que me cayera al vacío. Y aquella presión aumentó, como si el aire a mi alrededor se comprimiese, impidiéndome respirar con normalidad. Quería salir de allí. Cerré los ojos con fuerza, intentado no concentrarme en la altura e intentar que mis pulsaciones bajaran.

-¡Cat!- me llamaron desde abajo. Tuve la tentación de mirar, pero luego caí en la cuenta de que no era una idea muy acertada.

-¿Qué?- pregunté gritando.