Memorias que resuenan dolorosas.

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Comenzaba otro día en aquel local, cada día llenandose mas de polvo la fachada, justo era hora de que empezara a limpiar aquel hombre cuando al jalar un enorme pedazo de tela cayó al suelo aquel libro que había dejado abandonado hacía unos dos años mas o menos. Sonrió recordando lo que sentía entonces, pero de pronto se borró tenuemente su expresión al recordar otros pasajes de su vida.

<<me pregunto en verdad porque tuvieron que pasar así las cosas>>...pensaba mientras abría la puerta y la sujetaba con un ataúd. Aun era de madrugada, por lo que por esa calle nadie se veía...<<porque tenias que encontrarte con alguien así?...no, para empezar, no debiste haber sufrido tal tragedia>>...

Las nubes grises no animaban mucho su día como otras ocasiones, mas bien se sentía nostálgico, recordaba momentos de juego con el pequeño Ciel, regresaban imágenes de los tiempos recientes a su regreso y su nueva personalidad. Cierto era que tenia un encanto, que por mas frío, sínico y egoista que llegara a ser alguna vez, siempre le atraería, era simplemente algo que no comprendía en absoluto.

<<....y aquella vez...podrías solo haber dicho que no te interesaba...>>
Sacudía la tela con fuerza para quitar el polvo, mientras recordaba con dolor la ocasión en que intento decirle que le gustaba, que quería intentar algo con él; ese diminuto y aparentemente insignificante recuerdo le hizo dejar lo que hacia y meterse a escribir de nuevo.

En verdad no entiendo porque actúas así. Hubiera sido mejor tu rechazo que esa respuesta...Aquel día en que te dije lo que sentía y te pregunte si podiamos intentar tener una relación, yo estaba dispuesto a esconderlo si tanto te preocupaba lo que dijera la sociedad, y ahora te veo con ese demonio coqueteando como si nada...

Cuando te regale ese anillo de oro por tu cumpleaños numero 15 y lo hiciste a un lado, creí que había fallado en encontrar un buen presente....en verdad fue frustrante y doloroso cuando él te regalo otro un par de meses después y tu gustoso lo usaste se inmediato......es que en verdad me odias?...

Aun pasado ya ese tiempo, no podía evitar el sentimiento al recordar tales cosas. Era un terrible dolor en su pecho el que le oprimía cada segundo que volvía al pasado, pues en verdad el Conde era muy cruel a veces. Aunque bien, podría ser solo cosa del destino que le tocara un amor no correspondido.

Justo iba a volver a escribir cuando noto una pequeña gota penetrar la hoja. No pudo evitar sorprenderse de si mismo, después de todo, desde cuando él lloraba?

Se reprimió y reprendió mentalmente por ello, no podía pasarle algo asi. Tantas veces que se había defendido y ganado en charlas con aquel ahora adolescente, y ahora se quebraba con el solo recuerdo de sus acciones. No, eso no podía ser, él también tenía orgullo y debía defenderlo, aunque jamas pudiera borrar aquellos sentimientos de su pecho, seguiría adelante.

Cierto es que en muchas ocasiones, las personas aparentemente mas diferentes, son las que mas similitudes comparten. Después de todo, es sumamente difícil que un demonio comprenda lo que es perderlo todo; en cambio aquel chico y el shinigami, con perspectivas quizá muy distintas y que puede que jamas admitieran, estaban igual de heridos.

Trato de quitarse aquello de la mente y volver a sonreír, pero lo que hasta entonces era completamente natural para él ahora le estaba costando, y con una razón considerable, si ahora él y su mayordomo estaban juntos "oficialmente en secreto". Obviamente no podían dejar que cosas así salieran a la luz publica, pero cualquiera suficientemente cercano como era el caso de sus piezas de juego, si que lo sabían desede que iniciaron.

<<...al menos me gustaría volver a abrazarte....>>

Ese ultimo recuerdo del pequeño Ciel en sus brazos riendo, fue suficiente para deprimirlo y hacer que cerrara el local. Ese día no trabajaria en absoluto, su humor simplemente no se lo permitiría, intentarlo solo lo haría peor.

Por aquella época habían disminuido en gran medida los casos dignos de llamar a la casa Phantomhive, por lo que hacia un tiempo que no le veía siquiera por las calles de paseo. Eso lo mantenía estable y a la vez melancólico en breves y raras ocasiones, pero hasta entonces jamas le había llegado tan fuerte el sentimiento como para borrar su característica sonrisa. Sea como fuese, era algo que iba a superar, de hecho debía hacerlo y resignarse a jamas tenerlo siguiera como amigo, ya que el Conde simple y sensillamente no lo soportaba. Pero todo en la vida tiene momentos buenos y malos, y nadie sospechaba que en su futuro, tendría los mejores días para recordar y vivir de nuevo aquellos tiempos...

Diario de un ShinigamiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora