Adios.

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Era de madrugada cuando el joven Phantomhive despertó. Se encontraba en brazos de su demonio y ambos frente a la chimenea de la que era su habitación en esa casa. Su mente aún estaba aturdida, pero podía sentir como el otro le abrazaba fuerte y parecía reprimir pequeños sollozos.

- Seb...Sebastian...-hablaba bajo y débil.

- creí que te perdería...perdóname, no creí que estuvieran en una situación tan mala...-hasta su voz se escuchaba quebrada, y no era para menos pues el azabache en verdad temía llegar a perder a su querido amo, su amado Ciel.

- que es...lo que pasó?..-le abrazo también aunque su mente seguía un poco pérdida.

- cayeron a un agujero y los atrapó la tormenta...-fue la corta respuesta del mayordomo mientras recuperaba la compostura y Ciel la consciencia.

-...ya recuerdo...Undertaker iba a.....Undertaker! Donde esta él? Esta bien??...

Sebastian desvío la mirada sin contestarle, entendía que reaccionará así y que le preocupara el estado del otro de forma tan repentina, pero como contestarle sin hacerlo sufrir ahora que veía cuanto le importaba? Más sabiendo lo que el shinigami había hecho por él?...por la persona que ambos amaban, el joven conde Phantomhive...

- contesta Sebastian, donde esta?...-sumamente preocupado se levantó aún envuelto en las ropas negras que hasta entonces no había notado.-...esto...pero entonces él...

- deberías descansar por hoy...mañana arregláremos todo...-intentaba calmarlo

-..donde esta...en verdad Sebastian, dime donde esta...

En su mente ya se hacia a la idea de lo que había ocurrido pero no quería creerlo, y salió corriendo a buscarlo apenas recibió respuesta de su mayordomo, quien poco después le alcanzaba en la habitación del platinado. Entró despacio, caminando casi por reflejo hacia la cama donde se encontraba el otro, ignorando por completo al shinigami azabache que en silencio se desahogaba del otro lado de la cama, con los ojos cerrados sin importarle que lo vieran. Ahí sobre la cama aún tendida se encontraba recostado Undertaker, apenas iluminado por la luz de la luna que aparecía tras la terrible tormenta...De nuevo hubiera sido una bella escena si hubiese sido distinta la situación.

-...aún hace demasiado frío...deberían taparlo...-habló el menor apenas audible, viendo al de plateados cabellos mientras sus ojos comenzaban a cristalizarse.- hace cuanto duerme?...-su corazón aún no quería creer lo que su mente ya sabía.

-...joven amo...él no esta durmiendo...-respondió de la forma más gentil que pudo, pues sentía como estaba el muchacho en ese momento; lo siguiente que vio fue como se acercaba y comenzaba a moverlo, como un infante que intenta despertar a sus padres.

- vamos Undertaker...despierta...levantate y vamos abajo...vamos a la chimenea para que puedas calentarte un poco...

-...joven amo...-le intentó separar, pero sólo recibió un leve empujón para evitar que lo detuviera.

-...por favor Undertaker.....te diré lo que me pediste, pero despierta de una buena vez...-con cada intento, a cada segundo que pasaba sentía crecer un dolor en su pecho.-...te amo...Undertaker, te amo...lo diré todas las veces que quieras, si?...sólo abre los ojos...-pedía ya con apenas un hilillo de voz y un par de lagrimas comenzando a resbalar por sus mejillas.

Bastante sorprendido al escucharlo, los dos ahí presentes entendieron que en verdad le estaba doliendo, y Sebastian supo que había aceptado su sugerencia y le había regalado al sepulturero una noche a su lado. William se retiró al piso de abajo para calmarse y darles más espacio, mientras Sebastian se quedaba con su joven amo para tratar de apoyarlo, sólo viendo como éste se aferraba a la última prenda del platinado mientras lloraba hundido en su pecho.

Diario de un ShinigamiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora