Capitulo 42

56 12 3
                                    

"NARRA KATSUKI"

El sonido de las máquinas se clavaba en mi cabeza como una maldita tortura. El pitido del monitor cardíaco, la respiración agitada de Akua, el murmullo de los médicos que entraban y salían… Todo me estaba jodiendo la paciencia.

Akua no mejoraba. Empeoraba.

No era solo fiebre. No era solo una maldita gripe. Su piel estaba pálida como la mierda, y su respiración era tan superficial que apenas podía notarse. Los doctores habían entrado en alerta, moviéndose de un lado a otro, revisando exámenes y murmurando cosas que no alcanzaba a escuchar bien. Solo podía ver sus caras, y eso no me gustaba nada.

—¿Qué carajos está pasando? —gruñí, levantándome de la silla de un golpe.

Uno de los médicos me miró con esa expresión de “mantén la calma”, lo que solo me hizo querer partirle la cara.

—Necesitamos contactar a su familia. Si su condición sigue deteriorándose, podríamos necesitar autorización para procedimientos más invasivos —dijo, sin cambiar ese tono tranquilo que me sacaba de quicio.

—No tiene a nadie.—Fruncí el ceño.

—¿Perdón?,— El doctor me miró confundido.

—Está sola en Japón. No tiene familia aquí.

Escuché un leve jadeo detrás de mí. Mitsuki.

Giré la cabeza y vi a mi madre con una expresión que rara vez le había visto. Su boca estaba entreabierta, su mirada, antes dura y segura, ahora reflejaba una preocupación genuina. No era normal verla así.

—¿Sola…? —susurró, sin poder creérselo.

Mi padre tampoco dijo nada, pero su mandíbula estaba tensa. Ambos estaban preocupados. Y yo… yo estaba jodidamente furioso.

No solo porque Akua estaba hecha mierda en esa cama, sino porque no había nadie más que nosotros en esa maldita sala de espera.

Ni Shinsou. Ni familia. Nadie.

Apreté los puños. Esto no estaba bien. Si pasaba algo peor… si de verdad necesitaban un familiar, entonces… ¿qué carajos iba a hacer?

Jalé aire con fuerza, intentando despejar mi mente, pero la impotencia solo hacía que mi pecho ardiera. ¿Qué demonios debía hacer?

Y entonces, sin pensarlo mucho, saqué mi celular. Mis dedos se movieron solos. Sabía quién podía saber algo.

Deku.

Ese nerd siempre estaba metido en todo, y era cercano a Akua, si alguien sabía algo sobre su familia, era él. Marqué su número y presioné el teléfono contra mi oreja, contestó en menos de tres tonos.

—¿Kacchan? —su voz sonó sorprendida.

—Escúchame bien, maldito nerd, porque no voy a repetirlo —gruñí, sin paciencia para formalidades—. Necesito que me digas cómo carajo contactar a la familia de Akua en Estados Unidos.

Hubo silencio. Un largo silencio.

—¿Qué? —preguntó, claramente confundido. Apreté los dientes.

—¡Está en el hospital, Deku! Está de la mierda, y los doctores piden autorización de un familiar en caso de que las cosas empeoren. ¡Así que dime cómo carajo podemos contactar a su familia!

Escuché un jadeo al otro lado del teléfono.

—¿Akua está en el hospital…?

—¡No repitas lo que acabo de decir, idiota! ¡Dime cómo mierda contactar a su familia!

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: 2 days ago ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Flor De Loto / Bakugo KatsukiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora