Y el valor de los "te lo prometo",
cae como hojas secas en otoño.
No sirve de nada prometer,
cuando tienes la boca seca de llorar.
Prometes sin sentir,
obligada por tu interior,
pero te fuerzas y sonries.
Porque te alejas sin quererlo,
tan solo porque deberias.
Te sientes arrastrada por una corriente desconocida,
sin saber apenas donde te llevará,
o si tan siquiera hay mar al final.
Quizás no lo haya,
es una vaga ilusión.
Pero no sabes mas que hacer.
Odias ese sentimiento de solo ocasionar molestia.
Odias esa impotencia de cuando alguien te interesa,
pero tu no a esa persona.
No estás acostumbrada a ello,
pero se te pasará.
Hoy has perdido una parte de ti,
le has dejado marchar como quien deja su antiguo colegio,
sabrás que volverás a verle.
Lo necesitas.
Mucho mas que respirar.
Pero esas necesidades quedaran bajo llave.
No tienes permitido seguirle.
Tu orgullo no te lo permite.
Su novia no te lo permite.
Tu novio no te lo permite.
Él no te ha respondido si lo permite o no.
Y eso es,
una respuesta ambigua.
No te tires por el barranco,
antes lo habrías hecho,
ya no eres así.
Ahora esperas que se tire alguien
para que te grite desde el fondo
si es profundo o no.