🌕HOWLING🌕-omegaverse-(kookmin)

🌕.51.🌕

.Jimin.

Mi estado de salud crítico se mantuvo en secreto, la prensa no se enteró del ataque de mi todavía esposo, ni de que mi cuerpo y mi lobo estaban rechazando la nueva marca como si fuera un alfa en vez de un omega.

No podía atribuirnos tal hazaña, pues otro escándalo en el mundo de la farándula se supo a pocas horas de mi ataque, cuando aún me encontraba inconsciente. Tanto la prensa como los fans y los haters estaban al pendiente como aves de carroña.

Observé el perfil pálido de mi amigo, mirando desde un asiento tapizado en terciopelo de color ópalo hacia el exterior. Había dejado a un lado un libro de bolsillo que había tomado prestado de mi biblioteca y, como era costumbre en los últimos días, se mantenía pensativo y silencioso. Ya había dejado de llorar, así que era u  gran avance.

— ¿Quieres más fruta? Puedo pedirle a Jin que te traiga más.

— Me comí mi tazón y el tuyo, fue suficiente.— Me responde dejando de mirar al exterior y lanzándome una lastimera mirada.— Deberías comer, Jimin.

Que aquella sugerencia viniese de Yoongi era cuanto menos importante, él no hablaba de cuerpos ajenos, él no juzgaba lo que comían o no los demás, pero ahora me había dicho aquello, así que supuse que mi aspecto debía ser lamentable.

—Yo no tengo un cachorrito dentro a quien alimentar.— Respondí con una sonrisa leve.— Y te prometo que desayuné bien esta mañana.

Yoongi se conforma con mi respuesta y acaricia la leve pancita que comienza a abultarse bajo su jersey gris. Es el tercer día en que ha conseguido salir de casa, la prensa no puede pasar de las rejas del residencial y por mi estado actual no me he podido mudar. Tampoco pude marcharme con Nari, como tenía planeado justo antes del ataque.

Giro la cabeza al oír pasar a alguien y mi cuello duele horrores cuando lo hago, pero borro mi mueca de dolor al instante y le sonrío a Taehyung cuando lo veo asomarse por quinta vez en la mañana para comprobar cómo estamos. El alfa termina marchándose.

— Hay más personas que aman a Tae de las que lo detestan.— Rozo con la punta de mis dedos la herida infectada y purulenta en mi cuello.— Personas inteligentes.

Mi amigo sonríe un poco y sigue acariciando su barriga lentamente. Sus padres no están en el grupo de los que aman a Taehyung, desgraciadamente, pero los padres no siempre tienen la razón, no siempre son inteligentes.

— Mientras yo...— Me detengo y cierro los ojos con fuerza, el latigazo en mi cuello ha sido fuerte y trago saliva antes de volver a abrir los ojos y continuar hablando.— Mientras yo viva Tae siempre tendrá un trabajo bien pagado y tú una casa a la que acudir. Espero que eso te anime un poco.

— ¿Por qué dices eso? Eres joven, vas a vivir muchos años.— Dice Yoon muy inquieto, poniéndose a mi lado y acomodando los cojines a mi alrededor y subiendo la manta que me abriga aunque el día está cálido.— No hables como si fueras a morir mañana, maldita sea.

— ¿Cuándo he dicho yo eso?— Me río y la marca rechazada vuelve a doler, mi amigo me mira con molestia y preocupación. Suspiro y cierro lo ojos mientras él vuelve a untarme pomada en el cuello.— No voy a morir mañana, ni tampoco el siguiente, Yoongi. También tengo una cachorra a quien cuidar, ¿recuerdas?

Finalmente se aleja, dejando el medicamento cerca y volviendo a su asiento preferido dentro de mi biblioteca. Me mira desde allí, lo siento, y cuando abro los ojos noto que no me cree, aún cuando su aroma es tan dulce y tranquilo como solo puede serlo el de un omega embarazado.

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