22 de Septiembre.

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Lamento haberme comportado así, ahora veo que no debí hacerlo...pero ya no hay vuelta atrás, y mucho me temo que no quieras volver a venir por nada del mundo, pues con el orgullo que tienes te creo muy capaz de ello.
Lo siento...en verdad lo siento...si pudiera disculparme lo haría, pero que puedo hacer ahora que no recibes siquiera mis notas...

En silencio se lamentaba aquella noche el sepulturero, pues hacia una semana que había perdido el control en la ultima visita del conde. Ante la insistencia de aquel chico y el carácter de ambos, sumado al mal humor que había tenido...había explotado de repente y termino corriebdolo del local tras una fuerte pelea verbal. Ambos habían hablado de mas, pero era el sepulturero quien mas lo lamentó tras pensar en ello, una vez se hubo calmado, pues sabia como era el joven Phantomhive.

Aquella noche brillaba una hermosa luna que, aunque pequeña, logro hacer que aquel hombre recuperara su sonrisa, aunque no amplia como siempre, sino tenue y reflexiva. Se hayaba recargado en la entrada de la funeraria, fumando un cigarrillo mientras descansaba un poco de escribir, ya que aunque no eran muchas líneas, le agotaban psicológica y sentimentalmente.

Tosió un poco en la quinta calada, aquello era nuevo para él. Jamas le había dado curiosidad hasta aquella noche, y es que decidió probarlo al haber escuchado a tantas personas hablar de lo relajante que era.

<<ni de broma, esto no me quita la tensión que siento.....pero creo que si me esta gustando un poco>> Algo tenia esa cosa que tanto agradaba a los humanos, cautivarle a él también, pero no le interesaba descubrir que era; él estaba ocupado contemplando aquella luna que le sonreía, eso fue lo que le hizo reír. El pequeño cuarto menguante estaba acompañado de un par de estrells que formaban una carita sonriente.

Fue así que decidió escribir un poco mas al aire libre, tomando el libro y dirigiéndose al cementerio. Entre la oscuridad se escucho un tenue "disculpe", antes de verse su silueta recostandose contra una lapida que en su cumbre tenía un hermoso ángel tallado en piedra.

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Me gustaría tanto que pudieras ayudarme, divina reina de la noche. Cuantas veces habrás visto ya repetirse esta historia con diferentes personajes?...no te decoran con tantos nombres por nada, confidente del amor, princesa de plata que ayuda a los corazones rotos a sufrir menos. En verdad desearia un consejo de ti esta noche...dime, podría esta hermosa soberana de las sombras ayudar al torpe corazón de un nostálgico shinigami como yo?...

Diario de un ShinigamiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora