Princesa de las sombras

Los hijos del demonio

POV BON

Aunque me encontraba mejor que desde, para mi, hace unos minutos, la cabeza me seguía dando vueltas.

Lo último que recordaba era luchar contra un Hiperboreo y entonces, me dio un manotazo y salí disparada.

Me dolía un poco la cabeza, me llevé la mano la frente y pude notar papel. Están tumbada sobre algo blandito y calentito. Abrí un poco los ojos y la luz me impidió ver bien, a parte de que la habitación estaba pintada de un amarillo clarito. Enfoqué mi visión y me incorporé en la cama.

-¿Y el Hiperboreo?- pregunté, un poco aturdida.

-¿No crees que llegas un poco tarde para eso?- respondió con un pregunta Cam, que estaba limpiando su daga al lado derecho de mi cama. Giré hacia la izquierda, donde había un gran ventanal, por el que Cat miraba. Me preguntaba en qué pensaba.

-Nos encargamos de él- dijo Cat, se dio la vuelta para mirarme- No te preocupes- y sonrió con amabilidad, pero esa sonrisa era más falsa que el: Si entendí. En una clase de matemáticas. Algo le preocupaba- Toma, una gorra- me puso una gorra en mi cabeza, impidiéndome ver, pero sentí que se sentó al borde de mi cama y Cam también.

Me quité la gorra y la observé. Era azul marino. Un punto a favor. Estaba un poco desgasta, sobre todo el logo. El cual no se diferenciaba si era un cerdo con alas o un dragón, como, a su vez, podía ser cualquier cosa alada. La dejé en la mesilla y pude ver una cosa dorada que llamó mi atención.

-No sabes la cantidad de semidioses que hay por el mundo...- dijo Cam, como si eso aclarara algo- Le compramos esa gorra a uno.

-¿Y las maletas?- pregunté.

-Tranquila- respondió Cat- las hemos rescatado.

-Ejem- carraspeó Cam.

-Quiero decir... Cam las ha recuperado- y la susodicha sonrió orgullosa. Cat puso su mano en su boca de tal manera que Cam no la escúchase y susurró- Mentira. Fuimos las dos...

Reí un poco y me quedé mirando a mis amigas. No podía negarlo, ambas eran bastante guapas. Cam con su pelo marrón claro con reflejos rubios, el cual se había cortado y le caía sobre los hombros, ojos tricolores, marrón, verde y rojo, y una preciosa sonrisa que quedaba genial con su cuerpo bien proporcionado. Cat con su pelo negro tan oscuro como la noche que llevaba hoy suelto, dejándome admirar lo mucho que le había crecido, ojos grises, pero no grises azulados o verdosos, no, grises, sólo grises, y una picara sonrisa, la cual ha sido sustituida por una mueca de tristeza la mayor parte del verano.

Estaba preocupada por ello, Cat solía sonreír siempre, pero cuando empezó en verano... Costaba mucho verla sonreír. Pero si no me lo ha contado, habrá sido porque tiene una buena razón, ¿no?

En parte las envidiaba. Eran guapas. De pelo perfecto y ojos bonitos. Los míos también lo eran, pero no había comparación, hay mucha más gente en el mundo con ojos azules que grises o tricolores. Tenían bonitos cuerpos y yo sólo podía presumir de culo pollo. Al lado de ellas no era nada más que una migaja. Podrían tener a cualquiera... Es más, Cam ya lo ha conseguido. Y Cat, bueno si eliminamos esa pequeño problema que tiene, de que no puede enamorarse... En cambio ¿quién quiere a Bonnie? Nadie quiere a Bonnie más que como una amiga...Cuando volví a mirar a Cam ya no estaba ahí y Cat tampoco.

Se escuchaba el agua correr. La puerta se abrió y apareció una chica pelinegra cepillando se los dientes. Cuando me vio, abrió los ojos como platos, corrió hacia mi y me quitó una cosa dorada que sostenía, lo que se suponía que estaba en la mesilla, no recuerdo ni haberlo tocado.