Harry
Sabía perfectamente que dejar a mí Nina sola y ebria no traería otra cosa que problemas. Y serían problemas graves. Me culpo por haberla embriagado, pero solo quería que pasara un buen rato junto conmigo y jamás supe que Brendan estaba en la casa.
Brendan no es del tipo que prefiero que se mantenga cerca, mucho menos de mi Ángel, ese tipo con su rostro angelical de ken solo ha traído muchos inconvenientes, y cabe aclarar que específicamente yo soy su blanco. No sé que tipo de problema tiene conmigo, o con Jev o Byron, pero se empeña en hacer mi vida más difícil cada día. Y sabía que hoy lo que sea que Tito, el dueño de "La casa de las apuestas", quería decirme no sería la excepción. Sabía que Brendan tenía algo que ver.
Más todo pensamiento se esfumó al entrar por aquella puerta junto a Liam, si existe algo a lo que yo le tema es a estos hombres de aquí, del lado oscuro, o simplemente a terminar como ellos. Según todos yo estoy destinado a ser un bueno para nada que va a terminar en la cárcel en cualquier momento como todos los peligrosos que se encuentran aquí, todos menos las dos mujeres de mi vida; Nina y mamá.
El ambiente es denso por el humo y el olor a hombre, que es básicamente sudor y tabaco, aquí dentro todo es más cálido debido al encierro y eso solo hace que mis manos suden y mis piernas tiemblen con nerviosismo.
— ¿Ves a Tito en alguna parte? —Pregunta Liam en un susurro hacia mí, pero sacudo la cabeza en respuesta y seguimos avanzando.
La música ruidosa de afuera casi ni se escucha aquí dentro, más que nada aquí hay una melodía parecida al Jazz que se reproduce en un estéreo que hay en la esquina, hay mesas redondas y viejas cubiertas por unos manteles de rojo terciopelo; lo que diferencio como las mesas de apuestas. Muchos hombres bien vestidos están en ellas y casi ni veo a ninguna mujer. Mis ojos viajan hacia un sector en especial, donde hay un montón de grandulones creando una valla a la mitad de la habitación, un sillón se alcanza a ver y creo que ya sé donde puede estar Tito.
— Ahí —Señalo yo llamando la atención de Liam—. Tito nos debe estar esperando ahí.
Un escalofrío recorre mi espalda, y Liam suena los dedos de ambas manos, tronando cada uno de ellos con nervios, precisamente es una especie de tic que tiene él.
— Andando —Me palmea la espalda y camina hacia aquellos hombres.
No pierdo el tiempo y lo sigo, normalmente no me pongo nervioso de venir aquí, casi siempre lo hago para saldar las cuentas de papá, pero en este momento me suena a algo diferente.
Mi presentimiento no es bueno.
— Buenas noches —Saluda el hombre de seguridad—. ¿Se les ofrece algo?
— Hemos venido a hablar con Tito —Digo de una sola vez duramente—. Él nos quiere ver.
Él le hace una seña a su compañero, quien se marcha hacia dentro de la valla que ellos forman, un poco luego reaparece.
— ¿Styles y Payne? —Pregunta éste.
— Somos nosotros —Responde Liam—. Él es Harry Styles, yo soy Liam.
— Adelante —Dice con su voz gruesa y nos deja pasar.
El lugar es espacioso pero, en lugar de mirar, solo me apresuro al sofá donde se encuentra Tito fumando un cigarro de marihuana. El olor me da asco y náuseas, y solo me recuerda a mi infancia, me hace querer largarme de ahí lo antes posible así que comienzo de una vez.
— ¿Qué quieres? —Pregunto, sin detenerme a pensar que sueno poco agradable.
Liam toma asiento junto a mí y enfrente de Tito.
ESTÁS LEYENDO
Memorias de una Madre Adolescente
Teen FictionLos errores son esas pequeñas dificultades que se presentan en nuestro camino, de las cuales tenemos el derecho de aprender de ellos. Pero él no era un error, él era lo que ambos debíamos afrontar juntos... pero tú, tú Prometiste que jamás me dejarí...