Capítulo 3: Una chica desesperada y una humillación - Phoebe

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IVONNE: ¿Le has hincado el diente de una vez?

PHOEBE: No. Creo que este chico no tiene sangre en las venas.

IVONNE: ¿Y si es gay? Se junta mucho con tu hermano.

POHEBE: Yo me junto mucho contigo y no me van las tías.

PHOEBE: Y no es gay. Estoy segura.

IVONNE: Llevas mucho detrás de él y sigue resistiéndose.

PHOEBE: ¡De esta noche no pasa!

PHOEBE: Tía, como vuelva a rechazarme me echaré a llorar. ¿Tan fea soy?

IVONNE: Eres la fantasía erótica de alumnos y profesores en el instituto, no sé cómo puedes pensar que eres fea.

Dejo el móvil en la mesita de noche, me levanto la cama y me recoloco el pijama. Ya deben estar todos acostados. Salgo de mi habitación a hurtadillas y compruebo que no hay nadie antes de andar rápida y sigilosamente hasta la habitación de invitados. Giro el pomo de la puerta lentamente y maldigo sus chirridos en voz baja. Asomo la cabeza y veo que todo está a oscuras.

Pongo un pie dentro de la habitación y me obligo a respirar con normalidad. Estoy a un solo paso de conseguirlo, de conseguir que se fije en mí. Cierro la puerta y me acerco a la cama con cuidado. Cuando mis ojos se acostumbran a la oscuridad veo que tiene las sábanas de la cama enrolladas en una pierna y que lleva pijama. ¿Por qué no será de esos chicos que se conforman con dormir en calzoncillos o tan sólo con un pantalón?

Subo una pierna para apoyarme en la cama y me quedo quieta cuando se remueve antes de darme la espalda. ≪Hasta dormido me da la espalda.≫

Gateo hasta él y respiro hondo antes de enterrar la cara en su cuello. Él se despierta súbitamente cuando beso su bronceada piel y se aparta de mí antes de encender la luz con la llave que está en la pared, junto a la mesita de noche que está a su otro lado.

—¡Pero ¿q-qué estás haciendo?! —balbucea cuando me reconoce.

—Eh... —¿Tengo que contestar?

Decido actuar en vez de hablar, pero cuando vuelvo a acercarme sus brazos me detienen.

—¡No! —susurra.

—¡Ya está bien! ¿Qué problema tienes conmigo? —pregunto al borde de la histeria.

—Ninguno —dice en voz baja.

Entre gimoteos desenrollo de un tirón las sábanas de sus piernas y me tapo con ellas.

—¿Por qué no te gusto? Estoy harta de ir detrás de ti y de que me ignores.

—¿Vas detrás de mí? —pregunta arqueando las cejas.

—¡Pues claro! —susurro.

Me parece increíble que después de tantos meses detrás de él, no sepa que ¡voy-detrás-de-él! Me parece increíble que esté en cantidad de clases avanzadas y no sea capaz de ver que me encanta.

Nick se queda en silencio, mirándome fijamente con las mejillas encendidas, y sentado sobre el colchón con las piernas cruzadas como si fuera un indio. ¿Por qué no dice nada? ¿Querrá que me lance? ¿O que me vaya?

Me decanto por la primera opción. Pero cuando voy a besarlo vuelve a detenerme.

—No quiero que juegues conmigo, Phoebe —dice muy seriamente—. Así que me gustaría que pasaras de mí y dejaras de invadir mi espacio vital.

—¿No te gusto? —Pregunto entrecerrando los ojos—. ¿Es eso?

—¿Qué? No... no es eso, pero... las chicas como tú... no me van —dice nervioso.

—¿Las chicas como yo? —pregunto—. ¿Cómo son las chicas como yo?

Él abre la boca para resolver mi duda pero vuelve a cerrarla, sonrojándose.

—Dilo.

Él baja la mirada y niega con la cabeza.

—Piensas que soy una zorra —digo.

—Yo no he dicho eso —murmura.

—Pero lo piensas —lo acuso—. Pues, ¿sabes qué? Me da igual lo que un estúpido empollón piense. De todas formas... ¡¿qué pensarían de mí si me vieran con alguien como tú?!

Me bajo de la cama, sintiéndome totalmente humillada, y lo miro cuando me doy cuenta de que sus ojos me observan arrepentidos.

—Sé que eres buena chica... —intenta arreglarlo, pero le corto.

—No lo soy —gruño.

Y salgo de la habitación.



Sigo subiendo...

Besos y ciao

Alicia Lowell

Jones? © [GGLBB #1.5]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora