PROLOGO

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6 de Julio de 2004

Estaba en la playa, jugando con la arena, como un día cualquiera de verano.

"Fergie" alguien gritó. Reconociendo en seguida esa voz, me giré con una sonrisa. "¡Corre, mira que he visto!" decía Eiden mientras hacía señales con la mano.

Levantándome de la arena corrí hacia él, pero alguien me cogió del brazo deteniéndome. Era mi padre.

Lo miré riendo, pensando que me iba a reñir por lo de siempre 'no corras Fergie' pero mi cara se volvió seria al ver a mi padre rojo de furia. "¿Qué pasa papi?" dije frunciendo el ceño.

"Mira cariño" dijo mientras se ponía de cuclillas delante de mí "hay cosas que a veces las niñas pequeñas como tú no entienden" pausó suspirando "vámonos para casa" dijo sin más, cogiéndome de la mano, llevándome en dirección contraria de donde estaba Eiden.

"¿Qué?, ¿Porqué?" dije confusa sin entender. Miré hacia atrás y vi a Eiden de la misma forma que yo. "¿Porqué no me dejas despedirme de él?" dije volviendo mi mirada a mi padre, mientras que su mirada estaba dirigida hacia delante.

"Ya tendrás tiempo, ahora, vámonos" dijo furioso.

Pero ese día nunca llego.

Pero ese día nunca llego

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