Capítulo doble, es la razón de que hayan muchos "(...)"
— ¿Estas Bien? —Preguntó el rubio una vez que salí.
Tomé aire y le sonreí.
— Sí.
De alguna forma lo estaba ¿No? continuaba respirando. Más si el tema se trataba sobre Harry, la respuesta era lo contrario. Pero no iba a preocupar a Shep.
— ¿Te hizo algo? —Pregunta sin seguirme el paso.
Me detengo y lo observo incrédula.
— No —Respondo—. ¿Nos vamos?
Shep se dio cuenta de mi necesidad de cambiar de tema, pero guardó silencio y solo camino a mi lado.
Retomamos el camino lentamente hacia la parada del autobús.
Pero sentía que tendría que estar haciendo otra cosa en este momento. No quería irme al departamento, no iba a fingir que eso era un hogar y que todo estaba bien cuando no lo estaba.
Quería estar sola.
— Oh, ¿Shep? —Lo llamé.
Voltea hacia mí, recargando su espalda en la barandilla de la para del autobús.
— Nina —Responde divertido.
— ¿Te importaría si me voy al trabajo de mi papá? —Sonrío de medio lado intentando convencerlo.
Ni siquiera se porqué le pido permiso.
Él entrecerró sus ojos y me mira incrédulo.
— No me gusta que andes sola —Dice duro.
Me cruzo de brazos y me apoyo también en la barandilla.
— Oh vamos, no me pasará nada. Solo voy con mi papá —Ahora sí sonrío por completo.
Pero no parece confiado. Ni siquiera yo lo estaría, la excusa de ir a ver a mi papá sonaba mejor que la de "solo quiero estar sola y sentarme en algún lugar a pensar". Sonaba desastrosa, Shep jamás me dejaría. Todavía no sé lo que haré, pero algo se me va a ocurrir, no quiero volver a casa y estar sola.
— ¿Segura? —Insiste—. Parker va a matarme si algo te ocurre bajo mi responsabilidad.
¿Responsabilidad? ¡Acaba de cumplir los dieciocho! Todavía siquiera cuenta como adulto.
— Sí, tonto. Estoy segura —Lo tranquilizo—. Volveré temprano.
De lejos pude observar el autobús acercarse y el gran rugido de su motor. Era justo ese el que nos dejaba cerca de mi departamento y de la casa Edwards, donde Shep aún vivía y a veces Parke. Pero no era el me dejaba cerca de "Ford's Company".
Sí, tenía que irme sola.
Levanto la barbilla en dirección al autobús y Shep mira detrás de él para observar de que se trata. Larga un pesado suspiro y entonces besa mi mejilla, no del todo convencido.
— Bueno, Nina, nos vemos en la casa entonces —Se despide mirando cada tanto al gran vehículo y haciendo señas para que se detenga—. Cuídate mucho, te lo digo enserio, panzona.
Le da un rápido beso a mi no abultado vientre y me mira acusadora pero divertidamente.
— Gracias —Le digo—. Adiós, Shepley, cuídate tu también.
Lo veo reacomodar su mochila y subirse al autobús, y ya cuando toma asiento se despide con la mano y el gran vehículo arranca haciéndolo ver cada vez más pequeño hasta que solo se ve una mancha que dobla hacia la izquierda, desapareciendo totalmente de mi campo de vista.
ESTÁS LEYENDO
Memorias de una Madre Adolescente
Roman pour AdolescentsLos errores son esas pequeñas dificultades que se presentan en nuestro camino, de las cuales tenemos el derecho de aprender de ellos. Pero él no era un error, él era lo que ambos debíamos afrontar juntos... pero tú, tú Prometiste que jamás me dejarí...