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Hoya guía a Tamara unos metros más hasta que al fin llegan a su destino. La mañana es húmeda, como las mañanas del frío Febrero de este lugar.

Ante los ojos recién destapados de la muchacha, se extiende una pequeña playa solitaria, rodeada por rocas sin apenas olas que rompan contra ellas.

- La encontró un amigo del grupo por casualidad. -Susurra Howon en el oído de la joven, que observa entre curiosa y sorprendida su entorno.

A pesar de vivir a menos de un par de kilómetros, nunca ha estado en este sitio.

- Qué hacemos aquí... -Murmura ella con algo de miedo en su tono de voz.

Hablar de miedo se queda corto si se refiere al mar.

Sin embargo el coreano no se rinde y agarra la mano de la pelirroja para hacer que salte a la suave arena.

- Quiero hacer algo importante, y esta cosa de la lista es una de las más importantes. -El chico muestra una sonrisa amable a su compañera antes de quitarse las gafas y dejar ver sus ojos brillantes.

De pronto, Tamara sonríe de manera algo tonta y a continuación sacude la cabeza.

- No tengo bañador, es una estupidez... -Ríe queriendo no parecer demasiado nerviosa a pesar de que echaría a correr nada más probar el agua.

Hoya mira alrededor con una mueca divertida en el rostro.

- Estoy acostumbrado a quitarme la ropa delante de un montón de mujeres, no te preocupes por eso...

Aunque el bailarín ríe ante su broma, la chica demuestra sin querer en su expresión la sorpresa y decepción que se ha llevado al escuchar esa frase.

- Eh... Me refiero a las fans... -Trata de aclarar él al mismo tiempo que intenta que de su boca no surja otra sonrisa.

En ocasiones Tamara solía ser tan inocente.

Hoya se muerde el labio inferior y acerca poco a poco el cuerpo de su mejor amiga hasta la orilla mientras esta suelta pequeños quejidos y excusas.

El agua estará fría.

Estoy vestida.

Estamos en invierno.

¿Estás loco?

Dios mío, estás loco...

Una vez llegados al lugar dónde la arena es cubierta por la gran masa líquida que es el mar, Howon posa las manos en la cintura de la muchacha.

- ¿Confías en mí o no?

- No. -Contesta ella y da un paso atrás, asustada, con lágrimas en los ojos.

Nunca le había confesado la verdadera razón por la que odiaba tanto el mar y a medida que los minutos en aquella playa transcurrían, menos quería hacerlo.

- Tamara...

La joven se tensa de golpe al sentir las manos de Hoya acariciando su vientre bajo su camiseta negra. Con el mentón apoyado en su hombro y su cuerpo abrazando el de ella por detrás, la chica olvida el mar, la playa, la arena y las lágrimas que asoman en sus ojos.

Trata de decir algo, pero las palabras se le quedan clavadas en la garganta. Sus mejillas comienzan a tornarse coloradas y sus manos tiemblan bajo las mangas de la sudadera.

Los dedos de él dibujan letras sobre la piel de la muchacha, letras que ella es incapaz de identificar pero que provocan que su corazón se desboque en cada contacto.

Y cuando Hoya le besa el hombro y la abraza más fuerte contra él, Tamara cae en la cuenta de que el agua le llega a las rodillas, mojado sus vaqueros oscuros y sus zapatillas gastadas.

- No tengas miedo... No voy a soltarte, te lo prometo...

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Omg, he estado toda una vida desaparecida... Pero estoy preparando mi próximo fic para tenerlo todo escrito y así poder publicar día a día... Estaba pensando en dejar esta historia, pero no sé :( Espero poder terminarla. Lo siento ;;;;

Btw, si queréis leer algo corto y diferente a todo lo que he hecho, lo último que he escrito se llama Smoke and Mirrors y está completado~

Last call. [INFINITE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora