Capitulo 8

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Me desperte tarde, no pude dormir nada ayer por culpa de mis pensamientos absurdos acerca de lo que paso anoche. Me levante y me di una ducha, me vesti rápidamente y baje las escaleras para desayunar.

—Buenos días tonta.

Me tope con Maddie mientras bajaba las escaleras, me olvide por completo de que estaba aquí. Estaba en la mesa con una manzana en la mano.

—Buenos dias.

La mire soñolienta y sonreí. ¿No es increíble tener una amiga que te ayude en todo? Cuando le pedí a Maddie que me acompañase por unos días en mi casa no lo dudo si quiera, siempre está dispuesta a todo conmigo y eso es algo para apreciar.


—¿Cómo te fue ayer? Me dormí esperándote.

Le dio un mordisco a su manzana. Tome la tostada que ella puso en mi plato.

—Mmm, esta deliciosa.—Dije dandole un mordisco, ella subió los ojos al techo.—Me fue genial Mads, no te imaginas lo que sucedió. Estaba yo sentada y de repente unos angeles cantaron alabando al Dios y...

—No empieces.

Me acuso con su dedo, yo me reí.—Bueno, ya fue Gordon Ramsey llevo nuestra comida.

Le di un golpe a la mesa.—No seas mentirosa ¡Ashley no me mientas!

Se levanto y tomo mi cabello sin hacer fuerza entre su mano. Una carcajada se me salió.—¡Te lo juro! Zack lo hizo por mi, sabra Dios cuanto le costo, cuanto rogo para que Ramsey llevara los platos pero, lo logro.

Aflojo su agarre y boquiabierta me miro.—Sabes... Te odio.

Le hable de lo genial que fue y lo nerviosa que me puse cuando entro.

—¿Y luego?

Preguntó Maddie con cautela.—Jaja ¿luego qué? Cenamos y hablamos.

Me reí nerviosa.

—¿Y luego?

Dijo alzando una ceja .

—Bueno, me trajo a casa y... Nos besamos.

—¡A eso quería llegar!

Exclamó con entusiasmo. Negué con mi cabeza.


—Me beso y se fue. No se despidió, solo se fue.—Quito su sonrisa y la mire.—Seguro se dio cuenta de que esto no esta bien Maddie. Laura lo ama y yo... Y yo sólo, no sé.

Senti como las lagrimas picaban mis ojos. Era inevitable no sentirme mal al pensar en todo. Maddie me acaricio la mejilla.

—No vayas a llorar ¿si?.—Traté de sonreír sin triunfar en el intento.—Sentir no esta mal. Él no la ama a ella, te quiere a ti. No hay que ser listos para darse cuenta, ustedes son adultos, saben lo que esta mal y si quieren estar juntos, él sabe lo que debe de hacer. Asi qué... Ash deja que tus sentimientos fluyan.

Asenti y me recoste en su hombro.

—Ven vamos al parque.

Maddie tomo mi muñeca. Cada vez que tenemos un problema vamos al parque para relajar nuestras mentes y no sabía cuánto necesitaba relajarme hasta ahora.

El parque es tan hermoso y tranquilo, el sonido del viento era casi lo único que se escuchaba. Los árboles bailando, las palomas, los patos en el lago. Los colores que este tenía, apreciaba cada uno de esos pequeños detalles.

Nos quedamos mirando el pequeño lago, viendo los patos que habían cerca.

Alguien tapo mis ojos por detrás, no me espante.—¿Maddie?


Reí.

—No. A ver, piensa otra vez.

Esa voz encantadora inundó mis oídos. Era Zack.

—Deja de perseguirme.

Dije en un tono burlón.—Vine hasta aqui a pensar, creo que estamos conectados.

Sonreí. Él estaba serio pero aún tenia una chispa de emoción en sus ojos.  Acarició mi mejilla mientras nuestras miradas seguían unidas. Tomo mi mentón y lo acaricio levemente.

—Perdón por lo de anoche. Me sentí tan bien, mi corazón parecía que iba a explotar... No supe sobrellevar ese sentimiento.

Me quede en silencio escuchandolo.


Termino la oración en un susurro, mirando mis labios. Pasó su mano a mi mejilla y cerré mis ojos ante su tacto suave. También quería besarlo pero no me atrevía y al parecer él tampoco.

Maddie interrumpió haciendo una tos falsa con helados en ambas manos.

—¿Qué pasa aquí?

Dijo jugando con sus cejas.

—No pasa nada Maddie.

Sonreí levemente y le heche una mirada a Zack.


—Mejor los dejo solos.

Dijo Maddie viéndonos pasando su lengua por ambos helados para luego irse, no sin antes guiñarme un ojo "discretamente".

—Te queria proponer algo.

Dijo Zack mientras me miraba nervioso.

—¿Algo como..

—Sé que te estás quedando sola en tu departamento.—Rasco su nuca de forma nerviosa.—No malinterpretes las cosas... Pero quiero que te quedes en mi casa, aunque sea por unas semanas.

Abri los ojos como plató al escuchar tal propuesta

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El novio de mi prima lHOTlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora